La odisea de los exportadores que se arriesgan en un país anormal

Uno de los empresarios detrás de la pyme mendocina que envía carne a China comentó cómo a pulso y esfuerzo están logrando ingresar al mercado del gigante asiático.

Exportar en un país como la Argentina es una tarea muy compleja e incierta. Las reglas del juego pueden cambiar en cualquier momento y en la mayoría de las ocasiones para complicar la labor de quien quiere vender productos locales al exterior. Si a eso le sumamos que el exportador tiene base en Mendoza y debe coordinar decenas de cuestiones logísticas, se convierte en una tarea titánica.

Hace algunos días se conocía el caso de la pyme mendocina que exporta carne a China, lo que es todo un logro. Pero detrás de ese anuncio hay un esfuerzo mayor y también una serie de dificultades que deben enfrentar los propietarios de la firma. Mauricio Clavijo y su socio José Vega, saben muy bien lo difícil que es exportar y cumplir con las exigencias y la demanda de mercados como el chino, pero aún contra todos los "palos en la rueda" con los que se encuentran en el camino apuestan a seguir y esperan que en algún momento la Argentina se vuelva un país donde el exportador tenga reglas claras y pueda trabajar un poco más tranquilo.

En conversación con Memo, Mauricio Clavijo, uno de los propietarios de la marca Lindo Campo, la pyme mendocina que desde mayo del año pasado envía carne a China, explicó cómo trabajan desde las oficinas que tienen en la provincia y en Uruguay para enviar cinco contenedores semanales al mercado más grande del mundo.

Después de experiencia en exportación de granos y aceites a países como Chile y Uruguay, la empresa -creada hace 14 años- se encontró con clientes chinos ansiosos de obtener carne argentina, por lo que apostaron por entrar a este mercado que -como ellos mismos dicen- no tiene techo por la alta demanda que existe en la nación asiática.

Según comentó Clavijo sus clientes son particulares y el propio gobierno chino, quienes exigen altísimos protocolos de calidad para cada producto que compran.

En la actualidad enviar un contenedor con carne, dependiendo del tipo y calidad, cuesta entre U$S160.000 y U$S205.000, por lo que el financiamiento es fundamental a la hora de querer exportar. Se trata de una aventura en la que no pueden dejar nada al azar y en la que se establecen controles estrictos durante todo el proceso.

La firma GROUP IMP/EXP INTERNACIONAL SAS, con su marca Lindo Campo, compra animales desde Santa Fe a La Pampa y utiliza un total de 12 frigoríficos habilitados con los códigos que exigen las autoridades chinas. Ninguno de ellos está en Mendoza y sólo algunos de sus envíos han tenido carne local por la baja producción del tipo que están exportando.

Sin embargo, Clavijo destacó que la empresa es cien por ciento mendocina. "Los chinos vienen acá y se firman los contratos. Todo se hace en Mendoza; pero en Cuyo no hay frigoríficos certificados para China", explicó. Ese hecho se suma a otras cuestiones que deben superar a la hora de la logística de su negocio, el cual está lleno de detalles.

"Se hacen compras de los animales en tropas elegidas por el Senasa para China y se les hace un seguimiento", recalcó uno de los propietarios de Lindo Campo. "Sólo somos usuarios de los frigoríficos, nada es de ellos, ni las cajas ni las piolas, todo es de la empresa. Ellos sólo prestan el servicio", aclaró el empresario mendocino.

La odisea de los exportadores que se arriesgan en un país anormal

Respecto a la posibilidad de sumar más producción de la provincia, se mostró optimista respecto a lo que puede suceder ahora que se va a poder enviar novillo terminado a grano que es lo que se está haciendo en Mendoza.

En la actualidad los protocolos que se cumplen consideran, por ejemplo, que durante el proceso desde que ingresa el animal al frigorífico hasta que es faenado y envasado tenga veedores de la empresa. El proceso se inicia con la faena, el desposte y luego el envasado al vacío. Más tarde se congela y después de 4 o 5 días se inicia el proceso de transporte con la empresa naviera hasta que sale el contenedor del puerto.

De siete a diez días demora el proceso desde que el animal ingresa al frigorífico hasta que sale el container, que demora 45 días hasta llegar a China.

Remando en dulce de leche

Una de las cuestiones que más complica a un pyme exportadora es la alta carga impositiva que deben enfrentar, eso sin mencionar la inseguridad jurídica y los cambios de condiciones constantes que deben enfrentar por un cambio de Gobierno o por una crisis.

"A los del campo nos están matando". Con esa frase resume Clavijo la situación que enfrentan en cada envío de carne que están realizando, porque es una cuestión del día a día. 

"De un contenedor de U$S200.000 te retieren un millón de pesos por IVA que nunca se devuelve. En Uruguay no pago nada. Tengo el animal más caro y el costo de vida más caro, pero me sale más barato porque no me piden nada y eso el gobierno lo sabe", destaca el exportador al comparar la situación de su empresa asentada en Mendoza con la filial uruguaya. "El animal es caro en Uruguay porque es poco, pero hace 20 años que le venden a China", explicó.

  En ese contexto se dio la colaboración del Gobierno de Mendoza con la empresa, a través de ayuda técnica y gestiones con el Banco Nación para poder completar uno de los envíos al gigante asiático. 

"Nuestro país no es normal. Los chinos quieren hacer contratos de cinco o diez años y vos no podés hacer ni por un mes", dijo, en referencia a los constantes cambios que enfrentan los exportadores con cuestiones como el cepo o las retenciones.

La odisea de los exportadores que se arriesgan en un país anormal

"Acá no tenés protección jurídica, no sabes que va a pasar mañana. No podés usar dólares y te dicen 'te voy a dar pesos porque tenemos problema' y nadie te explica ni nadie te da una solución", puntualizó Clavijo.

Dentro de los principales problemas que enfrenta, al igual que otras pymes exportadoras, están las retenciones y destaca que en vez de ese impuesto debería haber subsidios. "Encima que traemos los dólares, nos dan pesos", indicó.

Pero a eso se suman los constantes aumentos que existen en la cadena logística, porque hay subas en los servicios de flete, de congelado, en el servicio de las navieras y todo eso repercute en sus cuentas. Eso, sin mencionar que pierde la retención y plata por el cepo.

La oportunidad está en los cerdos

Tras conocerse la intención de empresas chinas para instalarse en la Argentina, y posiblemente en Mendoza, para fomentar la producción de cerdo para el consumo en el gigante asiático, se abre una nueva oportunidad y -según Clavijo- puede ser aún mejor que la de la carne que se está enviando hoy.

"Mendoza aún no empieza porque no tiene plataforma, pero en Córdoba y Santiago del Estero ya empezaron. A los productores no les da porque no les da los números. Esto es alta escala y no te podés equivocar. Esto es profesional puro, es más barato pero más profesional porque el 70% de las proteínas que consumen los chinos corresponden a cerdos", dijo.

Recalcó que después de los problemas que tuvieron por la gripe porcina a nivel local quieren apostar a buscar opciones de producción afuera y en la actualidad consumen gran cantidad de productos de Colombia y Brasil.

"Mendoza tiene para hacer de todo, pero faltan ganas. Es un tema de producción", insistió el dueño de Lindo Campo.

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