vitivinicultura

El mercado del vino, con varios frentes abiertos

Mientras el mundo del vino se aglutina para enfrentar campañas de desprestigio, los mercados enfrentan cambios de tendencia en el consumo. Escribe Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

El vino viene sufriendo varios contratiempos en el mercado mundial y, si hay que poner un hito para marcar el comienzo de estos problemas, hay que ubicarlo en la pandemia. Durante este proceso, con todos sus efectos anómalos, fueron buenos tiempos para el consumo de vino. Mucha gente encerrada en sus hogares, sin poder salir a trabajar ni a distraerse, comía y tomaba alcohol, especialmente vino. El año 2021 puede marcarse como un año de un elevado nivel de consumo, en todo el mundo.

En simultáneo, desde muchas organizaciones, y hasta desde países europeos, muchos de los cuales son productores, comenzó una campaña sistemática contra el consumo de alcohol. Esta campaña viene motorizada desde las industrias que producen bebidas sin alcohol y productos sintéticos e industrializados, contra el vino, que es la bebida natural por excelencia y tradición, y contra otras bebidas alcohólica. 

En Argentina, un médico, que sale en televisión, puso en duda los efectos beneficios del resveratrol y, por tanto, concluyó, que el vino no era bueno para la salud. Algo similar se hizo hace 40 años contra el aceite de oliva.

Lo cierto es que, frente a estos ataques, saltó la preocupación de entidades y gobiernos europeos y se terminó dando origen a una organización llamada Vita e Vino, abogando por la cultura del vino y la convivencia. Para esto se originó una página web www.vitaevino.org/es donde los interesados pueden ingresar y firmar esta declaración que pretende rescatar al vino como patrimonio intangible que ha generado culturas milenarias y también estructuras empresarias y de trabajadores en todo el mundo.

"El vino se enfrenta a una importante amenaza que pone en riesgo su futuro debido a un creciente movimiento anti-alcohol que busca demonizar las bebidas alcohólicas y deslegitimar su consumo. El consumo responsable y moderado de vino -que es como lo disfruta la inmensa mayoría - se está viendo estigmatizado por la progresiva eliminación de la distinción entre lo que es el abuso de alcohol y el consumo moderado de vino dentro de un estilo de vida sano y equilibrado", afirma la declaración de este grupo.

La iniciativa, presentada en Italia en el Ministerio de Agricultura y, al mismo tiempo, en muchas otras ciudades europeas (República Checa, Alemania, España, Eslovaquia, Austria, Francia y Portugal, y próximamente en el Parlamento Europeo en Bruselas) se denomina VITÆVINO y reclama el reconocimiento del consumo responsable y moderado de vino como parte de un estilo de vida sano y equilibrado. Está promovida por las principales organizaciones europeas representativas del mundo del vino: Ceev, Cevi, Copa-Cogeca y Efow. En Italia, diez organizaciones italianas están en la misma mesa: Coldiretti, Confagricoltura, Cia, Federvini, Uiv, Federdoc, Assoenologi, Fivi, Copagri y Alleanza Cooperative Agroalimentari.

La primera firma de la campaña fue la del ministro de Agricultura Francesco Lollobrigida, que intervino en la presentación: "Cumplimos aquí con nuestro deber" -dijo- "proteger un patrimonio de la humanidad y defender nuestra excelencia". Además, dijo que "no tengo por qué decir si el vino es bueno o malo para mí, de eso se encarga la ciencia, pero no puedo aceptar que haya quien demonice el vino en favor de bebidas estandarizadas. Gracias a todos por esta campaña de concienciación para beber con moderación".

Este esfuerzo viene sumando muchas voluntades, tanto de asociaciones como individuales.

El consumo sigue cayendo

Como decíamos al principio, la pandemia fue el punto de inflexión que desató un cambio drástico en los hábitos de consumo. En principio, se vende menos vino porque los consumidores no tienen dinero suficiente y toman menos.

Además, tiene alternativas más baratas

Como segunda causa, los inviernos son más cálidos y los veranos más tórridos, lo que aleja a los consumidores, sobre todo mujeres y jóvenes en general, de bebidas de alto contenido de alcohol y quieren bebidas que se puedan tomar frías, con hielo de forma más descontracturada.

Esta decisión de los consumidores dio lugar a los vinos de cosecha temprana, con menor alcohol, o los vinos desalcoholizados. También aparecieron propuestas de tragos donde los vinos se mixean con jugos frutales o bebidas gaseosas, siempre para beber frías. La tendencia actual en el mundo es por los vinos blancos o rosados y hay una caída notable en la demanda de tintos.

Este problema se ve agravado porque después de la pandemia quedaron muchos stocks de vino y cayó la demanda de importaciones en Estados Unidos. Según reveló el sitio especializado Enolife, según datos del Wine Institute y del Observatorio Español del mercado de vinos, Estados Unidos tuvo un excedente de 2,16 millones de hl, mientras que en Francia van a erradicar casi 40.000 ha de viñedos y el gobierno pagará €6000 por hectárea. Mientras que España la denominación de origen de Rioja ha pedido al gobierno apoyo para erradicar 10.000 ha. El problema de Francia es que su oferta es 90% de tintas y 10% de blancas, por lo cual no está en condiciones de abastecer las demandas de mercado.

En nuestro país la situación no es distinta. Este fin de semana, organizado por Coviar, se desarrolló un seminario analizando el futuro del vino argentino. Destacados oradores estuvieron presentes y las conclusiones fueron, en general, en el mismo sentido. La pandemia también marcó un punto de inflexión poque, al estar todo el mundo en su casa, almorzar y cenar en familia, el consumo de vino en el seno familiar fue mucho, más grande que en el segmente de restaurantes. En ese tiempo, las bodegas presentaron innovaciones como latas, bag in box, botellas de aluminio. El tema es que después de ese esfuerzo no siguieron insistiendo en el mercado cuando se había comprobado que podían acompañar distintas situaciones de consumo.

El desafío será profundizar en vinos ligeros, cosechas tempranas, menos alcohol, más dulces, promover el consumo descontracturado, con soda, con jugos, con gaseosas, pero, sobre todo, liberar al consumidor de penalizades por no seguir viejas y absurdas ortodoxias

Si bien ya salió la legislación que autoriza la desalcoholización de vinos, aún no se han visto en el mercado. Mientras tanto, hay que contarles a los consumidores que, si le ponen soda, un vino de 13 grados queda de 6,5 grados. Si le ponen hielo, le bajan dos grados más. Lo importante es apuntar a la "refrescancia", como señaló uno de los expositores. En la búsqueda de esa refrescancia y el dulzor estará el futuro del consumo porque es la búsqueda y preferencia de las nuevas generaciones.

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