¿Por qué nunca volvieron los australianos que prometían extraer oro sin usar cianuro?
Hace dos años Clean Earth Tecnologies llegó con bombos y platillos a Mendoza. Aseguraban tener un sistema que prometía saltarse las restricciones de la Ley 7.722 para extraer oro. ¿Qué pasó desde entonces?
Hace dos años, a principio de agosto del 2022 llegó a Mendoza un grupo de australianos con un sistema que aseguraban podría revolucionar la industria minera. Prometían, nada más y nada menos, que la extracción de oro sin cianuro. Se trataba de una idea que podría permitir el desarrollo de ese tipo de minería sin chocar con la restricción de la Ley 7.722.
La idea sonaba maravillosa y muchos actores del sector se acercaron a la presentación que se hizo en un hotel céntrico. Sin embargo, después de dos años nunca más se supo de ellos y nunca volvieron a Mendoza. ¿Qué pasó?
Para ponernos en contexto, recordemos que la normativa antiminera prohíbe, específicamente, el uso de cianuro en los procesos productivos. En la minería del oro, este químico es el más efectivo y económicamente rentable para el desarrollo de un proyecto.
En Mendoza los echaron y en San Juan los recibieron: invertirán US$10.000 millones
Con las limitaciones que tiene Mendoza, la idea era muy buena. Desde el Ejecutivo les abrieron las puertas para escuchar la propuesta. Los directivos de Clean Earth Technologies se reunieron con el gobernador Rodolfo Suarez y luego hicieron una presentación pública de su sistema. Fue en ese momento donde se presentaron las primeras dudas.
Si bien explicaron que su procedimiento consistía en aplicar un método sin cianuro, con base el triosulfato de sodio, había otros tres elementos que no quisieron revelar por cuestiones comerciales. Algunos geólogos que estuvieron presentes, con ojos especialistas, fueron preguntando y confirmaron que se trataba de un método con tiosulfato de sodio. Lo llamativo es que no se trata de un compuesto desconocido, porque ya fue utilizado hace muchos años para extraer oro, pero que fue descartado por la mayor efectividad del cianuro.
Si bien se entendía que podrían cuidar su método de posibles competidores, nadie podría pensar en venir a un lugar como Mendoza, con una Ley como la 7.722, con sistemas "secretos".
Más allá de las dudas que generó el caso, explicaron que la idea de su visita a Mendoza era conseguir una muestra de mineral local para hacer pruebas. Necesitaban 15 kilos y la única alternativa era Don Sixto (propiedad de Yamana Gold), yacimiento del sur provincial que fue explorado antes de la aparición 7.722 y que fue abandonado cuando se dictó la ley antiminera.
Semanas después de la visita me comuniqué con Andrés Venafri, gerente de ventas regional de Clean Earth, quien aseguró que estaban avanzando en las tratativas para conseguir las muestras del yacimiento. Esa intención se daba en medio de la negociación para la venta de Yamana a la sudafricana Gold Fields, negociación que parecía cerrada, pero que terminó con un vuelco importante cuando se metió en el medio Pan American Silver y se quedó con la compañía.
Al tiempo volví a insistir, pero no tuve respuesta, e intenté saber algo con un socio local que presentaron en su momento. Sin embargo, al primer mensaje se molestó por el intento de comunicación y culpó a los medios por la demora para conseguir la muestra.
¿Y qué pasó con la muestra?
Finalmente, dos años después, se puede confirmar que Clean Earth Technologies nunca obtuvo una muestra de mineral en Mendoza para poder analizar en Australia. Por eso, nunca volvieron por Mendoza y, como muchos otros casos, pasó a ser una anécdota.
Recordando el hecho, y como todos se conocen en la industria minera, en el sector recordaron que la empresa viajó con muy poca información respecto a lo que podría conseguir, porque fueron en busca de muestras que no estaban disponibles. "Buscaban una mina de oro y acá se encontraron con que no había ninguna", explicó un experimentado ingeniero.
El problema, según explicó el especialista, es que cuando se aprobó la Ley 7.722 en Yamana Gold se fueron de Mendoza, se olvidaron de Don Sixto y de todo lo que se había explorado. Si bien se perforó en la zona, no se resguardaron los testigos (muestras) y "estaban tirados en el campo". Eso, según indicó, es lo mismo que no tenerlos, porque al no estar ordenados, no sabés a qué pozo pertenecen, a qué profundidad se obtuvieron, ni cuando se extrajeron. Eso, significaría que el día que se pueda explotar, habría que hacer todo el proceso de nuevo.
Caso contrario, comentó el mismo especialista, es lo que sucede hoy con los tres proyectos de exploración aprobados a Geometales (Las Choicas, El Burrero y Adriana), de Pampa Energía. Aunque también fueron explorados y se hicieron sondajes hace muchos años, los testigos fueron resguardados y organizados en un galpón por el socio local que tienen estas propiedades mineras. Por eso, ahora, cuentan con una base de información importante para pensar en los pasos que van a seguir.
Así las cosas, cuando los australianos intentaron buscar una muestra, se encontraron con la ausencia de las mismas y, además, justo en el proceso de venta de la compañía que tenía la mina. De hecho, dentro de la venta de Yamana a Pan American Silver, Don Sixto no era motivo de negociación, sino que venía dentro del paquete.
Desarrollo de nuevos sistemas
Si bien este caso no resultó ser un aporte, la industria australiana se caracteriza por la innovación y el desarrollo de procedimientos y tecnología en minería. Trabajan mucho en investigación, a un nivel tal que luego patentan y venden sus procedimientos alrededor del mundo, generando ingresos importantes por ese valor agregado.
Sin conocer la totalidad del sistema que venían a ofrecer, para los expertos resulta muy parecido a algunos aplicados en Chile en producción a muy baja escala.
Además, y buscando alternativas similares, acá muy cerca se trabaja en nuevos procedimientos. En el Instituto de Investigaciones Mineras de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, desde 1990, trabajan en el desarrollo de métodos sin cianuro en la extracción de oro.
En este caso no es por la prohición del uso del químico, sino porque el tradicional proceso de lixiviación no es efectivo en la separación en el caso de los minerales refractarios, en los cuales se obtiene un rendimiento inferior al 75%.