Casa Rosada

El titular de YPF aseguró que en una semana será traspasada la primer área convencional

Horacio Marín habló en el Rotary de Buenos Aires, donde dijo -ante una consulta de Memo- que espera llegar a fin de año con la transferencia de todas las áreas ya concluido. El CEO tiene un plan general por ocho años que espera concluir con la exportación de 30 mil millones de dólares. Escribe Silvia Mercado.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

Optimista, convencido del rumbo que le está imprimiendo a la compañía que aseguró "es privada, aunque el 51% de las acciones las tiene el Estado argentino" y demostrando una fenomenal capacidad de trabajo, se lo vio al presidente y CEO de YPF en la charla que ofreció al mediodía en el Rotary.

Horacio Marín, ingeniero químico platense, extenista profesional que dedicó la mayor parte de su vida a desarrollar la compañía Tecpetrol, de Techint, en Venezuela, no oculta el entusiasmo que le genera la posibilidad de liderar la energía convencional y no convencional en la Argentina, para la que llegó con infinitos proyectos desde que quien sería por unos pocos meses jefe de Gabinete del Gobierno, Nicolás Posse, le ofreció el cargo.

Su obsesión, desde los comienzos, fue la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur, al que define "el proyecto insigne" de su gestión. Marín se considera "un soldado del GNL", porque está convencido que es por ahí que pasa el futuro de YPF y la matriz energética argentina, por eso impulsa un acuerdo con la India, el país que "liderará la economía global la década próxima", para lo cual realizó un viaje donde mantuvo encuentros con siete empresas de ese país para abrir el mercado y empezar a explorar acuerdos.

Allí tiene puesto el foco Marín porque, según explicó, un pozo de no convencional exige 14 millones de dólares para ser rentable, pero antes exigía 150 millones, "la diferencia tecnológica permitió una oportunidad excepcional para nuestro país".

Sin embargo, tiene los datos de los pozos convencionales que en Argentina ya son maduros, pero aún tienen mucho para dar bajo esquemas de escala provincial, que no le insuma recursos humanos ni inversiones a la empresa petrolera más grande de nuestro país.

El traspaso estuvo demorado, según dijo hoy Marín ante una pregunta de Memo, porque "fue un verdadero tsunami de interés y era necesario para Mendoza preparar una licitación, autoridad de aplicación, se trata de una experiencia novedosa, hay muchos papeles que cerrar y estamos en ese proceso".

Pero, aseguró, "el primer traspaso se encuentra a la vuelta de la esquina, en una o dos semanas ya estará listo. La segundo en tres o cuatro semanas. Y vamos a terminar con la transferencia de todas las áreas antes de que termine el año, según nuestros planes".

Son los llamados "yacimientos maduros", aquellos que ya pasaron su pico óptimo de producción, donde las grandes compañías ya no son eficientes para producir, y lo recomendable dentro de las buenas prácticas de la industria petrolera es que sean operados por pymes u operadoras más pequeñas que puedan darle continuidad a la actividad, tal como lo explicó el portal especializado www.economíaynegocios.com.ar.

El foco de del presidente de YPF son los no convencionales y su visión para captar las inversiones necesarias para desarrollar "el tercer proyecto más grande del mundo". En línea con eso, puntualizó que "no vengo a hacer política, y si no se hizo un acuerdo con Bahía Blanca es porque es una ría que necesita un puerto. Y si no hubiéramos encontrado una opción como en Río Negro, tampoco podríamos cerrar ningún acuerdo con provincia de Buenos Aires, aunque no por razones políticas, sino técnicas, ya que el RIGI es nuestra herramienta de inversión y tenemos que estar todos juntos en todo".

Sobre el acuerdo entre YPF y Petronas explicó que no hay nada cerrado "ni nunca lo estuvo". Y en torno al futuro de la compañía se mostró ansioso por poner en marcha el Real Time Intelligence Center en Vaca Muerta, para poder llegar a su oficina a las 6.45 todos los días y ver desde su oficina céntrica cómo evoluciona la producción bajo un sistema de ultimísima generación.

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