La gran estafa: preocupación por la legitimidad de los comicios venezolanos

El diputado César Cattaneo fija posición sobre lo que está ocurriendo en Venezuela, algo a lo que muchos políticos le escapan.

César Cattáneo

Venezuela lleva 25 años dando vueltas en círculos, y hoy es nuevamente protagonista de las portadas de diarios, canales y redes a nivel global. Una vez más por un cataclismo institucional, una crisis democrática que arrastra hace años, en manos de un gobierno "socialista" (así se auto proclama) que no está dispuesto a entregar el poder como si eso fuera una decisión unilateral y personal. La calidad de la democracia en Venezuela ya ha sido gravemente cuestionada en los últimos años, debido a un régimen que ha erosionado las instituciones y el Estado de derecho. Se suman a esto la crisis económica y humanitaria, que ha expulsado a casi 7 millones de venezolanos, separado familias e historias, y que el domingo, no pudieron ejercer su derecho a voto.

Las elecciones, mecanismo central de las democracias modernas para garantizar la participación de la ciudadanía en la elección de sus representantes, se han visto empañadas por denuncias de fraude, irregularidades explícitas en las cifras publicadas, ausencia de estadísticas por región, falta de transparencia, y omisión de sectores opositores en la carga de datos. Este último acontecimiento, nuevamente, quebró la esperanza de millones de venezolanos para finalmente librar a su país de una "revolución" empobrecedora, violenta y autoritaria.

Las repercusiones han sido devastadoras en la economía del país y en la vida de cada ciudadano. Venezuela, un país con las mayores reservas de petróleo del mundo, ha visto cómo su economía se desploma debido a la mala gestión, la corrupción y las sanciones internacionales. La hiperinflación ha pulverizado el poder adquisitivo de los ciudadanos, y la escasez de alimentos y medicinas ha generado una crisis humanitaria, vulnerando Derechos Humanos básicos. El PIB per cápita, ha llegado a ser de 2.897 euros, por lo que se encuentra con esta cifra en la parte final de la tabla de países, en el puesto 135. Esto significa que sus habitantes tienen un bajísimo nivel de vida en relación a los 196 países del ranking de PIB per cápita. En cuanto al Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas y también ofrece un diagnóstico del nivel de vida, indica que los venezolanos tienen una mala calidad de vida. La migración masiva de venezolanos hacia países vecinos en busca de mejores oportunidades es un testimonio vivo de la desesperación y emergencia de Venezuela.

Lo decía Raúl Alfonsín frente las Naciones Unidas, es imperativo garantizar en estos casos la autodeterminación de los pueblos de manera transparente y seria. Alfonsín defendió este principio como un derecho fundamental para que los pueblos puedan decidir su propio destino y alcanzar la plena libertad. Este derecho fundamental debe ser respetado en Venezuela, y promovido por la comunidad internacional, e implica el poder de decisión de la ciudadanía, sin injerencias externas, sin el temor a represalias por expresar su voluntad, y a esto le sumamos, de manera transparente y con acciones proactivas a favor de la legitimidad de las elecciones.

Esta nota habla de: