Opinión

El que a redes mata, en redes muere

El Presidente Javier Milei debería concentrar esfuerzos en la gestión política del gobierno y dejar de lado la preocupación por volverse viral en redes sociales.

Hernán Bitar

El gobierno libertario forjó la imagen del Presidente Milei a fuerza de militancia digital. Sin embargo, la praxis política requiere de mayor compromiso en la gestión y menos preocupación por las interacciones en redes.

"La revolución no será televisada" tampoco durante el gobierno libertario. Quizás, sea por esto, que la lógica comunicacional de Javier Milei, sea lograr el mayor impacto posible en el menor tiempo y espacio disponible. Ese lugar desde hace varios años, lo ocupan las redes sociales y el Presidente supo explotarlo a la perfección para llegar al poder en 2023.

A sabiendas de que en buena medida llegó al poder por el voto joven, millennial o centennial sin distinción, el Presidente también deberá comprender que el campo de la discusión política, es más profundo que 280 caracteres de "X".

Es precisamente el público millennial o centennial, el que también sin distinción, crea o destruye productos de consumo inmediato. Son los jóvenes los que mandan dentro del imperio de lo efímero.

Es ese público joven, el que un día convierte a un panelista en Presidente y al otro, en mendigo. Y este nuevo público joven, que acuñó como respuesta a todo la frase "no hay plata", tampoco parece susceptible (de momento) a ser corrompido por cargos públicos, como ocurriera década y media atrás con los pibes de "La Cámpora"o sus antagonistas en la grieta, apodados "Cambiemitas" y "Globertos". 

Muchos de estos últimos, se iniciaron en la militancia digital pero luego se aburguesaron al calorcito del poder y perdieron sed de revolución y el hambre de cambio muy rápido.

Por eso, no debe desviarse Javier Milei de la tarea fundamental que prometió en campaña, que es nada más y nada menos que arreglar la economía. 

A esta nueva juventud, no le alcanza con promesas, por ende a Milei no le alcanza con bajar la inflación, sino que debe bajar rápido y ser percibida en los bolsillos al concurrir a cualquier supermercado. 

Aunque parezca todo efìmero, tampoco le van a perdonar los jovenes al jefe de estado que nuevamente cite erróneamente a un bot tuittero falso, tal como sucedió con Jumbo Bot.

Quiénes estuvieron y qué se dijo en la "Cena de la Libertad", con un stand up de Milei

Tampoco, pese al alto nivel de reproducciones en redes, la militancia digital le dejará pasar un show de "stand-up" contra la casta, en un recinto colmado por los mayores exponentes de la misma.

No parece sostenible en el tiempo y menos en el discurso, que el Presidente afirme que, "no llegó al poder para ser popular" y termine retuiteando artículos periodísticos que informaron sobre los más de 40 puntos de rating que tuvo su última cadena nacional, anunciando el superávit fiscal durante el primer trimestre del año.

Más contradictorio aún, es decir que "la casta se compone de los políticos ladrones" y luego se los invite a suscribir un "nuevo contrato social para reconstruir las bases de la Argentina" o se negocie un paquete de leyes en el Congreso para fingir institucionalidad.

Por todo esto, es que el Presidente debería evitar contradicciones profundas y comprender que el poder de archivo de las redes, es aún más potente que el que supieron ofrecer los medios tradicionales. 

La traición electoral, en tiempos de redes sociales, creó un fino límite entre el retweet o ser cancelado. Todo pasa, pero a su vez todo queda latente cuando de redes sociales se trata. Milei debe evitar convertirse en un meme.

Para muestras, Milei debería repasar lo que le sucedió a Mauricio Macri, cuando post corrección de tarifas en 2017, pasó a ser "Macri-gato". Al propio Alberto Fernández, cuando comenzó la pandemia fue "Capitán Beto" y pero al repetirse los pifies y los retos de Cristina, no fue más que "Albertítere".

 

Esta nota habla de: