Leé un fragmento del libro "Desarrollo", de Gerónimo Frigerio
¿Por qué el desarrollo es el futuro de América Latina? Porque supone pasar de la pobreza a la generación de riqueza, de la informalidad a la formalidad y de una realidad de desempleo a una de creación de trabajo. Gerónimo Frigerio explica cómo en un libro realista y esperanzador.
El sello editorial Sudamericana lanzó el libro "Desarrollo" de Gerónimo Frigerio.
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En su presentación al público, Penguin informó que "la ambición de este libro es servir de inspiración a hombres y mujeres de América Latina para que nos convirtamos en actores del desarrollo y, por lo tanto, en protagonistas de un futuro mejor en nuestros países y en la región".
En ese punto, sostuvo que "el proceso de desarrollo no solo implica pasar del estancamiento al crecimiento, de la pobreza a la generación de riqueza, de la informalidad a la formalidad, o de una realidad de desempleo a una de creación de trabajo; supone también convertir las trabas en oportunidades, la parálisis en acción, el desánimo en esperanza".
Además, agregó: "Con la claridad y contundencia con que lo hizo en simple. Una idea para transformar el futuro de América Latina, Gerónimo Frigerio combina visión individual, nacional y regional en un marco de reflexión realista, práctico y constructivo, y presenta un mensaje optimista: América Latina puede dejar de ser un conjunto de países sin rumbo para transformarse en un conjunto de sociedades que planifican su futuro".
Así habló de su trabajo el autor en diálogo con el periodista Carlos Pagni:
La Introducción del libro "Desarrollo", de Gerónimo Frigerio
¿Por qué Desarrollo? El propósito del libro es inspirar a los latinoamericanos a transformarnos en protagonistas del proceso de desarrollo de nuestros países y región, que implica pasar de la pobreza a la generación de riqueza, de la informalidad a la formalidad y de una realidad de desempleo a una de creación de trabajo.
¿A quién está dirigido Desarrollo? A todas las personas que quieran, puedan y se animen a vivir una vida que trascienda el progreso individual y aspire a tener un impacto positivo en el desarrollo de nuestros países y región. En términos prácticos, cada uno de nosotros puede hacer aportes valiosos y constructivos a nuestras sociedades, seamos empresarios, emprendedores, empleados públicos o privados, políticos, docentes, estudiantes, investigadores, periodistas, legisladores, inversores, deportistas, actores o profesionales. Todos estamos convocados a ser parte de un esfuerzo cooperativo que nos permita vivir mejor. Ese aporte puede ser valioso y positivo si primero logramos visualizar el camino colectivo por delante. Ese recorrido conjunto es la senda del desarrollo. Este libro busca facilitar una mirada edificante y conjunta.
Como primer paso hacia ese trayecto, reflexionemos sobre una serie de preguntas clave para comprender la dimensión del desafío por venir:
¿Cómo hacemos la transición de la pobreza a la generación de riqueza?
¿Cómo pasamos de una realidad de desempleo a una de creación de empleo?
¿Cómo dejamos atrás una informalidad con reglas que no se observan y vamos a una formalidad de reglas que podamos cumplir?
¿Cómo ir del estancamiento a un sendero de crecimiento?
¿Cómo transformar una situación de desánimo por una de esperanza?
¿Cómo dar el paso de la parálisis a la acción?
¿Cómo salir de un estado de "espera" e ir a uno de "gestión"?
¿Cómo atravesar la inacción para llegar a un proceso de adopción de reformas?
¿Cómo pasamos de ser perdedores de la globalización a ser ganadores de una nueva era?
¿Cómo dejamos de ser un conjunto de sociedades sin futuro para transformarnos en un conjunto de sociedades que planifican su futuro?
¿Cómo eliminamos nuestras burocracias ineficientes y convertimos a nuestros Estados en "máquinas" digitales eficientes?
¿Cómo se da el paso de una cotidianeidad marcada por la corrupción a una donde la regla sea la transparencia?
¿Cómo implementar la conversión de lo analógico a lo digital?
¿Cómo hacer la transición del estancamiento en el pasado a la construcción de un mejor futuro?
