Un país blue: la Ciudad de Mendoza, tomada por los arbolitos
La informalidad -por usar un calificativo leve- se ha vuelto normal. Los ojos de la ley ven una realidad diferente a la que está a la vista del todo el resto de la población.
Ya no son los vendedores ambulantes que encarriló el exintendente Víctor Fayad rumbo a la formalidad comercial, sino los arbolitos los que interrumpen el paso en la Ciudad de Mendoza. A viva voz, simulando un disimulo que no termina siendo tal, ofrecen comprar y vender dólares en la puerta misma de la AFIP, y además de estar en las esquinas y galerías tradicionalmente dedicadas al intercambio por fuera de los carriles de la ley, ahora asoman desde negocios de mitad de cuadra, en forma sorpresiva.
Es la ilegalidad a la vista de todos, aunque prefiera ponerle toda la carga de la ilegalidad a las cuevas que ahora son departamentos de lujo en donde hacer puré cómo se pueda, en medio de una política cambiaria errática y que fracasa semana tras semana.
En la puerta de los bancos, que están sometidos a las restricciones (lógica so ilógicas, pero legales) del Banco Central, uno puede ser interpelado por un "arbolito". Los hay ahora jóvenes, y son tanto hombres como mujeres, lo que representa, además, un cambio de protagonistas en la oferta de dólares ilegales callejeros a lo que estábamos acostumbrados.
Los bancos de Mendoza levantan la mano: cabeza grande o chica, ¿qué pasa con los dólares?
La informalidad -por usar un calificativo leve- se ha vuelto normal. Los ojos de la ley ven una realidad diferente a la que está a la vista del todo el resto de la población. Pero esto no significa una novedad: hay un país del que se habla en términos "oficiales" y un país "blue", que crece y al que se le hace la vista gorda, porque allí parece que las cosas van mejor que en el de los papeles en orden.