Vaca Muerta: récord de fracturas en 2024 y expectativas de crecimiento para 2025

Durante 2024, la actividad en la cuenca Neuquina alcanzó cifras históricas con un total de 17.796 etapas de fractura en pozos no convencionales, marcando un incremento del 20% respecto a 2023, cuando se realizaron 14.722 fracturas.

En diciembre de 2024, las operadoras ejecutaron 1.227 etapas de fractura, de las cuales YPF lideró con 711 intervenciones, consolidándose como la principal protagonista en la región. Sin embargo, el dato también mostró una contracción del 21% respecto a noviembre, según un informe elaborado por Luciano Fucello, country manager de NCS Multistage.

El primer semestre del año estuvo marcado por fluctuaciones en la actividad. Enero y febrero contabilizaron más de 1.300 etapas cada mes, mientras que abril alcanzó un pico de 1.694 fracturas. En mayo, una disminución temporal vinculada al traslado de un set de fractura de Halliburton al proyecto Palermo Aike en Santa Cruz redujo la actividad a 1.572 etapas.

El repunte llegó en junio, con 1.703 etapas de fractura, un récord para la cuenca Neuquina. En ese mes, YPF también marcó un hito propio al realizar 886 intervenciones. A pesar de variaciones menores en los meses siguientes, la actividad total del año superó las expectativas iniciales.

Halliburton y YPF lideran la operación

En términos de compañías de servicios, Halliburton encabezó el ranking con 428 punciones, seguida por Schlumberger (292), Tenaris (262), Calfrac (162) y Weatherford (83). Entre las operadoras, YPF mantuvo su liderazgo anual, secundada por Pan American Energy y Tecpetrol, ambas con 162 etapas en diciembre, y Phoenix Global Resources, que cerró el mes con 100 intervenciones.

Proyecciones para 2025

Con los resultados de 2024 como base, el sector proyecta un incremento del 37% en las etapas de fractura para 2025, apuntando a un total de 24.000 intervenciones. Este crecimiento es clave para alcanzar el objetivo de producir un millón de barriles diarios de petróleo en Vaca Muerta para 2030.

Las cifras obtenidas no solo subrayan el potencial de la formación como motor de la industria energética nacional, sino que también refuerzan su relevancia en el escenario internacional como un pilar estratégico para el desarrollo de los recursos no convencionales.



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