Poder

Arde la interna radical: ayer no se lo vio a De Loredo en la Casa Rosada

Hubo reunión de Posse y Francos con el bloque radical, pero no estuvo su presidente. De Loredo no se comunicó con nadie para explicar su ausencia. Pelea por un sillón en la Auditoría General de la Nación entre Mario Negri y Alejandro Cacace.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

Rodrigo De Loredo no estuvo presente en la reunión del bloque UCR de Diputados con Nicolás Posse y Guillermo Francos donde se discutió el texto de la nueva Ley Bases que enviará esta misma semana el Gobierno para ser tratada la siguiente, y lograr eventualmente la aprobación en la primera semana de mayo. A tiempo, esperan en Rosada, para que sea aprobada en el Senado y llegar al Pacto del 25 de Mayo con esa ley aprobada.

 Presidente de un bloque que le costó unificar, De Loredo es el diputado de mejor vínculo con el Gobierno. Sus pares suelen comentar que mantiene una relación estrecha con el estratega oficial Santiago Caputo, aparentemente atraído por sus dotes de "brujo" de las redes sociales a la hora de hacer política bajo el paraguas de "emoción más que información", una de las tantas tácticas del integrante de la mesa ratona de Javier Milei. Por eso sorprendió su ausencia ayer lunes en Rosada.

De Loredo mira de reojo a Negri.

"No sabemos dónde está ni por qué no vino. Solo nos queda suponer que quiere evitar las discusiones con nosotros que somos sus pares, aunque mucho no le guste compartir escenario", dijo uno de los diputados que más lo combate en el bloque.

Pelea de egos o lucha por el poder, el radicalismo se encuentra en una dura interna que se manifiesta en cualquier tema que aparezca en la agenda. El peligro de la fragmentación, una nube tóxica que cruza todos los espacios opositores que aún no salen del asombro por la derrota que sufrió el sistema político, también impacta de lleno entre los radicales.

Están más acostumbrados al llano que el peronismo e incluso al PRO, pero se muestran agobiados por las dificultades en encontrar el perfil correcto. ¿Están con el PRO? ¿Con la CC? ¿Para dónde van? ¿Quién es el responsable de las opciones electorales nacionales que fracasaron en el 2023? ¿Había posibilidad de hacer otra cosa, sin candidatos competitivos?

Ahora la discusión pasa por los candidatos a la Auditoría General de la Nación, que tiene de presidente a Juan Manuel Olmos, en nombre de Unión por la Patria, que es la principal oposición. De los siete miembros, hay tres que tienen que elegirse ahora. Uno sería para LLA (Santiago Viola) por el oficialismo y los otros dos para la oposición. Si cuentan con los votos, uno para el PRO (que ya eligió a Santiago Alberdi, actual apoderado del partido) y otro para el radicalismo, posición que De Loredo le había propuesto al exdiputado Alejandro Cacace, actual secretario parlamentario del bloque.

El puntano Cacace.

Sucede que, si el candidato es Cacace, no tendría los votos necesarios. En cambio, Mario Negri podría lograr el respaldo del PRO y Hacemos Coalición Federal, además de los radicales. Pero esa discusión rompe el delicado equilibrio con el que se estuvo moviendo la UCR en la Cámara baja hasta ahora. No porque Negri logre un respaldo absoluto. Los diputados que responden al gobernador Alfredo Cornejo no lo respaldarían, por ejemplo.

Incluso Milei puede inclinarse por no darle ningún cargo al PRO ni a la UCR, prefiriendo a dos peronistas más en ese lugar, a cambio de no tomarse el trabajo de negociar con los partidos de la llamada "oposición dialoguista", que lo "molestan" (sic) más de lo que puede tolerarlos.

Por eso la semana pasada, en estricto secreto, estuvo en Rosada el diputado Miguel Angel Pichetto para mantener encuentros con Karina Milei, la hermanísima secretaria general del Gobierno, y Eduardo "Lule" Menem, que manejan a control remoto lo que sucede en la Cámara de Diputados. Buscó convencerlos de que respalden a un candidato del PRO y otro de la UCR para la Auditoría y alcancen una confluencia en la votación en el recinto, que sería visto como otro gesto de distensión política.

Si fue escuchado o no, habrá que verlo. Mientras tanto, la interna radical está al rojo vivo. Alguien podrá decir, "como siempre". Otros aseguran "como nunca".

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