El auge de Vaca Muerta impulsa el superávit comercial y la estabilidad cambiaria
La Argentina cerró 2024 con un superávit comercial récord en términos nominales de USD 18.899 millones, impulsado en gran medida por el sector energético, que registró su mejor desempeño en casi dos décadas. Este resultado también se vio favorecido por la recuperación del sector agropecuario tras la sequía y una notable caída de las importaciones en un contexto de retracción económica.
Según datos de la consultora ACM, la balanza energética arrojó un saldo positivo de USD 5.668 millones, el más alto desde 2006. Este hito contrasta con los déficits de USD 13 millones en 2023 y USD 4.471 millones en 2022, los cuales estuvieron marcados por el aumento de los precios internacionales de energía debido a la invasión de Rusia a Ucrania.
El giro favorable en la balanza energética se atribuye principalmente a la reducción de importaciones de combustibles, facilitada por la puesta en marcha del Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner). Asimismo, la producción de petróleo alcanzó su nivel más alto en 20 años y la de gas natural desde 2008, ambos impulsados por el desarrollo de Vaca Muerta.
El economista Federico Filippini, de Adcap, destacó que sin el aporte del sector energético, el superávit comercial de Argentina en 2024 se habría reducido a USD 13.000 millones. En contraste, en 2023 el país había registrado un déficit comercial de USD 6.926 millones debido a la sequía y una balanza energética negativa.
Desde el Gobierno de Javier Milei apuestan a que el crecimiento del sector energético continúe sosteniendo la apreciación del peso y la estrategia de competencia de monedas planteada en su plan económico. La consultora LCG informó que el 37% de la mejora en la balanza comercial se debió a la recuperación del sector agropecuario, mientras que la reversión del déficit energético explicó otro 25%.
En este contexto, las petroleras han acelerado sus inversiones en proyectos de Vaca Muerta, con el respaldo del Gobierno y organismos internacionales como el FMI. Alejandro Einstoss, economista del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi (IAE), señaló que las políticas de "populismo energético" aplicadas en las dos décadas previas costaron al Estado USD 150.000 millones en subsidios y generaron un déficit comercial de USD 36.000 millones.
Para 2025, el Gobierno prevé que la balanza energética registre un superávit de entre USD 8.000 y USD 10.000 millones, lo que contribuiría a mantener el superávit comercial general en un año en el que se espera una recuperación económica y un aumento de las importaciones.
El presidente Milei ha manifestado optimismo respecto al futuro del sector, destacando que el país podría experimentar un "excedente de dólares" gracias a los proyectos energéticos en curso, lo que permitiría avanzar hacia una "dolarización endógena".
Un informe de la consultora PwC dirigido a inversores internacionales proyecta que Argentina podría alcanzar un superávit energético de USD 30.000 millones para 2030, gracias al desarrollo del shale oil y shale gas en Vaca Muerta. No obstante, advierte que para acelerar las inversiones será clave la eliminación de las restricciones cambiarias vigentes.
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