Nueva clasificación de discapacidades: un retroceso social y cultural
El prof. José Jorge Chade analiza lo lanzado por el gobierno nacional en materia de clasificación de discapacidades.
Este jueves 27 de febrero, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) publicó en el Boletín Oficial la Resolución 187/2025, mediante la cual se aprueba un nuevo baremo médico para la evaluación del grado de invalidez laboral en el otorgamiento de Pensiones No Contributivas (PNC) por Invalidez Laboral, con una nomenclatura obsoleta que llevó años erradicar.
«Comprendo el desconcierto de la mayoría, que evidentemente prefirió callar ante lo que se desprendía de la noticia de ayer a pesar de que hay representantes que ocupan puestos de liderazgo en el ámbito de las políticas a favor de las personas con discapacidad. De hecho, uno se estremece sólo de pensar que aún hoy, en una sociedad moderna y democrática, a alguien se le pueda ocurrir proponer «clases separadas para discapacitados». Se trabajó durante años para no poner a las personas dentro de categorías.
En cambio, ha ocurrido de verdad. Y no sólo aquí, también en otros países, me asustaba pensar que ocurriera también aquí, y, desgraciadamente, ocurrió.
Es evidente que los valores que animan mi actividad pedagógica y cultural se han orientado siempre hacia la igualdad y la solidaridad, el diálogo y no la fuerza. Mi disidencia expresa la posición de alguien que eligió trabajar en el mundo de la educación y hacerlo como formador de formadores».
Recuerdo, que desde principios del siglo XX en el mundo ha habido una profunda reflexión sobre la integración de las personas en situación de desventaja. Un camino ciertamente no exento de dificultades. Conozco bien este mundo , y no podemos ocultar que se puede hacer más para que se lleven a la práctica los principios consagrados en nuestra legislación, a veces dificultada por la falta de recursos y de personal, y en algunos casos también por los cierres culturales. Es necesario buscar un equilibrio entre la inclusión y la atención a las necesidades , para que todos estén en condiciones de participar en igualdad y equidad. Nos llenamos de discursos que utilizan la palabra inclusión y me doy cuenta que pocos conocen su significado y lo que es peor cuando se trata de aquellos que están en los vértices gubernamentales.
Todo podemos permitirnos», "excepto ir hacia atrás, aunque a algunos les parezca el camino más fácil". ¿Deberían preocuparnos los efectos de las disparatadas palabras que se dicen en nuestro país al respecto? Al menos...,tenemos motivos para reflexionar,
En este escenario también la cuestión de la mejora del sistema escolar, que siempre ha ocupado un lugar central en las agendas de reforma , debe abordarse con delicadeza y, desde luego, la «guetización» de los alumnos en situación de desventaja, que remite a épocas oscuras del pasado mundial, va en la dirección contraria con respecto a un proceso que, como se sancionó con la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, debe promover, proteger y garantizar el disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos y libertades por parte de estas personas. Espero, que nos demos cuenta que estos valores están implícitos en el ADN de nuestro país y de nuestra región, y que aprendamos de una vez por todas que discapacidad significa desventaja y que desventajas todos tenemos aunque seamos reyes o presidentes.