Todo indica que el camino correcto fue optar por la desinflación

En opinión del analista, el equipo económico optó por el enfoque correcto al elegir el camino de la desinflación por encima de la acumulación de reservas.

Juan Pablo Rotger
Analista macroeconómico en Mariva Research Licenciado en Economía UBA, maestrando en UTDT, lleva cinco años trabajando en consultoría macroeconómica. Especializado en temas monetarios y financieros, con un enfoque multidisciplinario

El flujo de divisas se había complicado durante los meses de junio y julio, pero desde entonces se ha normalizado un poco. Esta recuperación, no se debe a una mejora particular de los ingresos agrícolas ya que estos siguen deprimidos por la baja en los precios de los granos; en cambio, se ha producido una fuerte reducción de la demanda neta no agrícola. De hecho, ésta había alcanzado su máximo el 31 de julio, cuando la media móvil- en cinco días- llegó a 188 millones de dólares diarios y desde entonces ha bajado a sólo 69 millones de dólares en el último registro. Este valor puede estar siendo afectado por una reducción de las importaciones, esperando la baja de la tasa del impuesto PAIS en septiembre, por lo que no podemos descartar un nuevo repunte de la demanda neta no agropecuaria. Pero no lo esperamos, para el resto del año el camino parece despejado. 

Nuestra proyección para la cuenta corriente en base caja para el período de agosto- diciembre apunta un superávit de 3.750 millones de dólares como resultado de un superávit neto de 10.200 millones de dólares de la balanza comercial de bienes, compensado por un déficit de 2.600 millones de dólares en servicios y 3.800 millones de dólares en pagos neto de intereses. Mientras tanto proyectamos un déficit neto de USD 1.140 millones en la cuenta de Capital debido principalmente a los pagos de bopreal y deuda privada, mientras que otros USD 1500 millones se perderían por la intervención del Banco Central sobre los tipos de cambio paralelos. De esta manera proyectamos que las reservas internacionales netas aumenten en USD 1 millón en lo que resta del año cerrando 2024 y sean negativas en USD 2 millones de cara a 2025.

Mucho se habla de los importantes pagos de la deuda del próximo año, de hecho las obligaciones de capital incluyen USD 5.200 millones a tenedores de bonos, USD 2.950 millones a organismos internacionales y  USD 2.000 millones de dólares de bopreal. Además, los pagos de intereses superarán los USD 12.000 millones el año que viene. Aunque en principio esto parece alarmante, el Gobierno ha mostrado confianza en su capacidad para hacer frente a estos vencimientos. 

Nuestro escenario base para la balanza de pagos de 2025 tiene los siguientes supuestos: los términos de intercambio se recuperan debido a una mejora en los precios de los granos particularmente de la soja; un importante superávit comercial energético asumido en 4.000 millones de dólares pero con un significativo potencial alcista, regularización de los pagos de exportaciones, niveles depreciables de giros de utilidades y dividendos y un ingreso conjunto de más de 4.000 millones a través de inversión extranjera directa vinculado al Rigi e inversiones de portafolio. Con todo esto, proyectamos un superávit por cuenta corriente en base de caja de 8.670 millones de dólares en 2025, con un verde de bienes de 28.900 millones de dólares, parcialmente compensado por 8.000 millones de dólares de déficit en servicios y los pagos de intereses antes mencionados. En cuanto a la cuenta de capital que arrojaría un déficit de 7.000 millones de dólares con pago de deuda tanto público como privada de más de 10.000 millones de dólares; así pues creemos que las reservas internacionales netas aumentan el 1500 millones de dólares, más cualquier financiación que obtenga el gobierno. Este ejercicio ha reforzado nuestra opinión de que el equipo económico adoptó el enfoque correcto al elegir el camino a la desinflación al de la acumulación de reservas.

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