Giuliana Díaz, en el Día contra la Homofobia en el Fútbol: "El deporte no tiene género"

Cada 19 de febrero se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la Homofobia en el Fútbol, un tema que fue tabú durante muchos años en el ambiente deportivo. Giuliana Díaz, legisladora provincial y presidenta del fútbol mendocino de la Liga Mendocina de Fútbol, habló con Gabriel Conte y Evangelina Argüello en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a la discriminación dentro del fútbol y cómo se trabaja para dar un cambio cultural dentro de la sociedad.

"Creo que estos debates suman muchísimo para ver las diferentes posturas y también para dejar en claro que todavía nos falta muchísimo como sociedad para aprender. En el fútbol es donde más se ve reflejado este estereotipo de masculinidad: ver a un futbolista fuerte, un hombre rudo y mientras más rudo, quiene decir que es más heterosexual. Creo que justamente en estos ámbitos es donde más se tiene que trabajar: desde pequeños ya nos están diciendo cuáles son los deportes para los hombres y cuáles son los deportes para las niñas. Si llegamos a ver a un hombre jugando o practicando algún deporte que no es habitual de hombres ya lo catalogan, como que es homosexual. Es un trabajo más que nada cultural en una sociedad que tiene que ir aprendiendo justamente de los diferentes roles que hay en un deporte y que el deporte no tiene género. Cualquiera puede practicar cualquier deporte", explicó Díaz.

La legisladora alertó acerca de los comentarios que ve en redes luego de los partidos que juega la Selección Argentina de fútbol femenino: "Todos los comentarios son terribles. Estamos ya en el 2025 y todavía no se aprende. Siempre son los mismos comentarios que se repiten de su familia, de sus amigos, de su entorno: que la mujer tiene que hacer tareas domésticas, que la mujer no puede jugar a la pelota. Creo que es que todavía el cambio no lo hemos aprendido. Sirven un montón las políticas públicas que se pueden llegar a hacer con perspectiva de género y que el género, siempre lo aclaro, no tiene que ver con hombre o mujer, sino justamente con tener una visión mucho más amplia del deporte. Desde chicos empezar justamente a no hacer un lineamiento entre lo masculino y lo femenino, sino una cuestión más integral donde se va a realizar deporte, creo que por ahí es más que nada la visión que tiene este día".

Sobre su experiencia, insertada en un mundo repleto de hombres, Díaz explicó que no es una experiencia "grata al 100%" y que son pocas las mujeres que pueden tener una constancia en la actividad: "Si nosotros hacemos un relevamiento de la cantidad de mujeres que hay dentro de las instituciones deportivas, la mayoría cumple tareas administrativas, sociales o relacionadas a esas habilidades blandas, no de decisión. Cuando pueden lograr estar dentro de una mesa de una comisión directiva o tomando decisiones importantes, la verdad que sufren demasiado y tienen que forjar un carácter totalmente contradictorio en cuanto a tener que estar enfrentándose todo el tiempo hacia las otras personas para demostrar que verdaderamente estamos aptas para estar dentro de esa directiva. Se torna la verdad a veces bastante desgastante. Las personas que están es porque ya pasaron ese umbral de enfrentamiento y están dispuestas a aguantar un montón de cosas que en su momento y en un principio tuvieron, pero esta vez ya no. Es como cuando apenas entramos a laburar y ganarse ese derecho de piso que no deberíamos porque un hombre entra en una comisión y tiene el mismo lugar que cualquier otro delegado. La mujer tiene que estar dando justamente esa prueba de ‘a ver qué va a hablar esta piba, a ver si sabe, a ver qué va a hablar esta mujer, a ver si entiende un poco de lo que nosotros estamos hablando'. Todos hemos empezado así, sea hombre o mujer, todos hemos empezado desde cero y vamos aprendiendo durante la marcha".

En esa línea, agregó: "Con el fútbol femenino pasa exactamente lo mismo: hace muy poco pudimos tener un fútbol femenino semiprofesional. Entonces esto es un proceso largo, un proceso que lleva mucho tiempo, pero que ya se instaló. Por eso necesitamos cada vez más personas que se dediquen solamente a ser dirigentes del fútbol femenino y que lo sigan llevando adelante. La verdad que los cambios han sido totalmente para bien porque hay más mujeres jugando a la pelota, pero no me refiero a mujeres jugando en una cancha un fin de semana y que la alquilan ellas, sino al espacio seguro, dentro de una institución, que tengan un horario y una cancha".

Además, la presidenta del fútbol femenino de la LMF señaló que muchas veces los padres trasladan traumas a sus propios hijos o quieren que hagan lo que no se animaron: "La verdad es que al niño hay que dejarlo hacer lo que él quiera: si la niña quiere ir a jugar a la pelota, ir a jugar a la pelota. He tenido muchas consultas de padres donde claramente, entre paréntesis, me han hecho preguntas como ‘voy a llevar a mi hija, pero ¿es buen ambiente?'. No va por ahí, una persona por el deporte que elija no va a elegir sus condición sexuales. Lo malo de esto es que hemos naturalizado cuestiones que no están bien. Esto es una repetición de patrones: si yo llevo a mi hijo a la cancha y todos están gritando de la misma manera, el niño va a aprender esa misma conducta. Creo que es un movimiento cultural de masa donde, desde pequeños, nosotros estamos trabajando en que esas situaciones no las debemos permitir".

A su vez, señaló que muchas veces se puede trabajar en cualquier ambiente cotidiano la manera de desnaturalizar estas situaciones: "Hay que seguir trabajando, es un proceso largo y es un cambio cultural que es de todos. Yo puedo empezar por casa, no es solamente una cuestión de educar a los chicos: en una juntada ‘che este comentario ya no va más', al amigo, al que tenés al lado, ya no me voy a reir más de esto, pasó de moda reírse con si sos o no de una condición sexual. Creo que va por ahí también: empezar entre pares a frenar cuestiones que antes estaban naturalizadas.

Finalmente, señaló que son debates que cuesta dar, pero que siempre que hay espacio para darlos, intenta plantearlos: "A veces son los debates que más me cuesta tener que enfrentar. Dentro de esa mesa directiva del consejo, son 30 clubes y somos dos mujeres nada más, claramente soy la única a veces que lleva este tipo de temas porque tienen otro tipo de cabezas los dirigentes, algunos son más grandes y tienen otro pensamiento. Pero siempre que haya alguna persona con algún tipo de apertura de ideas va a generar este tipo de debates", concluyó.