Economía

Acuerdos paritarios podrían complicar aún más a la industria mendocina

A nivel local no cayó bien el acuerdo que alcanzó la UOM con las cámaras nacionales porque complica aún más las finanzas del sector metalúrgico, el cual actualmente tiene en operaciones alrededor del 40% de la capacidad instalada.

Una complicación más a su ya desgastada situación económica sumó el sector industrial metalúrgico de Mendoza. Eso luego que la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), firmara un acuerdo con las cámaras del sector para entregar una suma no remunerativa de $30.000 en cinco pagos a todos los trabajadores del sector, lo que significa un aumento de un 20% hasta que se sienten a negociar nuevamente en diciembre.

El acuerdo que se dio a conocer esta semana, no contaba con el apoyo de la gremial empresaria mendocina, la cual había propuesta una alternativa de $18.000 en seis pagos, la cual no fue considerada.

La Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet) planteó su oposición, pero quedó atada al acuerdo nacional y ahora ve aún más complicado el panorama del sector en Mendoza.

Los números no están dando y podría hacerse muy complejo, porque en cálculos simples el aumento significa que por cada cinco empleados estarán pagando un salario más. Eso, porque un metalúrgico promedio está cobrando unos $30 mil de bolsillo, a lo que se deberá sumar la suma de $6.000, lo que lleva el salario a $36.000. Es decir, la suma extra en cinco empleados alcanza a una planilla salarial de un trabajador hoy.

Con ese escenario, uno de los referentes de Asinmet, Julio Totero, dijo que lo que ocurrió con este acuerdo es una de las razones por las que siempre solicitan que las paritarias sean regionales, porque no es la misma situación la que tienen los metalúrgicos de la pampa húmeda que fabrican máquinas para la soja que lo que pasa en Mendoza, donde se hacen para la industria petrolera que no está en su mejor momento.

Aunque están habilitados para trabajar, alrededor del 40% de la capacidad instalada mendocina estaría en uso, lo que implica que -por lo menos- unos seis meses complicados por delante.

El problema es el bajo nivel de demanda que se registra en la actualidad, aunque comenzó a moverse un poco más la actividad en los servicios petroleros y algo también en el sector agroindustrial. Sin embargo, los que están ligados a la construcción siguen paralizados o con niveles muy bajos de actividad.

Además, según comentó Totero, tienen complicaciones muy serías si quieren -por ejemplo- vender una máquina en otra provincia, porque no hay protocolos para actividades laborales en otras zonas del país y no pueden viajar los empleados.

De ahí que en el sector consideren que aún falta bastante para que se pueda volver a tener la actividad previa al 20 de marzo, aunque tampoco era la mejor situación, no estaba al nivel de la crisis actual.

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