Quién es y qué piensa el nuevo director de la OIT
Gilbert F. Houngbo es el nuevo director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Aquí se presenta y explica sus objetivos.
El nuevo director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el congolés Gilbert F. Houngbo.
Cuatro candidatos más optaban junto a Houngbo por la dirección general de la OIT: Kang Kyuwha (República de Corea), Mthunzi Mdwaba (Sudáfrica), Muriel Pénicaud (Francia) y Greg Vines (Australia).
La OIT es el organismo especializado más antiguo de la ONU. Fue fundada en 1919 y tiene el mandato de promover el trabajo decente para todos. Cuenta con 187 Estados miembros.
Acaba de asumir en el cargo del organismo de las Naciones Unidas y se presenta en la siguiente entrevista, distribuida por la OIT.
Quién es
Nacido en Togo en 1961, Gilbert F. Houngbo ha dedicado más de 35 años a trabajar para mejorar la vida de las personas más vulnerables en el mundo, aprovechando su amplia experiencia en asuntos políticos, desarrollo internacional, diplomacia y gestión financiera.Es titular de una maestría en Administración de Empresas por la Universidad de Lomé (Togo) y de una licenciatura en Contabilidad y Administración de Empresas en la Universidad de Quebec en Trois-Rivières (Canadá). Es miembro del Instituto Canadiense de Contadores Colegiados.Gilbert F. Houngbo se incorporó a la consultoría Price Waterhouse en Canadá en 1986 y trabajó allí hasta 1993.Entre 1994 y 1996, ocupó los cargos de Director de Finanzas en el Banco Internacional de Mali, antes de pasar al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) donde ocupó diversos cargos, incluidos el de Jefe de gestión de informes financieros y administración de fondos fiduciarios, Contralor y Director de finanzas y administración, Jefe de Gabinete y el de Subsecretario General y Director Regional del PNUD para África.En 2008, Gilbert F. Houngbo se convirtió en Primer Ministro de Togo, cargo que ocupó hasta 2012.Se reintegró al sistema de la Naciones Unidas en 2013 como Director General Adjunto de Programas Exteriores y Alianzas en la Organización Internacional del Trabajo.En 2017, fue nombrado sexto Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), con base en Roma, Italia. Fue reelegido al cargo en 2021. También presidió ONU-Agua que coordina los esfuerzos de más 30 entidades de las Naciones Unidas y organizaciones internacionales que se ocupan de cuestiones relacionadas con el agua y el saneamiento.En 2021, fue invitado a ser miembro del Consejo de Administración del Centro Internacional de la Agricultura Biosalina (ICBA) y a presidir el Consejo de Administración del Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales.En marzo 2022, Gilbert F. Houngbo fue elegido por el Consejo de Administración de la OIT como undécimo Director General de la Organización. Es el primer africano que ocupa este cargo. Asumió sus funciones el 1 de octubre 2022.Gilbert F. Houngbo está casado y tiene tres hijos.
La entrevista:
- ¿Por qué quiso ser Director General de la OIT?
- Supongo que basta con ver mi propia trayectoria y experiencia para no sorprenderse. Por decirlo brevemente, aunque crecí en circunstancias que ciertamente están lejos de ser ideales, para mí estaban bien. Lo que no está bien es que 50 años después, 60 años después, sigamos teniendo los mismos retos. Todo el mundo ha hecho grandes progresos, pero seguimos teniendo muchos retos que son inaceptables. Así que lo poco que pueda hacer, lo haré siempre.- ¿Cómo describiría la situación del mundo del trabajo en la actualidad?
- Estoy un poco preocupado, sobre todo desde la COVID-19, por el impacto que todos hemos experimentado. Por un lado se ve el lado positivo; la digitalización de la economía, de nuestra sociedad, que trae progreso. Por otro lado están los riesgos que provoca en el mundo del trabajo, sobre todo la informalización de lo que antes era el sector formal.Desde 2021 hemos tenido un cierto grado de "rebote" económico. Estamos "volviendo" desde el punto de vista económico, pero también sabemos que esos empleos, las horas de trabajo que estamos recuperando, están más en el lado informal, lo cual es un problema. Así que la precariedad de la recuperación es preocupante y, por tanto, para mí la protección del empleo va a ser importante. La situación actual no ha facilitado las cosas, pero para eso se creó la OIT.- Una de las cosas de las que se habla mucho es la creciente brecha entre ricos y pobres, tanto dentro de los países como entre ellos. Y este crecimiento de la desigualdad parece ir en aumento. ¿Qué podemos hacer para combatirla?
- La desigualdad ha sido uno de los puntos principales que he impulsado durante la campaña. Hay que luchar contra el reto de la desigualdad. Una parte está dentro del mandato de la OIT, pero otra parte va más allá de la OIT. A través del enfoque tripartito tenemos que impulsar una mayor justicia social. Me refiero no sólo a la división entre países pobres y países ricos, sino también dentro de los países.
Así pues, en la elaboración de políticas, ya sean nacionales, internacionales o multilaterales, en los acuerdos comerciales, en la inversión extranjera directa o en toda la cadena de suministro, tenemos que garantizar que la justicia social siga siendo el núcleo, y por tanto contribuya a la lucha contra la desigualdad.- Otra área de cambio que está causando gran preocupación es el cambio climático. Este año hemos visto sequías, hemos visto inundaciones, hemos visto olas de calor. Está causando muchos trastornos. ¿Cómo ve las implicaciones del cambio climático en el mundo del trabajo?
