Nueva desautorización a Francos: "Aquí no se va a cambiar nada"
Adorni dijo en conferencia de prensa que "nos da mucha pena que hayan operado de una manera tan cruel a una persona de 74 años". ¿Lo trató de viejo? Otros funcionarios fueron enfáticos en desestimar cambios en el decreto que limita la ley de acceso a la información pública. Y negaron que haya un compromiso con los diputados "dialoguistas" en ese sentido".
Por si no alcanzara con la lipotimia que tuvo Guillermo Francos el sábado por la noche, voceros de la Casa Rosada insistieron que "no se va a cambiar nada" en el DNU que limitó el acceso a la información pública, infundiendo un nuevo destrato con el Jefe de Gabinete, eso sí, en privado. Hasta se animaron a decir que "no hubo ningún compromiso con los diputados del PRO en hacer cambios ahí. Ni tampoco una mesa técnica para analizar el decreto". En el PRO, dicen lo contrario. Ayer lo declaró el diputado Cristian Ritondo al salir de la reunión que se realizó con miembros del Ejecutivo, entre ellos, Karina Milei. Hoy volvieron a insistir que "sí se habló". Y reiteraron que "vamos a insistir con que lo cambien".
Quien dio la posición oficial fue Manuel Adorni, en conferencia de prensa. Ante una consulta, el vocero presidencial aseguró que "nos da mucha pena que hayan operado de una manera tan cruel a una persona de 74 años". Lo decía por los comentarios que se sucedieron el fin de semana en todos los medios, después de que esta cronista hiciera el viernes la pregunta sobre posiciones contrarias en relación al decreto. Pero hoy, ¿lo trató de viejo? "Lo expliqué acá, y el Jefe de Gabinete manifestó que estamos abiertos y escuchamos cada uno de los planteos que nos hacen referido a las distintas cuestiones. Ya me lo preguntaron, y dije que el decreto NO se iba a modificar". Contradijo, de nuevo, a Francos.
Adorni se reconoció usuario del derecho democrático al acceso que ahora se cuestiona en el decreto, aseguró que obtuvo respuestas "extrañas" y declaró que "somos defensores de la información pública en lo que atañe al desempeño del funcionario, a lo que respeta al uso de los recursos públicos. Yo el viernes conté algunas preguntas, como si las mascotas del Presidente eran o no felices. La limitación es al abuso, no a la información pública de ninguna índole, porque no es nuestro espíritu".
No es lo que dicen funcionarios que no hacen uso habitual del micrófono. Incluso se quejan de que el reclamo por este tema es "apenas un tema que le interesa a (el canal de noticias) La Nación Más". Divertidos, hasta se animaron a transmitir que, en los despachos de la Casa Rosada, al periodista Eduardo Feimann le dicen "FakeMan", lo que muy probablemente sea una ocurrencia presidencial.
La pregunta que queda flotando es si lo que se está buscando es la renuncia del Jefe de Gabinete, o su domesticación. Es obvio que, ante la primera aparición pública, Francos será consultado al respecto. ¿Qué dirá? ¿Lo mismo que Adorni? ¿O repetirá lo que decía, que estaban dispuestos a hacer cambios? ¿Quieren que se vaya?
Adorni aprovechó que hoy se cumplieron nueve meses de gestión para "recordar", dijo, que "nos inventaron una interna entre Santiago Caputo y Sandra Pettovello, una interna entre (Diana) Mondino y Karina Milei, una interna entre Santiago Caputo y Karina, una interna entre Luis Caputo y Federico Sturzenegger, una interna entre Luis Caputo y Sandra Pettovello, una interna entre Santiago Caputo y Mariano Cúneo Liberona". "Han despedido a Mondino, a Russo, a Pettovello, a Francos y a mí", agregó.
Es normal que Adorni niegue "renuncias" que él sabe que trascienden en Casa Rosada. Lo hizo cantidad de veces, y es una práctica habitual en todas las gestiones, de todos los signos políticos. En cambio, pocas veces se lo vio tan incómodo al tratar un asunto que, efectivamente, es habitual en el Gobierno como son las peleas internas, pero que estaría fastidiando especialmente a Francos, que intentó siempre evitarlas, al punto que prefirió quedarse en su oficina de la planta baja, para evitar las tensiones que suelen vivirse en el primero, donde están el Presidente y su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
Algo empieza a sonar disfuncional en el Gobierno. Difícil saber todavía si se trata de Francos, del asesor Caputo o de quién. También trascendió que el joven asesor quiere bajar el perfil porque se siente apuntado por los principales medios de comunicación. Es otro capítulo de la novela libertaria, que pasa por momentos de euforia económica y desinterés por la política, el Congreso, la diplomacia y la agenda institucional.