Opinión

Paridad en la Justicia: La llegada de Norma Llatser a la Suprema Corte

La ponderación de la elección de Norma Llatser para integrar la Suprema Corte de Mendoza. Escribe Emiliana Lilloy.

Emiliana Lilloy

El país, que fue testigo del ascenso de un movimiento feminista multitudinario que inundó las calles, hoy parece vivir una etapa de menor visibilidad en el espacio público. Sin embargo, reducir esta situación a una "desaparición" de los feminismos sería un error analítico que invisibiliza las transformaciones estructurales y con ello, las nuevas formas de organización y acción que continúan concretándose.

Uno de los síntomas de esta reorganización se encuentra en la consolidación de asociaciones e instituciones que promueven agendas feministas desde ámbitos específicos y especializados. Un ejemplo destacado es la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (AMJA), que ha intensificado sus esfuerzos para garantizar una mayor representación de mujeres en los espacios de decisión judicial. En particular, a través de las voces de su presidenta Dra. Silvia Medina y su directora la ministra mendocina Dra. María Teresa Day, AMJA ha abogado en los últimos meses por la inclusión de una mujer en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, una instancia históricamente dominada por varones y que es clave para la garantía de los derechos de género.

En el ámbito local, persisten asociaciones mixtas público privadas como la Red para la Autonomía Económica de las Mujeres y surgen otras asociaciones profesionales como la reciente Mujeres Administrativas en Red (ADFEM), lo que refleja cómo los feminismos también se están articulando en sectores que vindican su participación en el debate público.

A nivel gubernamental también hay avances significativos que merecen ser destacados. La llegada a la vice gobernación de la Dra. Hebe Casado con un equipo paritario de gestión es una muestra de cómo las agendas de igualdad de género están permeando las estructuras políticas regionales.

Otro hecho de gran relevancia, el nombramiento que comenzó con la propuesta por parte del gobernador de la provincia Alfredo Cornejo de la Dra. Norma Llatser para ocupar el cargo de ministra de la Suprema Corte, se concreta hoy.

Su designación no sólo representa un logro en términos de paridad, sino que también abre un espacio para que se sumen miradas diversas en el órgano judicial más importante de la provincia. Llatser, reconocida jurista mendocina, conocedora exhaustiva de la gestión judicial por su experiencia como camarista laboral y formada ampliamente en Perspectiva de Género, pone de manifiesto el avance en las decisiones políticas del gobierno central mendocino, respetuoso de las demandas actuales.

En síntesis, aunque los feminismos no parecen tan visibles como hace poco tiempo atrás en Argentina, están lejos de haber desaparecido. Más bien, se están reconfigurando, diversificando y consolidando en nuevos espacios concretos y quizás menos discursivos. Desde las altas esferas judiciales y políticas hasta las bases laborales, las demandas de género siguen vivas y vigentes, marcando el pulso de un cambio cultural que, aunque enfrentado a resistencias, es parte de una evolución irreversible.

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