- La implicación directa, por supuesto, es la necesidad de una Transición Justa; con la crisis, la crisis energética, y todo el objetivo de cero gases contaminantes. Tenemos que asegurarnos de que damos más importancia a la productividad, al desarrollo de las capacidades, a la formación permanente, de modo que ofrezcamos oportunidades a los trabajadores que salen de las industrias más antiguas hacia las renovables.En segundo lugar, la importancia de estar mejor preparados para reaccionar ante situaciones de crisis. Lo que vimos en Pakistán o lo que estamos viendo en otros lugares en términos de inundaciones o sequías tiene un impacto directo no sólo en los trabajadores, sino un impacto directo en la desigualdad. Y la mayoría de las veces son los ciudadanos de las partes más bajas de la pirámide los que pagan el precio. Así que tenemos que asegurarnos de que nuestra capacidad de reacción y de respuesta ante un país en crisis sea mayor.- En la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, la OIT y el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, promovieron el "Acelerador mundial del empleo y la protección social para las transiciones justas". ¿Hacia dónde cree que puede ir esta iniciativa y cuál cree que es su potencial para resolver algunos de los problemas?
- En primer lugar, se trata de una iniciativa muy, muy buena, fundamental, tanto para la producción de empleo como para la protección social. Es una forma de hacer frente a lo que hemos vivido durante la COVID-19, con la pérdida de puestos de trabajo y lo precarios que se han vuelto otros empleos y situaciones. Los países de bajos ingresos, en particular, tienen muy poco espacio fiscal para poder responder rápida y eficazmente a través de planes de protección social.Por eso, para mí, la protección social universal, que garantice que en todos los países cada ciudadano tenga acceso a un paquete mínimo de protección, va a ser crucial. Es una tarea muy grande y desalentadora que realmente tenemos que estudiar. Y ese va a ser un elemento central de mi tiempo en la OIT.- Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos en este momento son problemas multilaterales. El cambio climático, la inflación, la crisis alimentaria y de los combustibles. Pero, al mismo tiempo, el sistema multilateral que se ha desarrollado desde la Segunda Guerra Mundial está sometido a una tensión casi sin precedentes. ¿Qué puede hacer la OIT para ayudar a reconstruir el sistema multilateral, para fortalecerlo y aumentar la confianza en él?
- En primer lugar, permítame subrayar la importancia del multilateralismo. No podemos insistir lo bastante en ello. La OIT tiene que contribuir al multilateralismo, en primer lugar, tomando la iniciativa en las numerosas cuestiones sociales que constituyen el núcleo del mandato de la OIT, empezando por la injusticia social. Y en segundo lugar, la propia OIT tiene que implicarse mucho más en la arquitectura multilateral global, trabajando con los colegas de la ONU, la secretaría de la propia ONU y las agencias hermanas de la ONU. También con las instituciones financieras internacionales (IFI).Creo que debemos intensificar nuestra cooperación con las instituciones financieras, no sólo con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino también con los bancos regionales de desarrollo. Además, tenemos todos los acuerdos comerciales y las relaciones de trabajo, la cooperación con la Organización Mundial del Comercio (OMC), con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Para mí, esto va a ser crucial. Sabemos que toda la cadena de suministro puede ser una fuente de generación de ingresos, una fuente de creación de empleo, especialmente para las economías emergentes. Pero, al mismo tiempo, existe un riesgo para la protección del empleo. Así que trabajar juntos en esta parte del multilateralismo va a ser muy importante.La tercera dimensión es el cambio climático. Trabajar con el Fondo Verde para el Clima (GCF) 1 , con el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) 2 , con todas las instituciones de adaptación al cambio climático, también va a ser crucial. No sólo para garantizar una transición suave, sino también para asegurar que el futuro del trabajo vaya a ser más sostenible y rico en empleo.- Acaba de empezar su mandato. Ya hay muchas cosas sobre su mesa. ¿Cuáles van a ser las prioridades?
- Volveré a la declaración de mi misión y a todos los debates. Pero lo importante no es sólo la misión, sino comprometerse con los electores. Eso te ayuda a ver el corazón de las cuestiones que están en juego.Así que para mí, es la intensificación de la justicia social dentro de las grandes coaliciones y la protección social universal. También hay que hablar de la cadena de suministro, del sector informal. Además, la COVID nos ha mostrado cómo algunos grupos de ciudadanos están en una situación mucho más precaria; las mujeres y las niñas, en particular las mujeres rurales, son uno de ellos. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y los empresarios autónomos son otro de ellos.Hablamos de las transiciones justas, en las que la OIT ha hecho un buen trabajo. También debemos continuar con toda la dimensión del trabajo infantil y el trabajo forzoso. Otro punto importante es la importante decisión tomada por la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en junio, por integrar la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) en los Convenios Fundamentales. Así pues, otra cuestión es la aplicación de nuestros Convenios y la modernización de nuestros mecanismos de supervisión para tener en cuenta las exigencias del mundo actual.
Seamos sinceros, hay muchas exigencias que pueden necesitar un nuevo instrumento. No sé qué tipo de instrumento, pero está claro que tenemos que tener en cuenta estos aspectos: la economía digital, las cadenas de suministro. Así que, para mí, todas esas van a ser las prioridades de la OIT. Es mucho, pero lo intentaremos.
Referencias citadas:
Fondo Verde para el Clima (GCF por sus siglas en inglés) es un fondo creado en el marco de la CMNUCC como entidad operativa del Mecanismo Financiero para ayudar a los países en desarrollo en las prácticas de adaptación y mitigación para contrarrestar el cambio climático.Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés) es un fondo medioambiental multilateral que concede subvenciones y financiación mixta para proyectos relacionados con la biodiversidad, el cambio climático, las aguas internacionales, la degradación del suelo, los contaminantes orgánicos persistentes (COP), el mercurio, la gestión sostenible de los bosques, la seguridad alimentaria y las ciudades sostenibles en los países en desarrollo.