Les voy a contar una buena historia, una para seguir jodiendo con la minería
Por lo menos tres grupos empresarios de los más importantes del mundo de la minería estuvieron interesados alguna vez en estar en Mendoza. Uno de ellos, hoy en medio de la pandemia, sostiene con sus propios recursos a muchas empresas satélites del sector.
Les voy a contar una historia. No es muy antigua, no han pasado tres décadas desde que sucedió. En algún momento Mendoza fue tan atractiva para un sector que llegaron empresas que en la actualizad tienen una capitalización de mercado que ni siquiera todas las firmas mendocinas juntas podrían alcanzar. Sí, eran empresas mineras, firmas que miraron para este lado del mundo y que en un momento se encontraron con un panorama hostil que las hizo alejarse y que ahora -especialmente después de lo ocurrido en diciembre del año pasado- es muy difícil que estén dispuestas a volver.
Si consideramos la capitalización de mercado, o sea, el valor total en dólares de las acciones en circulación de una empresa, el top ten de las dedicadas a la minería alrededor del mundo en la actualidad va desde los U$S 98 billones hasta los U$S 21.000 billones. Sí, está bien escrito, hablamos de billones de dólares.
En el primer lugar aparece BHP, firma australiana que -por ejemplo- explota tres minas en Chile y que tiene un capitalización de mercado de U$S 98,7 billones de dólares. Es el grupo más grande del mundo en materia minera y estuvo desde 1994, y durante varios años, en Mendoza con el proyecto Barroso y en el 2002 exploró el proyecto Universidad y otros de la minera Agaucu de Godoy Cruz. Después se fueron a Salta al proyecto Taca Taca y en el 2008 desecharon Mendoza tras la aprobación de la Ley 7.722.
Tal es el poder económico de este tipo de empresa, y específicamente de BHP, que en el contexto de crisis por la pandemia de coronavirus, decidió en muchos de sus proyectos alrededor del mundo, sostener a terceros prestadores de servicios que tienen una situación financiera más frágil. A ellos les sigue pagando entre el 70% y 90% de las remuneraciones fijas y cotizaciones previsionales asociadas a los trabajos contenidos en los contratos. La medida será -por ahora- hasta el 30 de junio, pero podría extenderse dependiendo del avance de la pandemia. Eso sucede en Chile, por ejemplo, en las tres minas que explota y que son Minera Escondida, Spence y Cerro Colorado. Ese tipo de medidas le significan millones de dólares, pero entienden que es necesario y sirve para mantener en condiciones de operar a toda la cadena de producción.
Del listado de los 10 capitales más importantes del mundo también estuvieron en algún momento en Mendoza la número dos, la quinta y la décima. Río Tinto (2°lugar) tuvo la propiedad de Potasio Río Colorado (PRC) que pasó a Vale (5°lugar), otra de las firmas grandes en el mundo minero. Río Tinto, incluso, tuvo una oficina de exploración en el departamento de Godoy Cruz. Vale ya sabemos la historia, invirtió miles de millones de dólares en PRC, que se frenó en 2014 y que está en proceso de traspaso de la propiedad del yacimiento a la provincia. Anglo American (10° lugar), en tanto, tenía derechos en el Valle de Uco.
En todos estos casos hablamos de firmas a las que empresas tan importantes para el país, como YPF, no llegarían a atarle los zapatos (hablando vulgarmente), y que realizan inversiones de miles de millones de dólares porque los proyectos mineros se caracterizan por sus altos montos, largos plazos de exploración y de desarrollo. Con todo eso, no es cualquier firma la puede avanzar con proyectos de este tipo.
Sin duda, y sin temor a equivocarme, otra sería la realidad económica de Mendoza en el caso que alguna de esas empresas se hubiera quedado a realizar un sólo proyecto. Uno solo, porque aunque los antimineros difundan discursos del miedo que dicen que Mendoza sería una provincia invadida por la minería, eso está lejos de ser real y no se le pasa por la cabeza ni al más optimista.
Por eso, cuando me hablan de "megaminería" (un concepto usado recurrentemente por el ambientalismo, pero que no tiene caracter técnico), es claro que no conocemos las dimensiones de lo que es la actividad. Hoy, el proyecto que tiene el expediente más avanzado en la Dirección de Minería es San Jorge, un emprendimiento cuprifero que es de pequeño tamaño dentro de la actividad (con una inversión de U$S 600 millones) y que tiene detrás a Solway, una firma que tiene un capital aproximado de unos U$S 4.000 millones, muy lejos de lo que son las grandes mineras del mundo, pero que aún así puede ser un importante aporte para Mendoza.
Sin duda están los sectores que se oponen al desarrollo de la actividad y que dirán que hay que mejorar lo que ya tenemos y no abrirle la puerta a la minería, pero si hay algo que demostró la pandemia es que ni mejorando lo que ya tenemos (y que está agotado) se puede mantener una provincia de las dimensiones de Mendoza.
Basta de discursos y de buscar la épica constantemente. Sigue habiendo personas y dirigentes que esperan que prácticamente con una economía artesanal se mantenga a una provincia de dos millones de habitantes con los servicios, las obras y los gastos que se generan, lo que es simplemente imposible. Y ojo, son los mismos que después esperan que el Estado se haga cargo de todo como si se tratara de una caja inagotable que todo lo puede. Incluso, algunos de ellos son unos genios de las finanzas y hacen cálculos en los que ordenan las cuentas del Estado (para que mantengan a todos los sectores) de una manera tan simple que no logro entender cómo no han sido nombrados ministros de Hacienda.
Este es el panorama que plantea quien escribe, pero seguro están los que piensan que lo que digo es una locura y no es opción para Mendoza. Yo sigo pensando que sí es una opción y lo sigo sosteniendo porque los hechos terminan indicándome que tan equivocado no estoy. Igualmente, no puedo ser tan soberbio para creer que sólo lo que yo pienso es lo correcto y la solución. Quizás hay muchas más que están ahí esperando ser escuchadas. Por eso, si alguien tiene idea de grupos de inversionistas que estén dispuestos a venir a Mendoza y que tenga, por lo menos, el capital de una empresa como Solway, ahí está el Ejecutivo esperando por esas propuestas.
En Casa de Gobierno están esperando por todos los que tengan una idea que permita tener una provincia sólida que pueda recuperar todo lo que se va a perder en este período y también, a partir de eso, para generar una caja que permita enfrentar emergencias y que posibilite -entre otras cosas- hacer obra pública, siempre postergada por la falta de recursos.
Pero ojalá sean ideas realmente nuevas, y no caigamos en lo que -por ejemplo- proponen algunos intendentes que insisten en apostar por levantar al comercio y esperar recuperar el turismo. Sin duda que son actividades que necesitamos recuperar, pero que no serán suficiente se necesitará sumar mucho más para tener una provincia sana y económicamente sólida.