Federica Cafferata, cineasta: "Mendoza está repleta de talento histórico y joven"
La cineasta mendocina Federica Cafferata se encuentra en China tras presentar su producción "Canción de cumbre". Su trayectoria, sus comienzos y las expectativas que tiene de cara al futuro.
El cortometraje mendocino "Canción de cumbre" fue presentado en el Festival de cine de la isla de Hainan, en China, y ha tenido muy buena recepción por parte de quienes la disfrutaron. Su directora, la cineasta mendocina Federica Cafferata, habló desde China con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y recorrió su trayectoria, contó cómo fueron sus inicios y la historia detrás de este corto filmado íntegramente en Mendoza.
"Estoy en China por el festival, llegamos acá con mi productor Gerardo Montenegro y Faustina Van Thienen, que es mi asistente de dirección. El 7 de diciembre nos enteramos, con un mes de anticipación, que el corto había quedado seleccionado en el festival. En ese momento yo estaba en España, en el festival de Sitges, como productora de otro corto. Este año ha sido muy movido en relación a festivales y tuve que resolver en 20 días que me venía a China. Casualmente, la empresa para la que yo trabajo en Argentina, que se llama Peliplat, tiene sus bases en Shenzhen. Cuando les conté que venía para el festival, me dijeron que después del festival vaya a Shenzhen unos días a la oficina y después vuelvo para las fiestas a Argentina", contó Cafferata.
En referencia al corto, la directora contó que comenzó a desarrollarlo en la universidad como un ejercicio de transposición literaria, aunque terminó siendo algo distante del texto original: "Si bien yo me fui a estudiar a Buenos Aires a los 18 años, a la Universidad de Cine, siempre tuve como el bicho de querer volver a Mendoza para filmar. Entonces el corto trata de dos niños que viven en un mundo postapocalíptico en el que no se puede vivir en las llanuras, entonces la gente tiene que escapar hacia las alturas para sobrevivir, está todo filmado en la cordillera. De pronto, este mal que acecha desde abajo los va a alcanzar y tienen que escalar hasta la cumbre para sobrevivir. Filmamos la primera parte en toda la zona del Cerro Arco, después hicimos Cacheuta y Potrerillos. El último plano es la punta del Cerro Cocodrilo".
Presentaron en China la película dirigida por la mendocina Federica Cafferata
En referencia a su trayectoria, la cineasta da mucha importancia al rol que cumplió la universidad en su formación: "Mi universidad desde el primer año nos incentiva a filmar, sea con lo que tengamos encima, ellos también nos proveen de cámaras, sonido, luces. Tenemos las facilidades para que desde primer año empecemos a ejercitar no sólo el rodaje, sino también la cuestión creativa, de escritura, muchas devoluciones y con un gran trabajo también teórico en la universidad que yo siempre valoro muchísimo: no es sólo la formación técnica, sino también la construcción de un criterio cinematográfico, filosófico, personal. Año a año, creo que tanto yo como mis colegas vamos mejorando un poco más nuestra técnica y nuestro estilo", señaló.
En esa línea, Cafferata añadió: "Este corto fue también producto de algo así, de una clase en la que yo empecé a desarrollar y finalmente estaba el guion, pedí los equipos de la universidad y me los dieron para llevármelos a Mendoza, viajaron casi 1.500 kilómetros los equipos y filmamos con un equipo que fue mitad mendocino y mitad de Buenos Aires. Creo que ese salto quizás se ve más que nada en los resultados, pero ha sido un trabajo muy de año a año, sobre todo acompañado por la universidad y por mis compañeros".
En referencia a la industria en Mendoza, la directora fue muy clara: "Mendoza está repleto de talento histórico y joven. Creo que desde el trabajo que están haciendo con FilmAndes de hace varios años, se está pudiendo ver cada vez más, por suerte. Están empezando a verse más actores mendocinos en las producciones que se filman en Mendoza y no siempre traer actores de Buenos Aires para para filmar en la provincia. En mi caso fue un trabajo complejo porque son dos niños, tenían que tener unas edades aparentes, entre 8 y 13 años más o menos. Hice casting abierto, recibí varios vídeos de niños con experiencia y sin experiencia, algunos que iban a clases de teatro y finalmente terminé haciendo una selección, no sólo por el rol, sino también por una cuestión de cercanía".
En esa cuestión de cercanía, la cineasta comentó que uno de los actores era su primo pequeño y el otro, un hijo de una amiga de su madre y que necesitaba que tuvieran confianza con ella por el poco tiempo que tuvo para preparar el prerrodaje: "Mucha gente me dice ‘qué pesado trabajar con niños, qué difícil'. Al contrario, para mí tienen una sabiduría enorme, son muy intuitivos con sus actuaciones porque están más conectados, para mí, desprejuiciadamente con sus sentimientos, entonces eso lo hablábamos con muchísima transparencia y les decía ‘bueno miren, en este vos estás triste porque te pasó esto y esto' y no le daban mucha vuelta a cómo lo interpreto: conectaban directamente con los que los hacía sentir triste o que eso les daba tristeza".
Por otro lado, Cafferata señaló que la idea de enviar el trabajo a un festival "siempre está", porque es la forma en la que circula el trabajo y pueden abrirse puertas: "Pero me pasó algo con este proyecto muy distinto a otros guiones que había escrito, que nunca llegaron a filmarse, que una vez que escribí "Fin" en el guión dije ‘listo, ya está lo filmo, no lo voy a pensar más'. Tenía una motivación de ‘necesito filmar en Mendoza, tengo que sacarme esto' a lo que le venía dando vueltas hace mucho tiempo y que también al haber pasado la carrera en Buenos Aires, todos mis ejercicios, mis trabajos prácticos, entregas, eran en Buenos Aires y había algo que se me hacía como ajeno, no terminaba de sentirme propia en el lugar. Filmar en Mendoza para mí fue como dar el primer paso. En esto de ‘pinta tu aldea y pintarás el mundo' yo todavía no había pintado mi aldea, entonces no podía abrirme a nuevos escenarios todavía, creo que eso fue algo de lo que más me motivó a filmar".
En referencia a su vínculo con el cine, contó que en su casa siempre hubo un discurso artístico y que a los 4 años comenzó teatro: "Siempre lo tuve muy de cerca, pero creo que cuando filmamos Road July, dirigida por Gaspar Gómez, creo que descubrí de qué se trataba el mundo del cine y me enamoré por completo. Yo venía de eso, de tener clases de teatro, de desenvolverme mucho en ese espacio y de pronto cuando descubrí cómo funcionaba un rodaje, me enamoré".
Finalmente, Cafferata contó que la película se proyectó dos veces en Mendoza y que sería bueno pensar una nueva proyección de cara al verano: "Estaría lindo pasar el corto y quizás después alguna película quizás más mainstream, que pueda llevar a mucho público y que sea una buena instancia para conversarlo", concluyó.