¿Cómo abandonamos el hábito de ver nuestra cultura como un pasivo y comenzamos a entenderla como un activo?
¿Cómo dejamos de persistir en nuestros errores y pasamos a capitalizar las lecciones aprendidas de nuestra historia?
Estas preguntas y sus potenciales respuestas nos dan una idea del recorrido que propone Desarrollo. ¿Por qué? El libro presenta un análisis de los desafíos planteados donde confluyen la visión individual, nacional y regional en un marco de reflexión constructivo y práctico.
Profundicemos: el futuro de cada uno de nosotros y nuestros países se verá afectado por la aceleración de la revolución digital (que podemos observar a partir de la incidencia de la inteligencia artificial en nuestras vidas) y la evolución del orden mundial (que podemos vislumbrar en el reordenamiento global que surge de la creciente tensión entre Estados Unidos y China). Adicionalmente, nuestra región atraviesa un contexto macroeconómico adverso, tensión en torno a las instituciones democráticas y creciente conflictividad social.
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El tiempo por delante nos ofrece una oportunidad de desarrollo genuina. Será clave saber interpretarla y adaptarnos a los cambios por venir de forma ágil. Para ello, el sector privado y el sector público deberán alinearse con eficiencia para maximizar las oportunidades de desarrollo, generando riqueza y creando empleo.
El punto de partida de nuestra región es malo. ¿Por qué? Porque si el progreso individual es difícil, el desarrollo es inviable.
Por ejemplo, José G. y su familia viven en una casa de la cual no tienen título de propiedad. El barrio donde viven tiene acceso a los servicios básicos -agua, luz y gas-, pero su casa aún no está conectada a la red de servicios públicos. José quiere progresar. Intenta regularizar la situación de su vivienda concurriendo a múltiples oficinas del Estado, llenando formularios y pagando tasas para registrar su casa y solicitar la conexión a la red de servicios públicos. La complejidad burocrática y los costos frustran sus intentos. Sin formación profesional, pero con ánimo y necesidad de prosperidad, inicia un emprendimiento: un comercio. Intenta registrarlo, llena formularios, paga múltiples tasas e impuestos, pero descubre que es más rápido y económico hacerlo en la informalidad. Es decir, por fuera de las reglas y los costos del Estado. Su necesidad limita sus opciones. Su plan de negocios es incompatible con los tiempos y los costos del Estado. El comercio de José florece, pero solo puede contratar a personas de confianza que estén dispuestas a trabajar en la informalidad. Puede hacer negocios únicamente en su barrio porque no reúne ninguno de los requisitos para escalar su emprendimiento. José encuentra en las redes sociales una oportunidad: herramientas digitales para expandir su comercio. Sabe que su negocio podría seguir creciendo si tuviera una formalidad simple, menores costos y facilidades para hacer negocios en otras jurisdicciones.
¿José elige ser informal? No, él preferiría estar en regla, pagar impuestos y beneficiarse de servicios públicos que faciliten su progreso. Sin embargo, necesita proveer para su familia y toma riesgos para crecer. El vínculo de confianza entre José y el Estado se rompe con el paso del tiempo.
La frustración lleva a José a aconsejar a su hija, Ana, a emigrar a otro país de la región que aparentemente presenta mejores oportunidades de progreso. Ana hace sus valijas y emigra a ese nuevo país. Meses después, Ana le cuenta a José las buenas noticias: ya accedió a una vivienda, aunque todavía no tiene el título de propiedad; está intentando conectarse a la red de servicios públicos y comenzó un emprendimiento en la informalidad hasta tanto pueda cubrir los costos y requisitos para regularizar su situación en su nuevo país. Ana quiere progresar, pero se encuentra con limitaciones similares a las que afrontó su padre.
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¿Cuántas generaciones tienen que transitar la misma experiencia antes de que transformemos nuestras reglas e instituciones para facilitar la vida de los latinoamericanos? Desarrollo busca armonizar las visiones de los actores clave en el proceso de desarrollo de nuestros países. Conseguilo y leé más haciendo clic aquí.