Historia

Mendoza, 1952: un viaje en el tiempo para producir cobre en Guaymallén

En medio de un nuevo impulso del Ejecutivo para desarrollar la minería, nos damos una vuelta por la historia. Eso, porque hay ocasiones en las que es necesario volver al pasado para poder ver mejor el futuro. ¿Si antes pudimos hacer minería, por qué hoy no?

Llevamos tanto tiempo bajo una legislación prohibitiva y una falta de decisión política realmente firme que pareciera que Mendoza siempre le cerró las puertas a la actividad minera, pero la historia confirma que la industria aquí siempre se hizo minería y se puede retomar después de un período oscuro cargado de campañas del miedo y de desinformación.

Hacemos un viaje en el tiempo hasta agosto de 1952, nos encontramos en la calle 25 de mayo de San José, Guaymallén, hasta donde llega el geólogo Fausto Maldonado Baumann, encargado del Informe sobre la visita a la Planta Electrolítica de Cobre de la empresa Electroquímica Mendocina SA.

El profesional informa al Servicio Geológico Nacional que en el lugar se encuentra la planta para la obtención de cobre electrolítico a cargo de un ingeniero italiano llamado Mauricio Bistulfi. Es la propiedad de Arquimides Rossi, en la cual esperan tener todo en condiciones para poder obtener cobre metálico en septiembre de 1952.

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En el lugar trabajan 40 obreros, 10 en cada uno de los cuatro turnos que tienen por día. Son 10 argentinos y 30 italianos que tienen que operar una planta de molienda con un motor eléctrico de 25 HP de los cuales sólo utiliza 12. El geólogo informa que también hay un molino rotativo tipo Krupp, modificado por el mismo ingeniero Bistulfi, el cual seguramente va a volver a modificar para convertirlo en molino a bolas.

Al seguir recorriendo verifica también que tienen una planta de tostación con un horno rotativo de 20 metros de largo y un silo para el mineral tostado de 25 metros cúbicos. Un poco más allá está la planta de ácidos que se encuentra en pleno proceso de instalación y consta de una torre Glover de 2,5 metros de diámetro por 9 metros de alto. Se le suman cinco torres de 1,5 por 9 y una instalación de refrigeración.

Maldonado Baumann, muy observador, también pone en sus apuntes que tienen una plata de filtración y una planta de electrólisis con una pileta electrólitica, una para la circulación del líquido y una para regeneración. Todo lo mencionado, para procesar la materia prima que obtienen de la mina Salamanca, propiedad de la misma sociedad, compuesta por Molinos Fénix SA, Rossi y el ingeniero Bistulfi, que hace también de director técnico de la empresa.

El yacimiento está ubicado a 120 kilómetros del departamento de Tupungato a 2.500 metros sobre el nivel del mar, en el distrito minero 17. Allí hay 30 obreros y 3 capataces, todos bajo la direccion del práctico minero Francisco Montoya.

El acceso a la mina no es fácil. El camino está pavimentado sólo hasta Los Cerrillos y desde allí se transita por ripio 90 kilómetros. Peor aún lo que pasa en los 10 kilómetros finales, porque las lluvias de verano destruyen la huella minera en varios lugares. Las reservas cubicadas de Salamanca alcanzan las 3.000 toneladas de cobre fino, según la cubicación realizada por la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM). 

Mina Salamanca, Tupungato.

A la planta de Guaymallén también llega mineral desde Cerro Mirano, ubicada en el departamento de Presidente Perón, en el sur mendocino, desde donde se trae en camiones particulares. Allí las reservas cubicadas alcanzan las 500 toneladas de cobre fino. 

Como una de sus conclusiones, Maldonado Baumann recomienda solucionar en todo lo posibles las necesidades de Electroquímica Mendocina, siendo el tema de los camiones uno importante. El geólogo recomendó pensar en camiones a diesel y con doble tracción, por una cuestión de costos y por la zona en la que tienen que operar para traslada rel mineral.

Con un capital de seis millones de pesos nacionales, el geólogo destaca que la solvencia de la sociedad no se puede poner en duda, por la calidad de sus integrantes. Lo mismo señala para la dirección técnica del italiano Bistulfi, la cual considera "correcta en todos los aspectos".

Por eso, el informe del profesional después de visitar la planta instalada en San José, a pocos minutos del centro neurálgico de la vida administrativa de la Provincia de Mendoza, dice que es evidente la conveniencia de solucionar todo lo posible para que el proyecto avance. Comentó el geólogo que su parecer lo conversó incluso con la Dirección General de Fabricaciones Militares, quienes hicieron el estudio total y exhaustivo del yacimiento, llegando a la misma conclusión.

Finalmente, el geólogo encargado de elevar el informe al nivel nacional, considera que la fábrica y su funcionamiento sirve como un incentivo para que otros particulares también inviertan en minería.

Volviendo al presente

A veces hay que ir al pasado para ver mejor el futuro. Es bueno recordar que Mendoza siempre tuvo una vocación minera, pero el país complicado que es la Argentina jugó en muchas ocasiones en contra, a lo que se sumó la aparición de grupos que se encargaron de demonizar la actividad a los niveles que conocimos en las últimas dos décadas. Ha pasado tanto tiempo que pareciera que acá nunca hubo actividad industrial minera, cuando los registros señalan que hay producción desde el siglo XVII.

Este informe, preservado por el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), nos permite trasladarnos 72 años atrás para confirmar dónde y cómo se hacía minería en lo que hoy es el Gran Mendoza, con minas productivas en el Valle de Uco, el sur provincial y también en la zona cordillerana de Uspallata.

Sulfato de cobre.

De hecho, fue la conversación con un geólogo (que como pocos conoce toda la cordillera mendocina) la que motivó la búsqueda de estos archivos, ya que en una discusión sobre la actividad, recordó la importancia del apellido Rossi en la producción de sulfato de cobre, el cual -paradójicamente- es muy importante para la producción agrícola y se producía en Mendoza con minerales extraídos en Uspallata.

Electroquímica Mendocina obtuvo mineral desde Mantos de Cobre, cerca de Paramillos de Uspallata y de Yalguaraz, desde inicios de la década del 60 y hasta 1973. Era la materia prima para producir sulfato en la mencionada planta de Guaymallén.

Lo que no imaginó el geólogo Maldonado Baumann en 1952 era que la planta que estaba inspeccionando llegaría ser clave para que Mendoza fuera la responsable del 60% de la producción de cobre de la Argentina.

Claramente hoy el ordenamiento territorial establecido por ley es otro y una planta no sería factible en el radio urbano. De hecho, las cementeras de Las Heras son el ejemplo del avance del Gran Mendoza, el cual las dejó en el medio de la ciudad en circunstancias que se instalaron allí era una zona lejana.

Sin embargo, el valor de estos archivos está en que son la prueba palpable de que en Mendoza se hizo minería y se puede volver a hacer, con más de 70 años de desarrollo tecnológico, convirtiendo a la industria en la pieza fundamental del desarrollo humano.

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