Opinión

Más inflación, más pobreza y menos ideas

Desde la Ucim, su presidente, Daniel Ariosto, afirma en esta columna de opinión que "Mendoza que está muy limitada por la macroeconomía, es cierto, pero tampoco realizó grandes esfuerzos para fomentar la empresa. Tenemos números prolijos pero poca actividad o medidas concretas para el crecimiento en serio".

Daniel Ariosto

Según la Dirección de Estadísticas y Censos de la provincia, la Canasta Básica Total de febrero en Mendoza fue de $164.000. Es decir que una familia tipo debió ganar más de esa cifra para poder satisfacer sus necesidades básicas y no caer debajo de la línea de pobreza.

A nivel nacional, el costo de los artículos de la canasta de alimentos esenciales subió durante febrero 11,7% y acumulan en los últimos 12 meses 115,1%, por encima de la inflación y la Canasta Básica Total (CBT) registró un incremento de 8,3% en el segundo mes del año y acumula 111,3% en los últimos doce, según el INDEC.

Cualquier familia en la provincia debió afrontar un costo de 15% más en sus alimentos. Un índice superior al nacional y que muestra que la inflación a esta altura ya es un fenómeno intratable.

Y hablamos de alimentos, fundamentalmente lo que indica que este incremento, lo sufrimos todos los habitantes y fundamentalmente, las personas que menos ingresos tienen.

Para dar un ejemplo, un empleado o empleada de comercio gana en promedio, $135.000. Es decir, una persona que madruga todos los días, que tiene que viajar 4 veces por día (en su mayoría) , que trabaja sábados y en algunos casos domingos, es pobre.

Hablamos sin dudas de una franja importante de la población a quien la desastrosa macroeconomía no le está facilitando la vida, muy por el contrario.

En innumerable cantidad de oportunidades hemos abordado el flagelo de la inflación y nos hemos preocupado por el inexistente rumbo económico de nuestro país.

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Cuando todas las variables están desajustadas, cuando no hay una política clara; cuando todos los sectores económicos, industriales, comerciales, de servicio y todos los ciudadanos están claramente empobrecidos, empresarios pymes, emprendedores, trabajadores, se encuentren en la formalidad o no, es momento de tomar decisiones. Ya el piloto automático o el gradualismo de tortuga no tienen lugar.

Somos realistas. Lo que no se hizo en cuatro años, no podrá hacerse en algunos meses. Pocos para gestionar y eternos para quienes lo sufrimos.

Mendoza no es una excepción a la regla, vimos que los números son peores para quienes vivimos por acá. La provincia, que está muy limitada por la macroeconomía, es cierto, pero tampoco realizó grandes esfuerzos para fomentar la empresa. Tenemos números prolijos pero poca actividad o medidas concretas para el crecimiento en serio.

En estos nueve meses no podrá hacerse nada macro con ese objetivo, pero si el Gobierno Provincial puede implementar medidas urgentes para comenzar a movernos y empezar a salir.

Lo afirmamos una y mil veces: la salida es la empresa. El Estado puede organizar mejor o peor sus números y puede administrar, pero no puede generar riqueza. No se puede, desde un escritorio, decir que vamos a crecer. El crecimiento se hace desde quienes invierten y generan actividades y trabajos.

Cada vez menos apuestan por nuestro país porque no están incentivados, porque es más redituable el sistema financiero, porque todo lo que se hace acá se hace "cuesta arriba", se paga una enormidad de impuestos, se trabaja en un mar de complicaciones y leyes que solo retraen y desalientan la empresa.

Faltan insumos, no se puede reponer, quienes exportan enfrentan duros obstáculos, ya sea por el tipo de cambio o por la falta de competitividad.

Esto sin contar lo difícil que es trasladarse por las calles porque todos los días nos encontramos con marchas de pobre gente a la que solo se le enseñó a vivir del estado y que lógicamente, con los índices de inflación no se pueden sostener con esos ingresos. Un estado exhausto, que no para de tapar agujeros y que está (estamos) cosechando los frutos de malas decisiones que supo tomar. Y la inseguridad que impide también el libre desplazamiento de las personas en horarios y zonas que son prohibidas y que tampoco deja trabajar libremente. En nuestra provincia vivimos en carne propia la muerte de empresarios que fueron asesinados por solo trabajar.

También están los que se cansaron y deciden irse, a buscar caminos más prometedores.

Es simple, si más empresas tributan más dinero tendrá el estado. Si las empresas son apoyadas, promovidas lograrán ser más exitosas, darán más empleo o pagarán más a sus colaboradores y tributarán aún más. Suena bastante lógico.

El país está en crisis. El mundo también tiene sus crisis pero, en Argentina, el efecto mariposa termina en las peores calamidades que podemos imaginar.

Es difícil estar esperanzados por la realidad y por la poco atractiva oferta electoral que se viene. Muchos egos peleando y pocas propuestas concretas de cómo vamos a salir de este pantano.

Cada argentino debe dar más aún, para mostrar que somos buena gente, que hacemos las cosas bien y ver si, por efecto contagio, empujamos a nuestros dirigentes a tomar en serio su responsabilidad. Educación y trabajo son las respuestas a esta triste realidad.

Crisis es cambio. ¿Vamos a encontrar el camino para estar mejor?

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