Gastronomía y nieve: descubrí el encanto de Mendoza en julio

Sabores de invierno, en Mendoza, el invierno se sirve en platos generosos y condimentados. Desde la carne a la olla hasta las empanadas doradas, cada bocado cuenta una historia. Te invitamos a descubrir los sabores que hacen de esta provincia un destino irresistible en julio.

Juan Marcelo Calabria

Ha llegado la época de las vacaciones de invierno, o más precisamente en términos escolares la época del receso invernal a la hermosa tierra mendocina, y como no podía ser de otra manera el Señor Frío se está haciendo sentir con todo su rigor, tal como sabemos los mendocinos de pura cepa, esto es muy necesario y su impacto es positivo para muchos aspectos de la vida en nuestra provincia, desde la acumulación nívea para asegurar el recurso vital el agua, hasta el efecto reparador y sanador en los cultivos, entre ellos el que siempre nos convoca: la vid.

Más allá de las incomodidades y complicaciones que las bajas temperaturas extremas nos provocan, también es cierto que en esta época Mendoza conjuga sus paisajes nevados, su gastronomía y sus vinos atrayendo gran cantidad de turistas que ponen de relieve una de las actividades económicas más importantes: la antigua industria sin chimenea que ocupa mano de obra intensiva e impacta en muchos rubros de la rueda productiva menduca.

Los atractivos de temporadas convierten a la provincia en un paraíso para los visitantes, y la ciudad se transforma en el punto de partida ideal para explorar los diferentes circuitos turísticos donde se lucen los diferentes platos típicos y por supuesto los vinos que a lo largo y ancho, de este a oeste y de norte a sur, cautivan y deleitan como ya hemos referido en columnas anteriores. Y dentro de las comidas propias para esta época destacan nuestra carne a la olla, plato tradicional con carne, cebollas, zanahorias ajo, caldo de verduras y un toque de vino, quizás blanco pero también puede ser tinto y que luego de unas horas de cocción a fuego lento, donde la carne se deshace en su jugo, y las zanahorias y cebollas se mezclan en una danza de sabores, en la magia de una cacerola de hierro o disco de arado, y termina en un plato magistral al cual muy pocos se pueden negar, acompañado, ya una vez en el plato con una copa de un tinto robusto, Malbec, Cabernet o Syrah de estos tan buenos que se producen aquí, para realzar su sabor.

Gastronomía y nieve: descubrí el encanto de Mendoza en julio

Por supuesto no podemos dejar de mencionar la humita en chala o simplemente para acompañar otros platos, hermanada al norte a través de la ancestral cocina andina, aquí tiene su capítulo aparte con los mejores ingredientes que surgen de la agricultura de nuestra tierra. Imposible dejar de mencionar las famosas empanadas mendocinas con ese toque especial que a diferencia de otras regiones del país llevan mucha cebolla, aceituna y un toque de huevo duro, la tradicional empanada y copa de vino es un menú que queda bien incluso en un picadito al paso. Y si queremos ahondar en algunos platos más tradicionales podemos recurrir al osobuco al vino tiempo, o al glorioso tomaticán: un guiso por demás colorido que combina tomate, cebolla, pan, pimentón dulce, huevos y orégano, y que era el protagonista de las mesas de nuestras abuelas; y aquí no puedo evitar que corra un lagrimón recordando la humilde pero sabrosa mesa de mi familia de agricultores que lucía estos platos la mayoría con productos que yo mismo ayudaba a cultivar en la huerta familiar.

Desde hace unos años resurgieron en Mendoza los famosos restaurantes tipo bodegones, con manteles a cuadro, vajilla de lata o enlozada, botellones, pingüinos y sifones, que replican muchos de los platos que hemos descriptos y que, dentro de su sencillez, y su ambiente rústico nos recuerdan las antiguas casas de adobe del solariego paisaje mendocino. Son muchos estos bodegones en Mendoza que podríamos recomendar, nos dedicaremos a dos en especial sobre todo porque los hemos visitado recientemente, y de los que somos comensales consuetudinarios en la mesa familiar: El Gallego tradicional, en distintos puntos de la provincia, por sus milanesas de diversos sabores pero donde también destacan la tortilla de papa, las empanadas fritas o pastelitos de carne, el jamón crudo y muchos otros platos que agregamos a la lista ya detallada, en este caso en una fusión magistral de la cocina de nuestros abuelos inmigrantes. El querido Don Coco en la tradicional esquina de Dr. Moreno y Félix Bogado de Ciudad y para cerrar el restó, café y parrilla Gaudí con su cocina internacional y argentina, en 25 de Mayo de Ciudad, totalmente recomendado los tres.

Gastronomía y nieve: descubrí el encanto de Mendoza en julio

Y como no podía ser de otra manera, el vino, ese cómplice perfecto de momentos inolvidables nos invita a un sorbo de Malbec, o un brindis con Torrontés, o cualquiera sea el varietal que guste, para acompañar estos ricos platos de invierno y deleitar cada bocado. Así que, mientras disfrutas de las delicias locales, no olvides alzar la copa y brindar en un abrazo cálido entre la nieve y la concina mendocina para vivir y disfrutar Mendoza

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