Radiografía del acceso de los niños a los servicios públicos
Las infancias son de las poblaciones más sensibles a la contaminación ambiental, hacinamiento, mala calidad del agua, condiciones de vivienda deficitarias e inseguridad ciudadana, entre otros
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), junto al Banco Hipotecario, publicó el documento de investigación "Diagnóstico del Hábitat Infantil para un Desarrollo Sostenible". El informe, elaborado por Ianina Tuñón, Matías Majlar y Nicole Robert, pone el foco en la relevancia de un hábitat saludable como derecho de todas las personas y, en particular, de los niños, las niñas y adolescentes.
El documento resalta que las infancias son de las poblaciones más sensibles a la contaminación ambiental, hacinamiento, mala calidad del agua, condiciones de vivienda deficitarias e inseguridad ciudadana, entre otros. En este sentido, analiza cada dimensión del espacio del hábitat de vida según desigualdades sociales y disparidades entre grandes aglomerados urbanos del país.
El estudio destaca que es imperativo profundizar, mediante acciones concretas, el mejoramiento de las condiciones de hábitat de vida de la ciudadanía, lo cual tendría consecuencias positivas de gran significancia en el crecimiento madurativo y cognitivo de los niños/as, no solo en sus primeros años de vida, sino también en su posterior desarrollo y crecimiento.
Resumen de resultados
Los problemas predominantes en el entorno habitacional que impactan en la infancia, en términos de su frecuencia, son los siguientes: la inseguridad en los vecindarios (77%), la carencia de servicios públicos como desagües, veredas y pavimentos (56%), la presencia de drogas (54%), la falta de acceso a la red de gas (53%), la contaminación ambiental (48,6%), la ausencia de sistemas cloacales (38%), y en menor medida, situaciones de precariedad habitacional (19%), hacinamiento (18%) y tenencia irregular de vivienda (10%).
El documento afirma que un punto crítico es el acceso al agua ya que el 15% de los niños/as no dispone de agua corriente y el 20,5% tiene una mala calidad del servicio de agua. La desigualdad social agrava estas privaciones ambientales, especialmente para los niños/as y adolescentes más desfavorecidos económicamente. Esta situación se evidencia con mayor crudeza en el Conurbano Bonaerense y el Gran Tucumán, aunque las disparidades también existen en otros entornos urbanos, como detalla el informe.
La inseguridad y la presencia de drogas en los vecindarios representan barreras significativas para aspectos fundamentales de la socialización de los niños/as y adolescentes, ya que limitan su capacidad de jugar en espacios públicos y de desplazarse de forma autónoma hacia la escuela u otros lugares.
Los problemas ambientales y el déficit de servicios públicos en los barrios están interrelacionados, ya que la falta de desagües, por ejemplo, puede propiciar la propagación de enfermedades graves como el dengue. Asimismo, el acceso a agua potable, condiciones adecuadas de saneamiento y gas domiciliario son cruciales para la nutrición y la salud de los niños/as, así como para su desarrollo físico y sus capacidades educativas.
Además, cerca del 20% de los niños/as y adolescentes viven en condiciones de hacinamiento o en viviendas precarias, lo que limita su desarrollo personal al no contar con espacios para la privacidad, el descanso adecuado o la interacción social con sus pares. La precariedad habitacional también conlleva riesgos para su supervivencia y bienestar.
Por último, aproximadamente el 10% de los niños/as y adolescentes residen en viviendas informales, lo que genera inestabilidad y vulnerabilidad en su entorno habitacional, lo que probablemente afecta negativamente el bienestar psicológico de los adultos a cargo de su cuidado y crianza.