Unesco

Qué está haciendo Argentina para implementar el uso ético de la AI

Argentina ratificó la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial de Unesco, con la aplicación de la Metodología RAM en 5 dimensiones: Jurídica/Regulatoria, Social/Cultural, Económica, Científica/Educativa y Tecnológica/ de Infraestructura.

El 13 de agosto pasado, 17 países de Latinoamérica, entre ellos Argentina firmaron en Colombia, la Declaración de Cartagena de Indias, en la que ratificaron su compromiso para implementar la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial de Unesco, aprobada en el año 2021. Contado así, puede sugerir solo una muestra de buena voluntad. Sin embargo, que los gobiernos comiencen a observar la profundidad y el alcance de los usos de la Inteligencia Artificial tiene directa relación con la vida cotidiana de sus ciudadanos.

Qué pasará en la gestión pública en materia económica, ambiental, jurídica, educativa, de seguridad, etc ante la complejidad que presenta esta nueva tecnología, es lo que analizó la Unesco y ofreció un marco para su aplicación, siempre de cara a la protección de los derechos humanos de las personas.

Por esto mismo, desarrolló la Metodología de Evaluación de Preparación (RAM, por sus siglas en inglés) una herramienta que permite evaluar qué tan preparado está un país para la implementación ética de la inteligencia artificial, a través de cinco dimensiones: Jurídica/Regulatoria, Social/Cultural, Económica, Científica/Educativa y Tecnológica/ de Infraestructura, destacando qué cambios institucionales y regulatorios serán necesarios para facilitar la implementación de la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial.

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Con la intención de conocer en qué momento está Argentina, Memo mantuvo un diálogo con Eleonora Lamm, especialista en Unesco, desde donde coordina el programa global de transformación social y la implementación en LAC de la recomendación de Unesco sobre la ética de la IA.

-¿Por qué es importante este paso y qué es la metodología RAM?

-Esta Recomendación la adoptaron 194 países ya que el año pasado se sumó Estados Unidos, que volvió a ser parte de Unesco - y hasta el día de hoy- es el primer y único marco global sobre la ética de la inteligencia artificial porque si bien hay distintos marcos, este es el único que ha sido adoptado por 194 Estados. Lo que busca es que la inteligencia artificial se aplique de manera ética, responsable y al servicio de la humanidad. Tiene no sólo un conjunto de principios y valores sino también líneas de acción política que procuran guiar a los Estados miembros en cómo utilizar la inteligencia artificial para el beneficio de la sociedad; tiene distintos capítulos entre ellos figuran capítulos muy importantes como es el capítulo de cómo aplicar inteligencia artificial con perspectiva de género o cómo aplicar inteligencia artificial para que sea verde, es decir que no afecte nuestro medio ambiente, en materia de educación en materia de cultura, en materia de salud, etcétera

Y esta Recomendación además tiene herramientas que son metodologías para aplicarla y para que la Unesco colabore con los distintos países en que elaboren sus políticas de Inteligencia Artificial. Una de las metodologías es la que se conoce como RAM, que sería la metodología de evaluación de preparación de cada país.

-¿Cuál es la etapa de preparación que tienen los países para aplicar inteligencia artificial, en donde están necesitando apoyo?

-Se necesita infraestructura, se necesitan adoptar leyes que acompañen las políticas que se están llevando a cabo, es decir, es una metodología muy muy amplia, que procura hacer un diagnóstico 360 de la situación del país y sobre la base de ese diagnóstico, la Unesco hace recomendaciones a los países para que adopten decisiones políticas o estrategias políticas que faciliten la aplicación de la inteligencia artificial con fines humanitarios, éticos, inclusivos responsables, etcétera

-¿Es como una guía?

-Claro, en realidad la Unesco hace un ejercicio con el país; en este momento lo estamos haciendo mundialmente con más de 60 países, y en la región con 13 países, uno de esos es Argentina. El ejercicio con el país implica un análisis del grado de preparación, la situación legislativa, de infraestructura, de educación etcétera, que tiene el país y sobre esta base,  se hacen recomendaciones para que se adopte una política de Inteligencia Artificial. Es decir, para que la aplicación sea con fines que contemplen los derechos humanos. Sabemos que la inteligencia artificial es una tecnología muy disruptiva y que puede generar muchos beneficios, pero que también puede generar muchos riesgos y en especial, esos riesgos se presentan cuando la inteligencia artificial no se utiliza con fines éticos. Por eso, esta recomendación adquiere muchísima relevancia y muchísima importancia en el contexto global mundial y los países la están utilizando como referencia.

