Mendoza

Trabajo en las cárceles: cómo funciona y qué opciones tienen los internos

En el servicio penitenciario existen diferentes alternativas para que las personas privadas de la libertad puedan trabajar ya sea de forma autogestionada o vinculadas a una empresa. El director general del Servicio Penitenciario, Eduardo Orellana, contó los detalles.

Dentro de las cárceles de Mendoza existe la posibilidad de acceder a algún tipo de trabajo para de esta manera conseguir no solo una retribución, sino también una experiencia que permita crear hábitos y costumbres. El director general del Servicio Penitenciario de Mendoza Eduardo Orellana habló con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Jornada 91.9, y contó las opciones que se pueden encontrar dentro de las prisiones.

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"El gobernador comentó el tema de que se podían acercar empresas privadas buscando una mejor calidad de oferta laboral dentro de las cárceles para que a la salida, al regreso a la sociedad para ciertas personas, sea más alto el impacto de conseguir trabajo. Hace unos 4 o 5 años que algunas empresas ya nos acompañan", señaló Orellana.

El funcionario explicó que el desafío es conseguir nuevas herramientas para que la capacitación sea más amplia y la oferta laboral fuera, más variada: "A través de empresas privadas, que invierten en maquinarias y tecnología que por ahí al servicio le cuesta conseguir, obtener esa persona calificada que pueda enseñar ese hábito y esa habilidad que sirva para que el dia de mañana lo piensen para ocupar un lugar dentro de la empresa. Si las cárceles generan únicamente productores de mimbre y totora, la oferta afuera se complica", explicó.

Orellana señaló que dentro de las cárceles hay tiempo pero cuando tenés que insertarte afuera, la matriz es otra: "Nosotros apuntamos que ciertas personas que responden favorablemente al tratamiento, que tienen la voluntad de adquirir nuevas habilidades, nueva conductas, entienden lo que han hecho, que buscan una nueva oportunidad en serio, las empresas las tengan en cuenta".

El titular del Servicio Penitenciario explicó que en la actualidad hay 3547 internos trabajando en diferentes espacios: "Por un lado las personas que se dedican a limpiar y mantener espacios, donde se busca que tengan el hábito de levantarse temprano y estar lúcidos; después están los que hacen mantenimiento, como herrería, plomería, pintura, albañilería; después los que trabajan con empresas privadas, donde la calidad de las personas respecto a su capacidad laboral es otra, de un número más reducido; y los autogestionados, que a través de la ayuda familiar generan productos que la familia comercializa afuera".

Para poder calificar a los empleos en las empresas, las personas deben haber asistido a un ciclo de capacitación técnica para que sea útil: "Si se hace una alianza con una empresa metalúrgica y la persona nunca agarro una amoladora, no puede ir a probar rompiendo cosas para ver si sirve, no le sirve ni al servicio ni al empresario. Es más selectivo, pero fija un objetivo para que las personas privadas de la libertad adquieran hábitos y costumbres que le permitan llegar a ese nivel de postulación para entrar a ese programa", señaló.

Sobre el rol del empresario, el funcionario explicó que no dejan de ser empresarios y buscan que sea rentable y de resultados: "El círculo virtuoso tiene que cerrar en todos lados. Todas las personas que son declaradas trabajadoras en el sistema penitenciario reciben un peculio, que lo establece el sistema penitenciario. Va aumentando a medida que la calidad de la prestación del trabajo es otra, no es lo mismo limpiar que trabajar para una empresa. Cuando entran con una empresa, el empresario tiene que pagar un porcentaje del salario del trabajador", explicó, señalando que el dinero proveniente de las empresas puede ser depositado directamente a las familias.

Por otra parte, el director del Servicio Penitenciario señaló la importancia del trabajo autogestivo, que le permite a los presos comercializar a través de sus familias sus productos: "Antes lo comercializaba la institución, hoy lo hemos dejado para que la comercialización la realice la familia. Nos interesa no solo que trabajen, sino que esa ayuda a la economía familiar es muy importante en el funcionamiento y la tranquilidad de las unidades penales. Este años se comercializaron más de 6000 productos", explicó.

El titular enumeró una serie de productos construidos dentro de las cárceles, como son los cestos del lago en el parque General San Martín o la reparación de bancos de escuelas para la DGE: "Lo que estamos diciendo es que con la empresa privada podemos participar en el armado completo del producto, en una etapa del producto, estamos abiertos a participar en esa línea de producción. Estamos todo el tiempo buscando cómo empatizar y entrar en la oferta laboral para generar trabajo en cárceles. 307 talleres tiene en funcionamiento las distintas cárceles de Mendoza, la cantidad nos parece bien, pero es la calidad lo que estamos buscando ahora para que la oferta sea otra cuando regresen", concluyó.

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