Secretos, dudas y certezas del sistema que promete extraer oro sin cianuro

Los australianos que ayer se reunieron con el gobernador hicieron una presentación de su sistema Clean Minning. Aunque despejó algunas dudas, hay cierta incredulidad respecto a los alcances reales en comparación con las expectativas que se están creando.

El relato de las autoridades provinciales que estuvieron en Canadá durante el pasado PDAC, sobre la posibilidad de extraer oro sin cianuro en Mendoza a partir del sistema de una firma australiana, generó altas expectativas en el mundo económico provincial. Ayer el gobernador Rodolfo Suarez recibió a representantes de Clean Earth Technologies, la firma que promete extraer oro sin utilizar cianuro "ni hacer uso de ningún tipo de sustancia peligrosa".

La promesa es atractiva, pero a la vez genera muchas dudas en profesionales de la geología y el sector minero, porque a ciencia cierta no se conoce sobre la operación de un sistema así en el mundo. No hay proyectos de gran minería que utilicen el proceso que se está ofreciendo.

La cuestión que hace ruido es el alto nivel de expectativas que se creó en torno a la promesa australiana, lo que lleva -por ejemplo- a pensar que puede ser el puntapié inicial del desarrollo de la minería a gran escala, cuestión que -por ahora- parece bastante improbable.

La oportunidad para despejar parte de esas dudas la tuvo anoche un grupo compuesto por menos de un centenar de personas que fueron invitados a la presentación del sistema Clean Minning, el proceso que ofrece Clean Earth Technologies junto a las firmas Ennsight y Frimont. Se trató de una primera presentación que tendrá un segundo capítulo este jueves, durante la mañana con representantes de universidades y cámaras empresarias.

En el primer encuentro hubo funcionarios provinciales, empresarios, profesionales de la geología y otros invitados. A partir de varios testimonios, Memo pudo enumerar parte de las cuestiones que se aclararon sobre el sistema y las que aún generan dudas.

Secretos, dudas y aclaraciones

El primer punto es que no se trata de empresarios mineros, no poseen yacimientos, sino que lo que buscan es vender su sistema que -aseguran- no usa sustancias prohibidas. De este modo, no se puede esperar un desarrollo minero por parte de esta empresa, sino más bien buscan potenciales clientes para su sistema en zonas donde la explotación está directamente prohibida, como es el caso de Mendoza.

Una cuestión que le quedó clara a los participantes, es que mucho de lo que querían saber no se les iba a revelar porque "es parte del secreto industrial" que la firma australiana busca proteger.

A pesar de eso, algunos profesionales de la geología señalaron que "fueron bastantes sinceros" y reconocieron que en su mayoría están trabajando en etapas experimentales, salvo en un proyecto en Estados Unidos con una empresa grande. Sin embargo, no pueden revelar el nombre de la compañía y el yacimiento por un acuerdo de confidencialidad.

En su afán por conocer, los geológos insistieron y se les relevó que en el método se utiliza tiosulfato de sodio. Se trata de un compuesto químico que no es desconocido, que ya fue utilizado hace muchos años para extraer oro, pero que fue descartado por la mayor efectividad del cianuro. Los profesionales quedaron sorprendidos porque es algo que ya se usó, pero en ese momento se les aclaró que al tiosulfato de sodio se suman otros tres compuestos. Pero al preguntar cuáles eran, otra vez les dijeron que no se pueden revelar por el secreto industrial. Desde la firma australiana señalaron que eso sólo se le dará a conocer a la empresa que los contrate.

Ese punto, por ejemplo, les generaría problemas para pensar en instalar su sistema en Mendoza, porque en la provincia todo proyecto minero necesita una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y, peor aún, si es metalífero debería pasar por la Legislatura. Sin temor a equivocarnos, con la experiencia local, nunca pasaría el filtro político un proyecto con un sistema que tenga compuestos químicos "secretos".

Aún así, la empresa prefiere mantener esos datos como confidenciales, aunque también comentaron que su sistema está patentado y no debería correr riesgo ya que tienen registrada la propiedad del proceso.

¿A quién va dirigido el sistema?

Otra cuestión que quedó clara en el encuentro, es que se trata de un sistema que apunta -por ahora- a pequeña y mediana minería del oro. Ese punto en particular dejaría fuera del radar a Don Sixto, yacimiento ubicado en el sur provincial y que es una de las minas que busca desarrollar Malargüe a partir del proyecto de ley de zonificación. Este último documento es el que prometió presentar el intendente Juan Manuel Ojeda en la Legislatura provincial.

Un detalle que destacaron los especialistas, es que durante el video institucional se mostraba cómo algunos operadores, a mano descubierta y sin máscaras, manipulaban algunas sustancias en un barril para mostrar que no había peligro alguno en el manejo de las sustancias. Sin embargo, los ojos de los especialistas vieron en esa acción un trabajo casi artesanal, alejado de la minería que realmente puede tener un impacto real en la matriz productiva.

En el análisis de expertos, y a la espera del encuentro de este jueves que promete tener un perfil más técnico, se trata más bien de la visita de una empresa intentando vender un producto en una zona donde las restricciones de la Ley 7.722 hacen imposible la extracción de oro. Sin embargo, consideran que con lo poco que conocen se trata de una etapa experimental que apunta a pequeños yacimientos, que en el caso de Mendoza no son abundantes o no están explorados.

Para los profesionales es fundamental explicar que cualquier método no sirve para cualquier tipo de mineral, por lo que la única forma de saber si funciona es verlo en acción. Sin embargo, cuando preguntaron dónde podrían verlo se les indicó que no hay forma de hacerlo y que eso sólo lo podría ver un potencial cliente.

Tampoco es posible pensar -por ejemplo- en la idea de una planta piloto en Mendoza, porque las restricciones de la Ley 7.722 no permiten ni siquiera experiencias de prueba. Sólo basta recordar la oposición que generó durante la administración de Francisco Pérez la presentación de proyectos de exploración para Hierro Indio y Cerro Amarillo. Eran procesos menores, sin sustancias (sólo con pico y pala), y aún así fueron rechazados bajo una fuerte presión de grupos ambientalistas.

A la espera de conocer más detalles, si es que se pueden revelar, el primer acercamiento mostraría que las expectativas que se trajeron desde Canadá parecen ir mucho más allá de lo que realmente puede ofrecer el sistema australiano.

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