Explorando nuevas fronteras en vinos y comidas

La columna de los sábados: "Vinos & comidas", de Juan Marcelo Calabria.

Juan Marcelo Calabria

En el mundo del vino y la gastronomía, siempre hay espacio para la innovación, la creatividad y la sorpresa. Y este sábado queremos invitarlos a explorar maridajes inusuales que desafían las convenciones y nos llevan a descubrir nuevas fronteras de sabor. Porque, al fin y al cabo, el vino es una aventura que merece ser vivida con curiosidad y audacia, con moderación y responsabilidad, y si es posible en buena compañía.

Durante el año nos adentramos en un clásico que ha sido redescubierto: el maridaje de vino tinto con chocolate. Si bien es cierto que, aunque tradicionalmente se asocia el chocolate con vinos dulces, o licorosos, lo cual sin duda realzan una combinación perfecta, no es menos atinado un buen Malbec o un Syrah que pueden realzar las notas amargas y afrutadas del chocolate oscuro, aquellos de mayor concentración de cacao o amargos, creando una experiencia sensorial única. Imaginemos una tabla de chocolates artesanales, de los muy buenos que hay en Mendoza, nada que envidiar a Bariloche o Mar del Plata, acompañada de una copa de vino tinto robusto y e intenso, perfecta para una noche de reconciliación, amor e indulgencias.

Otro de los maridajes que fuimos descubriendo durante el año es el de vinos blancos con platos picantes y muy sazonados. Un Torrontés, con su frescura y notas florales, puede ser el compañero ideal para una comida peruana, tailandesa o mexicana. La acidez del vino ayuda a equilibrar el picante, mientras que sus aromas complejos complementan los sabores exóticos de las especias y complementos del plato. Es una combinación que desafía las expectativas y deleita el paladar, para disfrutar de un grato momento con amigos, en esas charlas interminables en el cálido verano mendocino.

No podemos olvidar los vinos espumantes, que son mucho más versátiles de lo que solemos pensar, y que tradicionalmente estaban asociados al final de la velada o el brindis de sobremesa, pero que más allá del brindis, un espumante seco puede ser el acompañante perfecto para platos salteados en aceite de oliva y salados. La efervescencia del espumante y sus burbujas, limpia el paladar y realza la textura crujiente de los alimentos, creando un contraste delicioso. Probar un espumante con unas croquetas de jamón o unos calamares fritos apanados, resulta en una nueva dimensión de aventura gastronómica.

Para los amantes de los vinos rosados, hay maridajes que pueden sorprender gratamente. Un rosado seco puede ser el aliado perfecto para platos de pescados, sushi o ceviche. La frescura y vivacidad de un rosé complementan los sabores delicados del pescado crudo, mientras que su acidez equilibra la riqueza de los ingredientes. Es una combinación que celebra la elegancia y la simplicidad de la cocina japonesa y peruana, y recordemos que en Mendoza tenemos muy buenas expresiones de una y otra, aquí aprovechamos para recomendar un lugar de amigos y tradición peruana: Sabores del Perú en calle Arístides Villanueva al 721, un lugar realmente mágico de los queridos amigos Marita y Rey. Y si de recomendación se trata no se pierdan un blanco o rosado dulce Ay Pascuala, de la zona Mendoza Este, que ya hemos referido anteriormente y que nos sigue sorprendiendo cada vez que lo probamos.

Y claro un maridaje clásico que no puede faltar en la mesa mendocina es el de un buen Malbec con un tradicional asado a la parrilla, a la estaca, a la llama o sobre unas ramas y piedras improvisadas en algunos de los lugares bellos de nuestra tierra mendocina. El Malbec, con sus notas de frutas rojas y taninos suaves, complementa perfectamente la jugosidad y el sabor ahumado de las carnes asadas. Este maridaje es un homenaje a nuestras raíces y a la cultura del asado, que reúne a familias y amigos en torno al fuego, celebrando la vida y la amistad con cada bocado y cada sorbo.

Para aquellos que buscan algo más innovador, les proponemos un maridaje original: un Sauvignon Blanc, chardonnay o Tocai con unas empanadas de carne bien calientes y jugosas recién salidas del horno, muy distinto a los tradicionales acompañamientos con tintos. Los blancos, con su frescura y aromas florales, aportan un contraste interesante a las empanadas, realzando los sabores de la carne sazonada y la masa crujiente. Este maridaje es una celebración de la creatividad y la diversidad de nuestra gastronomía, demostrando que siempre hay nuevas formas de disfrutar y redescubrir los sabores mendocinos.

Y para esos días de calor intenso en el verano mendocino, un maridaje refrescante y típico es el de un Chardonnay bien frío con una ensalada de tomate y albahaca, con alguna variedad de quesos frescos. El Chardonnay, con sus notas cítricas y toques de manzana verde, aporta una frescura inigualable que complementa perfectamente la jugosidad y acidez del tomate, así como la fragancia de la albahaca. Este maridaje no solo es ligero y refrescante, sino que también celebra los sabores frescos y vibrantes de la temporada estival en Mendoza. Es una combinación ideal para disfrutar al aire libre, bajo el sol, y brindar por los buenos momentos del verano.

No podemos dejar de lado un maridaje histórico y delicioso como es el de la carbonada criolla con un Cabernet Sauvignon o un Merlot, claro para los días más frescos a alguna noche en una escapada a la montaña. Recordemos que la carbonada criolla, es un guiso tradicional que se remonta a los tiempos coloniales, está hecho a base de carne, maíz, papas, batatas, calabaza y frutas secas, cocido lentamente en una olla de barro. Este plato, que suele prepararse en las festividades patrias, es un verdadero festín de sabores y texturas. El Cabernet Sauvignon, con sus notas de frutas negras, especias y taninos firmes, complementa perfectamente la riqueza y complejidad de la carbonada. La estructura del vino equilibra la intensidad de nuestro tradicional guiso, mientras que sus aromas y sabores se entrelazan con los ingredientes del plato, creando una experiencia gastronómica memorable.

 Para cerrar este año lleno de sabores y momentos inolvidables, no podemos dejar de agradecer a todos aquellos que nos han acompañado en este viaje a través del mundo del vino y la gastronomía. Cada copa levantada ha sido un homenaje a nuestras raíces, a los viñedos que nos brindan su fruto y a las manos laboriosas que transforman esas uvas en verdaderas obras de arte. Desde un enfoque cultural, rescatando lo mejor de nosotros, unidos a la rica historia de Mendoza que se entrelaza a través de la Cordillera de los Andes a la historia del Mundo, nuestra intención es brindar un momento de solaz y distención todos los fines de semana, como recompensa a los ajetreados días de la labor diaria. Finalmente, en la mesa de fin de año, brindemos por los recuerdos compartidos y los sueños que están por venir, con los deseos de unas muy Felices Fiestas en familia y con nuestros seres queridos, a pesar de todo, como decía el gran y querido Jorge Sosa. Gracias por leernos, por invitarnos y compartir con nosotros el maravilloso mundo de Vino y Comidas, junto a Vinos e Historias, porque, como siempre decimos, nada mejor que un buen vino para contar una buena historia. ¡Salud y a disfrutar Mendoza!

 Juan Marcelo Calabria - marcelocalabria@yahoo.com.ar


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