Artemis 1: "Volvemos a la Luna para aprender a mandar humanos a Marte"
Miles de personas se congregaron en las inmediaciones del Centro Espacial Kennedy para ser testigos del histórico estreno del nuevo programa para regresar a la Luna medio siglo después: la misión Artemisa 1 de la NASA. El despegue tuvo que ser pospuesto en varias ocasiones por averías y dos huracanes
A la tercera fue la vencida. Artemis, la primera misión del programa de EEUU para regresar a la Luna medio siglo después de la era Apolo, ya está en marcha. Otro contratiempo técnico en la noche del martes hizo temer un nuevo retraso, pero los ingenieros de la NASA fueron capaces de arreglar una fuga de hidrógeno líquido detectada mientras llenaban de combustible el imponente cohete Space Launch System (SLS) que ha impulsado hacia la Luna a la nave Orión.
Esta madrugada despegaba por fin Artemis 1 rumbo a la Luna, 43 minutos después de que se abriera la ventana de lanzamiento de dos horas de la que disponían para poner en órbita el vehículo lunar. La NASA ha confirmado que todas las fases del vehículo se han separado con normalidad y los paneles solares de la nave se han desplegado adecuadamente. También se ha llevado a cabo con éxito la inyección translunar, una maniobra que acelera la nave a 36.370 kilómetros por hora y la propulsa para que se dirija a la Luna.
Alrededor de cien mil personas han esperado durante horas en las inmediaciones del Centro Espacial Kennedy para ser testigos del emocionante lanzamiento de Artemis 1, una misión no tripulada de 26 días de duración (25 días, 11 horas y 36 minutos para ser exactos) que orbitará nuestro satélite para probar por primera vez todos los sistemas que deben permitir hacia 2025 volver a aterrizar en la Luna.
Los responsables de la NASA ofrecieron una conferencia de prensa para informar sobre el estado de la nave. "Qué espectáculo tan increíble ver el cohete SLS y la nave espacial despegar juntos por primera vez", declaró Bill Nelson, director de la NASA.
El máximo responsable de la agencia espacial de EEUU subrayó a los periodistas que se trata de una misión de prueba: "El espacio es duro, es muy duro, cuando intentas hacer lo que estamos haciendo", ha señalado.
"Volvemos a la Luna para aprender a vivir en la Luna y prepararnos para enviar humanos a Marte. La Luna está solo a unos días, y estamos viendo gracias al James Webb lo vasto que es el universo", ha añadido Nelson, que ha tenido palabras de recuerdo para todos los astronautas de la NASA, mencionando sobre todo a los tres fallecidos en un incendio durante la misión de prueba del Apolo 1, que sufrió un accidente en tierra en 1967
"¡Artemisa viaja hacia la Luna! Felicidades al increíble equipo que nos ha llevado a este momento", señaló en Twitter Nelson, instantes después del despegue desde la histórica plataforma 39B del Centro Kennedy.
El viaje que ha comenzado hoy no lleva tripulantes pero es un test crucial porque de él dependerán Artemis 2, la misión en la que varios astronautas orbitarán la Luna, previsiblemente en 2024, y Artemis 3, que será la Apolo 11 del siglo XXI. En esta tercera misión viajarán al menos dos astronautas, una mujer y un hombre y aunque estaba prevista para 2024, el año pasado Bill Nelson admitió que no podría partir antes de 2025 por una serie de problemas que incluían retrasos por el coronavirus, cuestiones financieras y un retraso en el desarrollo de los trajes de los astronautas.
La fuga de hidrógeno detectada en esta ocasión procedía de una válvula en la plataforma de lanzamiento, y estaba situada en una zona distinta a las que se produjeron en otros intentos de despegue. Un total de 3,7 millones de litros de combustible (hidrógeno líquido y oxígeno) hacen falta para poner en marcha el cohete de casi 100 metros de altura que protagoniza esta misión en la que la NASA va a a gastar en torno a 4.100 millones de dólares.
El vuelo de prueba durará tres semanas y media durante las cuales la nave Orión se situará a una distancia de la Luna que oscilará entre los 70.000 kilómetros y los 100 kilómetros. El plan es que la aproximación a la Luna se produzca el 21 de noviembre.
Durante la reentrada en la atmósfera terrestre, la cápsula viajará a casi 40.000 kilómetros por hora y soportará temperaturas cercanas a los 3.000 grados antes de amerizar en el Pacífico. El regreso de la nave está previsto para el 11 de diciembre.
La duración de la misión depende de la fecha de lanzamiento, pues el amerizaje debe producirse durante el día para que pueda ser recuperada la cápsula por los buques de salvamento. Por ello, si hubiera despegado en otras fechas el vuelo podría haberse prolongado hasta 42 días.
Verificar el estado de la nave es una fase crucial, pues en la siguiente misión viajarán en ella personas.
Desde que fue fijado el lanzamiento para el 29 de agosto, Artemis 1 ha sufrido varios retrasos por averías técnicas y por el paso de dos huracanes por Florida. En dos ocasiones hubo que abortar el lanzamiento cuando todo estaba listo en la plataforma de lanzamiento.
El inicio del programa estaba previsto para hace un año aproximadamente, pero fue posponiéndose varios meses hasta llegar a junio. Los escapes de combustible durante el llenado de los tanques y varias incidencias durante la prueba de la cuenta atrás obligaron a retrasar el lanzamiento hasta el 29 de agosto. Todo estaba listo ese día en Florida para el ansiado lanzamiento, pero un problema con un sensor del sistema de acondicionamiento térmico de los motores obligó a abortar el despegue en los últimos minutos.
Lo intentaron de nuevo el 3 de septiembre pero una fuga de hidrógeno impidió el lanzamiento. Después llegó el huracán Ian, cuyos fortísimos vientos obligaron a finales de septiembre a resguardar el cohete y la nave en el hangar de la NASA, el Edificio de Ensamblamiento de Vehículos (Vehicle Assembly Building VAB), donde estuvo más de un mes.
El último contratiempo fue el paso de Nicole, que hace unos días causó leves desperfectos en la nave Orión que han podido ser reparados, tal y como contaba a este diario Carlos García-Galán, ingeniero de la NASA y manager de integración del Módulo de Servicio Europeo de la nave Orión, que ha aportado la Agencia Espacial Europea (ESA): "El daño se ha producido en el lugar donde se juntan los tres paneles del sistema de escape que protegen a la cápsula Orión durante la primera fase de lanzamiento. Para unir estos paneles usamos un material llamado RTV, que es parecido a la silicona que se utiliza en las casas para rellenar juntas".
Fuente: Con información de NASA, El Mundo