El acuerdo con el FMI será vital para la credibilidad del plan de Milei
El mercado mira con mucha atención las negociaciones con el organismo. Si anda bien, todo será felicidad. Si fracasan, todo será muy complicado. Escribe Rodolfo Cavagnaro.
Desde la visita del presidente a Davos, junto con el ministro Luis Caputo, el nuevo acuerdo con el FMI pasó a ser de vital observación por parte de los analistas y los inversores que operan en los mercados internacionales. El problema es muy simple: este año operan fuertes vencimientos de deuda con el FMI y con inversores internacionales.
Para los primeros vencimientos, el Gobierno dispuso de los recursos necesarios, pero, aunque compró muchas divisas, no pudo incrementar las reservas por cumplir con estos pagos. Además, tuvo que cumplir con los importadores y mucho más a partir de la eliminación del Impuesto PAIS. Por todo esto, la situación de las reservas del BCRA sigue siendo un problema ya que, además, tiene saldo negativo por la deuda que arrastra con importadores, heredadas de la gestión de Massa.
Las gestiones con el FMI siguen y, esta semana, tanto el presidente como el ministro dijeron que estaban casi concluidas y que "solo le falta el moño". No se sabe cuál será el monto del desembolso ni las formas. El Gobierno quiere acordar porque se vence el acuerdo anterior que el organismo había firmado con Alberto Fernández y habría que pagar toda la deuda.
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Según explicó Javier Milei el pedido al Fondo de fondos frescos para recomponer reservas sería de unos us$5000 millones que se destinarían, directamente, a rescatar bonos que figuran en el pasivo de la autoridad monetaria. Según el Presidente, no sería deuda nueva, sino que se remplazaría una deuda por otra, solo cambiaría el acreedor, argumento que discute la oposición en el Congreso.
¿Sirven las reservas?
Este es un tema que tiró a la discusión el presidente y que, o pasó desapercibido o tenía el acuerdo de varios. Lo cierto es que Milei, cuando se le consultó sobre el nivel de las reservas, dijo que "no es necesario tener muchas reservas cuando se salga del cepo". En realidad, en Argentina nunca hemos vivido experiencias similares, aunque algunas parecidas.
Cuando comenzó la Convertibilidad, el BCRA casi no tenía reservas, pero dado que las tasas e interesen pesos eran altas y el dólar estaba anclado, hubo muchos incentivos para que capitales extranjeros llegaran a aprovechar tasas de interés reales en dólares muy altas. Para esto, le vendían sus dólares al BCRA y este emitía moneda. Esta era la única razón que autorizaba la regla del sistema para emitir moneda. Dado que el dólar podía circular legalmente todos llegaban confiados y el Banco Central llegó a acumular más de us$ 60.000 millones, que luego perdió en los fines del sistema.
En la salida caótica de la convertibilidad, y después de 5 presidentes en 10 días, Cuando Eduardo Duhalde decide la salida era porque no le quedaban reservas y había pocos pesos. Así fue como se liberó el tipo de cambio y comenzaron a entrar dólares financieros y el BCRA pudo comprar para tener un stock que le sirviera para intervenir, sobre todo cuando el dólar amenazó bajar de 3 pesos.
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En este caso, Milei fundamentó su pensamiento explicando que cuando le libere el tipo de cambio el BCRA no intervendrá más en la compra de divisas y que los exportadores deberán liquidar en el mercado, donde los importadores deberán ir a comprar, porque el BCRA tampoco les venderá. Milei plantea un sistema de flotación limpia, que no aplica ningún banco central en el mundo, pero a él no le preocupa, porque quiere liquidar la entidad, como ya anticipó.
Por otra parte, los funcionarios sostienen que el sistema, al no emitir más moneda, se irá secando de pesos, porque, además, al tener el Estado superávit fiscal, se queda con una parte del circulante, que le saca al mercado. Así, irá retirando de forma menos traumática los pesos, que aún son muchos y, afirman, el peso estará muy demandado, por eso calculan que se revaluará más que ahora y que lo que sobrarán serán los dólares.
Esto es una teoría muy discutida, pero que, en teoría, pude tener asidero. Por lo menos el mercado parece que le cree porque en la última licitación de bonos, buscando la renovación de vencimientos (rollear en la jerga), ninguno quiso bonos ajustados por dólar linked (es una forma de ajustar por el dólar libre). Se renovaron un 70% de bonos en pesos y el resto fue rescatado por el mercado porque se registra un faltante de pesos para alimentar el sistema de créditos que viene creciendo mucho, a pesar de que las tasas siguen muy altas.
El futuro de los precios
Con los datos del IPC del mes de enero, que subió un 2,2%, ya comenzaron las especulaciones de las consultoras respecto del futuro. Es que algunas se entusiasman y calculan un índice menor al 2% y otros, con datos medidos hasta mediados de mes, calculan entre 2,5% y 2,7%. ¿En qué se basan?
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Los más optimistas creen que dará mucho resultado la rebaja de la tasa del crawling peg que dispuso en Banco Central desde 2% al 1% de devaluación mensual. Esta tasa, que el Gobierno denomina "inflación inducida" debería ser también una referencia para que no suban los precios por encima de su nivel. El mismo gobierno ha dispuesto aumentos de tarifas de servicios públicos con niveles entre 1 y 1,6% y está planteando a varios sectores que actúen de la misma manera, como es el caso de las empresas de medicina prepaga.
Las otras consultoras afirman que en la primera semana midieron un aumento del 1,3% por un fuerte incremento del precio de la carne. También están aumentado los lácteos y podrían subir el precio del pollo y del cerdo, porque están aumentando los precios internacionales del maíz. De la misma forma, se esperan aumentos en los derivados de las harinas, porque el precio del trigo ha crecido por mejores cosechas propias, pero problemas de heladas complican las cosechas de Rusia y Canadá.
Por hora el gran interrogante es marzo, con toda la estacionalidad de comienzos de clases y aparición de las nuevas temporadas de productos de indumentaria, que, este mes, sorpresivamente, registraron bajas, siendo la primera vez que bajan por una liquidación. Como dijo alguien, no es un cambio de época, pero seguro es una época de cambios.