Potencial versus datos reales: números del cobre del lado chileno y el mendocino de la cordillera
Cuánto producen y cuánto generan las minas que están del lado chileno frente a Mendoza, frente a la exploración que se quiere impulsar en Malargüe y los únicos recursos medidos de este lado de la montaña.
Más allá de las razones particulares que tiene Mendoza, y la Argentina en general, para impulsar el desarrollo de la minería del cobre (las cuales tienen que ver con el contexto interno), un factor internacional es la escasez del mineral proyectada para los próximos años.
Cuánto podría aportar Mendoza a reducir la falta de cobre proyectada dependerá de los resultados que se obtengan en las exploraciones que el Ejecutivo provincial espera impulsar en Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO). Por fuera de eso, lo único medido y certificado en Mendoza es el proyecto San Jorge, uno de los yacimientos más avanzados de la Argentina.
Para poner en contexto, hoy la producción de cobre a nivel mundial se mueve en torno a los 22 millones de toneladas anuales, cifra que este año se acercará a los 23 millones y en 2025 aumentaría a los 23,5 millones de toneladas. Son cifras con leves aumentos, porque los grandes proyectos del mundo (muchos de ellos ubicados en Chile) están en descenso en su producción y se suman pocos proyectos con niveles de producción capaces de suplir esa caída.
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Por eso es importante la exploración, porque se necesita encontrar nuevos yacimientos de cobre para cubrir una mayor demanda que, debido al cambio de la matriz energética (más todos los usos habituales que ya tenía el cobre), se elevaría a un nivel en torno a los 50 millones de toneladas.
Un factor clave para poder pensar en que Mendoza puede aportar a la mayor demanda es la cercanía con Chile, algo que se repite mucho, pero que tiene respaldo en la geología. Existe la base técnica para pensar que la apertura a la exploración en el territorio provincial puede resultar positiva en la cantidad de mineral existente y atractiva para los inversores.
Los números del factor Chile
Un territorio que estaba tachado de pronto puede aparecer como posible y si, además, está pegado a buenos yacimientos de Chile, tiene buenas perspectivas. Pero para solventar esas afirmaciones vamos a ponerle números a los discursos y confirmar que acá se trata de datos y no relatos.
Chile durante el 2023 alcanzó una producción total de cobre mina de 5,25 millones de toneladas, lo que significó un 24% de la producción mundial. Para 2024 se proyecta 5,51 millones de toneladas y de 5,84 millones de toneladas para 2025. De esta forma, el vecino país seguirá siendo líder mundial en cobre con una participación aproximada de 24,5% y 24,7%, del mercado en los próximos dos años.
Si analizamos el nivel de producción de los yacimientos cercanos a Mendoza, nos encontramos con la razón por la cual se habla del potencial, las expectativas y la geología. Además, nos permite poner en contexto lo que sí está medido en Mendoza y cómo los grupos que se oponen a la actividad generan miedo en torno a frases que no se sustentan en el factor técnico.
En Andina, la división que tiene la estatal Codelco apenas se baja desde el Complejo Los Libertadores, la producción del 2023 fue de más de 165.000 toneladas, de acuerdo a las cifras de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) y el Consejo Minero. El último dato de este yacimiento corresponde a marzo de este año, cuando se alcanzó una producción mensual de 17.100 toneladas de mineral.
Chagres, que aparece en el mapa de producción minera muy cerca de Mendoza, corresponde a una fundición de Anglo American, misma empresa propietario de Los Bronces, el único proyecto de cobre que opera en la Región Metropolitana de Santiago. La misma que posee la mina El Soldado. Además, esta empresa minera está en la mirada del mundo del cobre por los intentos para comprarla por parte de BHP, la compañía más grande del sector a nivel mundial.
En el caso de Los Bronces estamos hablando de una producción de 216.000 toneladas anuales, contra las 40.000 de El Soldado. En tanto, la función de Chagres produjo 110.000 toneladas de cobre fino.
La joya de la corona para el caso de la cordillera enfrentada con Mendoza es El Teniente, de la estatal Codelco, con una producción anual de 352.000 toneladas de mineral. Tiene la particularidad de estar ubicada en la Región de O'Higgins, una zona reconocida -además- por su desarrollo vitivinícola de nivel mundial.
La real dimensión por encima de los miedos
Al sumar la producción de cobre del lado chileno de la cordillera que se comparte con Mendoza no encontramos con una cifra en torno a las 800.000 toneladas de cobre, lo que equivale -aproximadamente- al 15% de todo el cobre envía Chile al exterior. Si eso lo llevamos a números, en el 2023 el vecino país exportó cobre por US$53.031 millones, por lo que el porcentaje que le toca a los proyectos cercanos sería de unos US$7.950 millones.
Sólo con la exploración que se pretende impulsar en Malargüe Distrito Minero Occidental se podrá saber si de este lado de la cordillera existe un potencial parecido y cuánto podría aportar Mendoza a la necesidad de cobre del mundo.
Sin embargo, hoy lo que se puede poner sobre la mesa es lo que sí está medido. El proyecto San Jorge en Uspallata tiene recursos totales de 194 millones de toneladas de mineral que contienen 900.000 toneladas de cobre contenido. Eso llevado a una producción que significaría más de 40.000 toneladas anuales.
Considerando el nivel de los proyectos que hemos mencionado del lado chileno, estamos hablando de un yacimiento mediano a pequeño, quizás cercano a la producción de El Soldado, pero cuatro veces menos que lo que produce Andina. Si lo ponemos frente a El Teniente es 10 veces más pequeño.
Por eso, es bueno entender las dimensiones de los desarrollos mineros para no dejarse llevar -por ejemplo- por algunos conceptos de la difusión antiminera, como cuando se habla de "megaminería". Un concepto que no existe en lo técnico y que es altamente difundido (incluso muy usado por el periodismo) porque tiene un efecto mediático y se utiliza para generar miedos.
Un proyecto de ese tamaño, en una zona que no tiene los desafíos que probablemente sí tendrán los proyectos que están contenidos en MDMO, no debería suponer ningún tipo de problema para desarrollarlo con la tecnología aplicada en la minería actual. Todo lo contrario, lograría generar un impacto casi inmediato en lo económico si se aprobara, ya que -por marcar sólo un beneficio- un proyecto de este tamaño puede necesitar de más 2.000 empleos directos para su etapa de construcción que tomaría unos dos años.
En ese contexto, Mendoza sigue avanzando en el desarrollo de su plan minero con el Informe de Impacto Ambiental de MDMO en proceso de análisis. Será en ese momento si hay potencial que se sume al conocido para aportar desde este lugar del mundo a la escasez de cobre que tendremos en el corto plazo.