- El presidente Milei ha dicho muchas veces que Argentina tiene que ser un polo de desarrollo para la inteligencia artificial y me quedé pensando en cuán lejos o cuán cerca estamos de esa idea, ya que se van probando las AI que aparecen para ver qué pasa.

-Bueno, sí, de hecho hay tecnologías de inteligencia artificial que se lanzan al mercado sin hacer un testeo de los riesgos de esas tecnologías. En Argentina, el diagnóstico, el proceso todavía no se inicia, o sea que no te podría decir cómo está Argentina en este momento, porque además Argentina ha tenido en sus diferentes cambios de gobierno diferentes posiciones también en materia de inteligencia artificial. En el gobierno de Macri hubo una política de inteligencia artificial que tuvo poca aplicación, luego en el gobierno de Fernández no se avanzó con una política de inteligencia artificial y ahora en el gobierno de Milei aparentemente se quiere desarrollar esta política y la idea de la Unesco es entonces apoyar este camino para que se realice efectivamente.

-Pero Milei ha negado por ejemplo el cambio climático, es muy crítico de la perspectiva de género, ¿cómo se podría avanzar ?

La recomendación es una recomendación muy amplia, tiene su política de género y de hecho, en la declaración de Cartagena que firmaron 17 estados miembros de la región, Argentina hizo una reserva precisamente por cuestiones de género. La reserva que hizo fue aclarar que Argentina por género entiende varón y mujer. Pero, más allá de la postura que se pueda tener respecto del género o de cualquier otra realidad, lo cierto es que la inteligencia artificial repercute en todas las áreas de nuestra vida y reproduce de una manera muy significativa los estereotipos de género, cuando los modelos que se utilizan para entrenar la inteligencia artificial no son lo suficientemente inclusivos. Es complejo, y en materia de medio ambiente sucede lo mismo, o sea, los modelos de entrenamiento de lenguaje consumen una cantidad arrolladora de energía, al igual que dejan una huella de carbono muy grande. Por ejemplo, para que Chat GPT pueda responder 20 preguntas, necesita consumir una botella grande de agua y no es cualquier agua, sino que tiene que ser agua dulce porque el agua salada produce corrosión y no es suficiente para bajar la temperatura de los modelos de tratamiento de lenguaje que son máquinas enormes. Entonces, independientemente de la postura ideológica -que no es algo en lo que me voy a explayar- sino simplemente decir que la inteligencia artificial es una tecnología que llegó para quedarse y que efectivamente repercute en todos los ámbitos de nuestra vida. Es necesario tomar conciencia de lo que produce esta tecnología.

-Del mismo modo ocurre en el tema laboral, por lo que es necesario pensar en contexto humanos

-Hay muchos estudios, algunos fatalistas sobre que determinadas profesiones van a dejar de existir y lo cierto es que esto ha pasado con todas las revoluciones que han existido. Con la revolución industrial también pasó; aunque esta es una revolución, la 4.0, mucho más magnífica que cualquier otra que hayamos vivido y que se desarrolla con unas velocidades que no hemos evidenciado anteriormente. Es verdad que las sociedades deberán adaptarse a las nuevas realidades laborales y que va a haber cambios. Esto no significa necesariamente que las máquinas van a reemplazar a seres humanos en todas las cosas, habrá cosas en las que sí y otras en las que no, pero sí es necesario una adecuación. Por eso, los gobiernos tienen que trabajar en la generación de habilidades para que las personas estén efectivamente preparadas para un mundo manejado en muchos aspectos por inteligencia artificial.

Necesitamos empezar a pensar cuáles son las carreras que vamos a tener que desarrollar, cuáles serán las habilidades requeridas y necesarias para las personas que trabajan en el Estado, o en cualquier ámbito, que no van a ser las mismas de antes. Esto es una preocupación legítima y esto es algo que los Estados se tienen que ocupar de manera urgente porque es verdad que la sociedad está cambiando y no podemos quedarnos pasivamente viendo como esto sucede. Y para ello los estados cuentan con la Unesco, que está apoyándolos a hacer los diagnósticos para profundizar en políticas de IA.

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