El ajuste viene marchando

La situación que vive el oficialismo en su máxima dirigencia, con las divergencias entre el presidente y la vicepresidenta aportan más desconfianza externa en la Argentina. Por dentro, el ajuste ya existe. Lo cuenta en esta columna Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Pese a que el presidente y el ministro de economía viene diciendo en forma repetitiva de que el acuerdo con el FMI no implica un ajuste, la realidad es que sin ajuste es imposible salir de esta crisis. Lo que está faltando es el ajuste más necesario, y es el del gasto público, tanto en Nación, como en provincias y municipios.

Como habíamos anticipado en nuestro último comentario, el ajuste está comenzando por la reducción de subsidios a la energía. Ya se anticipó el posible incremento del 20% de la tarifa de gas por este efecto, aunque por las exigencias del Fondo debería ser del 40%. También se sentirá en la de la luz, aunque en este caso los que más sufrirán serán los habitantes de CABA y AMBA.

En estas áreas siguen pagando tarifas absurdas y, además, el gobierno nunca actualizó los valores del VAD (Valor agregado de distribución) que es el ingreso genuino de las distribuidoras con el que deben hacen inversiones. Lo más absurdo es que no les actualizan a las distribuidoras y las dejan sin recursos para invertir y cuando hay apagones por tormentas las multan por falta de inversiones.

Con respecto al gas, al atraso frente a la inflación hay que agregarle el aumento del precio internacional. De la misma forma, hay un atraso considerable en el precio de los combustibles. Según decisión del Gobierno, se fijó el "barril criollo" en US$ 56 cuando esta semana tocó los US$ 90. Por eso, esta semana YPF aplicó un aumento del 9% y se esperan nuevos aumentos a lo largo del año.

Todos los aumentos en servicios impactarán, seguramente, en los costos de todas las empresas, tanto de producción como de elaboración y logística, y acá veremos el error de congelar y subsidiar los precios de las tarifas. Esto es imposible sostenerlo en el tiempo y cuando hay que sincerarlo, se produce el enojo de los usuarios.

En el rubro alimentos, a su vez, se harán sentir los aumentos de los precios internacionales tanto del maíz, la soja y el girasol. El tema fundamental es que el maíz y la soja son la base de alimentación de carne vacuna, cerdos y pollos, y además en la base de la producción de leche. Todos estos productos, que son esenciales en la canasta alimentaria, se verán influidos en forma directa y serán otra base de enojo de las personas.

Los compromisos por cumplir

En los próximos días los técnicos del Gobierno y del FMI deberán terminar de acordar loa letra chica de este acuerdo o entendimiento provisorio, pero uno de los temas más delicados tiene que ver con los niveles de gasto público.

El FMI ha sido bastante permisivo e incluso le autoriza a Guzmán a aumentar el gasto destinado a obras públicas y el ministro sigue confiado en que podrá aumentar el gasto sin hacer ajustes y así bajar el déficit. Una cuenta casi imposible de conseguir. Tanto es que hasta un diario de EE.UU. (Washington Post) dijo que "Argentina es un adicto y el FMI es su proveedor".

No obstante, la titular del FMI aclaró que están negociando un plan "pragmático" que tiene por objeto cambiar aspectos del gasto público en Argentina. Lo real es que la baja del gasto posibilitaría eliminar impuestos o rebajar otros. La presión impositiva es lo que aleja a los inversores y, sin nuevas inversiones, es imposible esperar crecimiento y creación de nuevos empleos.

La evolución del dólar

Una de las herramientas a las que volvió a recurrir este gobierno fue usar al dólar atrasado como ancla contra la inflación. La estrategia, claramente, ha fracasado si se puede ver las inflaciones acumuladas entre 2020 y 2021. No obstante, hay un acuerdo con el FMI para acelerar el rito devaluatorio del dólar oficial para que, al menos, siga la inflación.

De producirse este movimiento, que será muy gradual, lentamente irá impactando en los costos de los insumos importados, aunque puede beneficiar a las exportaciones. De todos modos, lo que más preocupa es la brecha con los dólares no oficiales, que hoy supera el 100%. Y el problema es que para los argentinos el dólar es un refugio de valor.

No obstante, el valor del dólar blue aumentó no más del 20% el año pasado. Incluso, en estos días, muchos ahorristas se vuelcan a los plazos fijos ajustados por CER, o sea que se actualizan por inflación. A pesar de esta evidencia, muchos ahorristas, sobre todo minoristas que no tiene mucha capacidad de ahorro prefieren refugiarse en el dólar.

Hay que reconocer que las circunstancias políticas que se han desatado, sobre todo en el oficialismo, no generan mucha confianza, no solo en el mundo financiero y en el FMI sino tampoco en los pequeños ahorristas.

Argentina tiene un grave problema y la falta de seriedad de la clase política. Hoy se luce el peronismo con un enfrentamiento en el presidente y la vicepresidenta y nos hemos ganado los editoriales más ácidos de los diarios más serios del mundo. Mientras no recuperemos la seriedad el dólar seguirá alto y se moverá conforme la confianza que puedan generar los gobernantes.


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