Perspectivas

En busca de un "peronismo mendocino": mirando al pasado y repasando el presente para tener un futuro

El peronismo en Mendoza se ha puesto en la tarea de reconstruirse, tras la diáspora de dirigentes que no quieren acatar los designios de Cristina Kirchner y sí están dispuestos a retomar un camino más movimentista que meramente sectorial progresista.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El peronismo ha centrado su campaña electoral en Mendoza, luego de la derrota del Frente de Todos, en buscar, encontrar, convencer y volver a sumar a los hijos descarriados de esa fuerza a la que le estalló su espíritu movimentista en las manos, generando una diáspora de dirigentes y referentes en todo el espectro político.

Con el kirchnerismo en la conducción, ya pocos hablan del "Movimiento Nacional Justicialista", ya que la nueva dinámica que se le quiso imponer al peronismo fue la del Frente de Todos que, al final, no es tan de todos, sino de los sectores que sintonizan en el universo en el que Cristina Fernández de Kirchner se siente cómoda y reinante a pleno, sin discrepancias.

Así, se generó un halo personalista que coquetea con el discurso progresista y de izquierda, sin serlo del todo, pero eficaz a la hora de desmontar adversarios.

Así, muchos peronistas que no adhieren a esa línea de pensamiento ni necesitan acatar las decisiones de una sola, se replantearon el verticalismo histórico del espacio político y social nacido un día como hoy en 1945 y, directamente, fueron a buscar contención o a recrear su "hábitat" en otros partidos.

Esa situación realidad golpeó fuerte en Mendoza, en donde se hizo fuerte el eje de la "unidad" del frente electoral, pero probablemente tarde, cuando los que quedaban para unirse eran referentes de peso e importancia, pero insuficientes para el objetivo central de una fuerza política: enamorar con sus propuestas al electorado y resultar una opción real de gestión.

Fernández Sagasti llegó a donde llegó, la conducción del PJ y la candidatura a renovar la banca en el Senado de la Nación, por saber catalizar dos condiciones: su lealtad a Cristina Kirchner, pero sobre todo, cierta faceta mendocinista que le permite diferenciarse de su rol en Buenos Aires cuando está aquí: ganó unas PASO que fueron una verdadera interna del peronismo para llegar allí y no fue impuesta a dedo.

Pero al peronismo poco le importan las formalidades en torno a como conseguir los liderazgos, sino llegar a ellos y administrar el poder. Y en Mendoza la tarea les está resultando adversa.

De allí que su nueva versión parezca más sincera que publicitaria: sencilla y dramáticamente, necesitan constituirse como un "peronismo mendocino", una versión local, lo más autónoma posible, de aquel partido que tuvo en "El Equipo de los Mendocinos" de José Octavio Bordón, Rodolfo Gabrielli y Arturo Lafalla su zénit de poder y atracción social.

Fue "agansándose" y no por la vía progre. Son los que le dieron el primer golpe al viejo Partido Demócrata, subsumiéndolo hasta casi no tener representación parlamentaria.

Pero allí está el espejo en el que se miran y no quieren reconocerse, precisamente. Los no tan malos pero sí insuficientes resultados del Frente de Todos, con pocos peronistas "clásicos" en las listas, con muchos peleandoles las bancas por fuera, los hace pensar en una comparación con el proceso que vivieron los "gansos" y que, en sus momentos de esplendor, nadie podía advertir que sucedería, hasta que un día hubo en la Legislatura más legisladores de origen demócrata que entraron por otros partidos que por el propio.

El Frente de Todos le puede hacer al Partido Justicialista el mismo daño. Pero ya no parece ser una tarea de solo "volver a las raíces" en sus discursos y estética, sino en sumar a los sectores que lo catapultaron al poder: además de los sindicales, aquellos que supieron construir un relato acerca del futuro de Mendoza con ellos y todos los demás, y no solamente un discurso de autoconvencimiento.

La tarea de hoy es de reconstrucción y replanteo, y les toca encararla desde una situación de campaña electoral, que no es el mejor escenario para un recorrido introspectivo.

Sin embargo, es un gran desafío que han decidido tomar frente a la posibilidad de que otro "Equipo de los mendocinos", el de Cornejo, Suarez y Cobos, les siga arrebatando posibilidades de llegar a instancias importantes de decisión.

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