El PBG no miente: Mendoza diversifica la matriz productiva o se le complica el futuro
El Producto Bruto Geográfico antes del impacto de la pandemia de covid-19 ya venía en caída. La última actualización de la DEIE indica que cayó un 1,5% durante 2019. Lo único que hizo el aislamiento es confirmar que la matriz productiva está agotada y le dio la razón a los sectores industriales que reclaman su ampliación.
El Producto Bruto Geográfico de Mendoza (PBG) cayó un 1,5% durante 2019, según la última actualización del Área de Estadísticas Económicas de la DEIE realizada el 28 de abril. Los números indican, además, que el sector de los Servicios Comunales, Sociales y Personales es de los pocos que registró un alza durante el año que pasó y que, además, superó al sector de Comercio, Restautantes y Hoteles como el más significativo dentro del total del PBG. Este último registró la segunda más alta caída de todos los rubros productivos considerados en las estadísticas provinciales, después del agropecuario.
Entre otras cosas, los datos indican que más de la mitad de los sectores productivos registraron una caída en la tasa de crecimiento anual respecto al período inmediatamente anterior. Lo peor, es que muchos de ellos vienen con esa tendencia hace muchos años. El sector agropecuario ha registrado caídas en siete de los últimos diez períodos contabilizados del PBG, la Electricidad, Gas y Agua en seis de los últimos diez y el Comercio, Resturantes y Hoteles en cinco de los diez períodos.
En lo que respecta al último año, el sector que más brusco cayó fue el Agropecuario con un 7,5%, seguido del Comercio, Restaurantes y Hoteles con un 6,2% y Explotación de Minas y Canteras con un 6,1%. Por el contrario, los que subieron fueron los Servicios con un 3,3%, seguido por los Establecimientos Financieros con un 1,9%.
Entonces, y en base a los números, queda claro que lo que hay algo que no está funcionando, pero no por la impresión que tiene el que escribe o algún sector productivo, sino por lo que dicen las estadísticas. Pero por encima de las estadísticas está la cruda realidad que de pronto enfrentamos por el efecto de una pandemia que ataca de manera importante a los rubros que más aportan al PBG de Mendoza.
Siempre apuntando a un proyecto
Mendoza se ha caracterizado en la última década por apostar a grandes proyectos que vengan a salvar la situación económica de la provincia. Hoy es Portezuelo del Viento, pero antes fue Potasio Río Colorado y siempre se intenta apuntar a un "mega" proyecto, pero en realidad el problema está en la falta de diversificación, un reclamo que durante años han hecho - especialmente- los sectores industriales de la provincia.
No está mal apostar a megaobras como Portezuelo del Viento, porque con una inversión de mil millones de dólares va a generar un impacto importante en la obra pública, en cuestiones de regalías y en la economía en general, pero no va a ser la solución para -por ejemplo- enfrentar situaciones de crisis como la que estamos viviendo hoy. Tampoco lo iba a ser PRC, que finalmente sigue a la espera de concretar aunque sea una parte de lo que prometía.
Sin duda, y nadie puede decir lo contrario, el aislamiento vino a darle la absoluta razón a todos los sectores que siempre alertaron sobre el problema de la matriz productiva, la cual estaba explotada y en retroceso hace muchos años, algo que golpeó fuerte en este período con el Estado en un complicado escenario en el que casi no recauda y tiene casi todas las actividad paradas, incluida la más importante en lo que a PBG se refiere.
Hay que recuperar la polenta
Durante mucho tiempo Mendoza ha estado viviendo con lo justo y sin posibilidad alguna de generar un ahorro o una caja para casos de emergencia, que ahora sabemos se pueden dar de un momento a otro. Se recaudó para pagar salarios, hacer muy poca obra pública y paremos de contar. Tal como me dijo hace algunos años Emilio Guiñazú, subsecretario de Enegía y Minería, "a Mendoza nunca le faltó la polenta, pero no le alcanza para la salsa".
En ese momento la idea era tener para la salsa, justamente desarrollando la minería. Sin embargo hoy, con toda la inactividad productiva detenida, los recursos provinciales no están alcanzando ni siquiera para la polenta y esto se puede arrastrar durante un tiempo si no se toman las medidas adecuadas.
Por eso, no está mal apostar a grandes proyectos, pero sin dejar de enfocarse en la diversificación necesaria. No es lo mismo Portezuelo solo que Portezuelo más minería, o Portezuelo, Minería y Mendoza convertida en un epicentro de la industria del software.
La idea de ampliar la matriz es tener un abanico productivo que permita, en estos casos, mantener la producción activa. Hoy, por ejemplo, si tuviéramos minería podría estar operativa como en Chile o Perú, con menos producción, pero sin detenerse y sin necesidad de asistencia económica de ningún tipo al momento en que se liberen las restricciones.
La crisis no da margen para más especulaciones. Mendoza debe buscar mayor actividad productiva o simplemente se va a ir complicando con los años con el peligro de situaciones como la que vivimos hoy, de la cual todavía no sabemos cómo podremos salir y en qué pie quedará la provincia cuando pase la pandemia. Por ahora, con la matriz limitada, no queda más que esperar asistencia de la Nación y un poco de suerte, que también ha sido esquiva.