Bajo qué condiciones la idea de que un municipio construya escuelas es aceptada por el Gobierno
El gobierno mendocino toma con cautela, pero con buenos ojos, a priori, el anuncio del intendente de Maipú de avanzar con la construcción de una escuela.
Al gobierno provincial no le disgusta que un municipio, como en el caso de lo anunciado por el intendente Matías Stevanato desde Maipú, encare la construcción completa de un edificio escolar. La propuesta del jefe comunal peronista llega en su disputa con el gobierno provincial radical por más fondos para reparar escuelas. Desde la DGE prefirieron responderle con silencio, ya que están analizando con la totalidad de los intendentes cómo distribuirán y para qué tareas unos 4.500 millones de pesos con los que podría contar Mendoza para esas refacciones (una vez que se conozca el presupuesto nacional).
De acuerdo al relevamiento realizado por Memo en Casa de Gobierno tras el anuncio de Stevanato, su propuesta no cayó mal. Lejos de ser recibida como una "chicana", el promedio de reacciones entre los radicales podría resumirse en una frase construida con el cúmulo de respuestas que no constituye el textual de nadie, sino un genérico posible: "Si un intendente construye una escuela en un lugar en donde la DGE ha diagnosticado que hace falta, ganamos todos".
¿Y dónde es que faltan escuelas? Los lugares con más demanda son justamente Maipú, Luján y Guaymallén.
El problema es que si los intendentes vayan a tomar la tarea "porque sí", con fines políticos o porque quieren quedar bien con alguna comunidad, se estaría perdiendo una oportunidad de darle alguna organicidad para la eficacia de la utilización de los fondos de financiamiento educativo.
Tras el picudeo, Stevanato anunció que su comuna construirá una escuela
Como mal ejemplo de esto está la gran inversión que hizo el Estado en construir una escuela en El Pozo, al oeste de Godoy Cruz, que fue un berretín del gobierno de turno por que paseó a cuanto candidato de su partido visitó Mendoza y que quisieron mostrar al mundo como un ejemplo de reordenamiento de una zona postergada al estilo de los "parques bibliotecas" icónicos de la trasformación de Medellín. No seguir el diagnóstico de la DGE en aquel momento significó que la escuela no tuvo alumnos.
El otro dato importante es que justamente el gobierno escolar debe ser uno de las áreas del Estado con información más sistematizada y disponible. Hasta no hace mucho funcionó un sistema de evaluación en tiempo real denominado Búho -que usó mucho Jaime Correas para "apurar" a Infraestructura ante los reclamos de los directivos- en el que se sabía el estado de cada una de las más de 2 mil escuelas, trámites de reparación, avances, licitaciones, adjudicaciones, costos y también los chascos, fracasos y retrocesos en materia de reparación.
Stevanato dio por "dormido" al gobierno mendocino y Suarez le recordó su peor pesadilla
Hay que esperar los acuerdos entre DGE y municipios, que podrían estar definidos hacia fines de marzo y no se trata de una tarea que merezca ser encarada "a los ponchazos" o por presión política y social. No están apurados en Educación, porque pretenden que resulten una buena plataforma de trabajo conjunto no solo para el inicio de clases, sino que -por sobre todas las cosas- para el futuro.