La historia de Rudy Kurniawan, el "artista" falsificador de vinos

La sommelier Marina Di Rocco habló sobre la falsificación en el mundo del vino, la cual señaló que alcanza cerca del 25% de la industria. Además, narró la historia de Rudy Kurniawan, el indonesio que estafó a los mejores coleccionistas del mundo.

Conte, Arguello y Fernández

La tecnología permite que en el mundo en el que vivimos todo pueda ser falsificado, copiado o duplicado. Una industria que sufre mucho la falsificación es la vitivinícola y la sommelier Marina Di Rocco habló con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Ariel Fernández Lavilla en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y contó la historia del indonesio Rudy Kurniawan, quien logró engañar a los especialistas más importantes del mundo, además de referirse a la problemática a nivel global.

"Es un tema bastante complejo la falsificación del vino. Diría que hasta un 25% del vino en el mundo se falsifica. Uno generalmente conoce las historias como el caso de Rudy Kurniawan. Pero la realidad es que se falsifican muchos vinos, generalmente los que son muy caros se falsifican un montón y a veces también otros vinos, los que son pretendidos. Lo que pasa es que esto muy difícil que sea denunciado por las bodegas, porque generalmente sería mala prensa. Entonces a veces queda como en un gris el tema de la falsificación, que por ahí tenés un influencer que muestra las botellas, pero después no vas a tener a una bodega saliendo a decir ‘no compren esto' porque es mala influencia para las bodegas", comentó Di Rocco.

La sommelier señaló que el fenómeno se da mayormente en la exportación: "Uno compra un vino usualmente y conoce la etiqueta, la toca, le vio el color. En cambio, cuando ese vino y esa etiqueta va al extranjero, si lo exportás a otros países, ahí es más fácil de engañar. Esto ha pasado, ni hablar con grandes vinos que, muchas veces, todas las operaciones grandes, de grandes vinos del mundo, todas esas se desmantelaron. Es exactamente lo mismo que las obras de arte".

La historia de Rudy Kurniawan, el mayor falsificador de vinos

La sommelier narró la historia del indonesio Rudy Kurniawan, quien logró engañar a los expertos más importantes del mundo con sus falsificaciones: "Rudy Kurniawan era una especie de artista, era un maestro, porque lo que hacía es replicar vinos de chateaux franceses, de años. No solamente imitaba un vino, sino que falsificaba una añada. No es que te engañaba vos o me engañaba a mí, logró introducirse en el mundo de la alta sociedad, de las subastas. Era una persona muy conocida, todo el mundo quería hacer una degustación con él, todo el mundo quería participar de sus subastas y así fue como después de 10 años nos enteramos que ese vino era falsificado. Para darse una idea de esta estafa, en dos subastas en el 2016 hizo 22 millones de dólares. Una parte la mandaba a Indonesia, otra parte se la quedaba él y compraba vinos de verdad: tenía una gran colección y un prestigio terrible".

Sobre la forma en la que fue descubierto, Di Rocco comentó que fue muy extraño: "Esta gente generalmente tiene un poco de soberbia, él tenía mucho humor, le gustaba hacer chistes, jugar con la ignorancia del otro, ignorancia de catadores, de gente que sabe, de gente que participa en las subastas. Hubo una subasta, en 2008, en donde todo el mundo decía ‘¿cómo puede ser que Rudy, tan conocedor, haya cometido ese error?' Era una cosecha imposible, subastó a 14.000 dólares, una botella que técnicamente es Clos de la Roche 1929, y un coleccionista dijo ‘esta botella es rara, este año no se hacía'. Llamó directamente al dueño del chateau, y el chateau fue a los Estados Unidos y dijo ‘de ninguna manera, esta etiqueta comenzó en 1934'. Un error burdo, raro con lo que sabía. Nadie pensó que era el culpable, le preguntaban quién se la había vendido porque lo habían engañado, nadie pensó que él era el falsificador. Esto fue en el 2008 y recién en el 2012 allanaron el departamento de Rudy. Pasaron casi cuatro años y no puedo explicar lo que encontraron: hacía estos grandes vinos con un mezclador, tenía botellas, corchos, etiquetas. Y tenía 6 computadoras en donde tenía la fórmula secreta: decía qué vino poner para hacer un Petrus de 1990, tenía todas las fórmulas".

Marina Di Rocco

Marina Di Rocco

Más allá del acto delictivo, la sommelier reconoció que en cierta medida lo hecho por Rudy tenía mucho de artista: "Es como decir vamos a falsificar ‘Los girasoles' de Van Gogh. Tiene que ser alguien que es muy genio, él tenía una nariz tremenda. Fue a la cárcel 7 años, lo deportaron a Indonesia y hay dos cosas que me gusta contar del caso que son interesantes: vendió más de 15 mil botellas y hay 10 mil en el mundo que nadie declaró que eran falsas. Un coleccionista que tiene una botella que supuestamente se la compró a Rudy, no lo va a decir. Los coleccionistas no se toman el vino, las tienen para volver a vender".

Además, comentó que actualmente volvió a las andadas y que ahora tiene un negocio legal de cata a ciegas: "Sigue haciendo sus vinos, sigue haciendo degustaciones y hace una comparativa. Esto es medio secreto pero se lo descubrió en un par de redes. Lleva sus versiones, a ciegas y compara su versión con la verdadera añada. Todo el mundo sabe que va a participar de esto y dicen que muchos coleccionistas eligen la versión de Rudy. Sigue haciendo lo mismo, pero de esta manera legal, no engaña a nadie".

Sin embargo, Di Rocco comentó que hoy en día desde las bodegas se toman muchos recaudos para escapar a la falsificación: "Hay vinos que son de muy alta gama que tienen etiquetas que la trazabilidad llega, por ejemplo, hasta el último consumidor: si vos compraste una botella, estoy hablando de una botella muy cara, tenés dentro de esa información, de esa especie de token que vas teniendo. Acá en Argentina hay dos plataformas que venden vinos tokenizados, las cabas virtuales. Entonces se va viendo la trazabilidad de ese vino, por supuesto que no lo van a hacer en un vino económico porque no tiene sentido. Pero en estos grandes vinos sí, incluso etiquetas que son como los billetes, que movés la botella y se va moviendo. Lamentablemente, existe la falsificación en todos lados. Y el problema creo que en una obra de arte tenés colgado un cuadro que no es original, pero acá estamos hablando de un alimento".

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