¡Paremos ya! Mirá que ellos jamás se sacarían un ojo por vos

La grieta, esa negocio que sirve mucho a la política argentina, está llegando a niveles que no podemos aceptar. Por decencia, la clase política tiene que bajar los decibeles y no bajar el mensaje equivocado que a diario genera odio entre connacionales.

Una de las cosas que le sirven al aparato político para seguir haciendo pensar a los argentinos que es imprescindible para el futuro del país, es la división. La polarización de las ideas y las posturas es un negocio redondo que los fortalece y les permite seguir manejando el país de la manera que lo han hecho hasta. O sea, muy mal.

La grieta, cada vez más abierta, está llevando al ciudadano de a pie a situaciones que generan trastornos en sus vidas como consecuencia de las posiciones extremas que fomenta la clase política argentina.

Es inentendible que una persona haya perdido un ojo a manos de otro argentino. Peor aún es enterarse que esa pelea que tuvo su origen en el odio nacido de la grieta.

¡Muchachos! ¡Paren un poco! Miren que ellos no se van a ir a las piñas por ustedes ni por nadie.

Lo que realmente importante en ambos lados de la grieta es el poder, no tu bienestar. Si lo que los moviera es el bien común, hace mucho rato se hubieran sentado todos en una mesa para firmar un gran acuerdo nacional. En un país con 50% de inflación y 50% de pobres, si no se sentaron todos a una mesa para firmar un acuerdo, no queda otra opción que pensar que lo que moviliza a la clase política es el poder.

Le echamos cada vez más leña al fuego, apuntamos y generamos odio de uno a otro lado señalando al sector opositor como lo peor que le pasó al país, porque en base a ese discurso (preparado, guionado y estudiado con los coach respectivos) es que vamos sumando adeptos a nuestro sector. Si esos seguidores pueden pasar a ser verdaderos fieles, mucho mejor.

El que se va a las piñas para defender al líder de su ideología o su tendencia política, es simplemente una persona que no está entendiendo cómo es el juego que tienen en las altas esferas. No les importa si heriste a alguien y ahora tenés consecuencias legales, no les importa si dejaste de ver a un amigo o un familiar porque es K o M, no les importa si no llegas a fin de mes, porque te dicen en el presupuesto que la inflación va a ser del 29%, pero se aumentan el 40%. En resumen, vos no sos lo importante, lo que importa es el papel que pongas en el sobre cada dos años.

Lo peor de todo, es que el aparato político subestima a estas personas, porque cuando en una elección la estantería tambalea comenzamos con la idea de "poner platita" en el bolsillo de la gente y todo lo que ya conocemos. Pero eso no es exclusivo de la administración actual, porque si se miran las medidas que tomó el gobierno anterior tras perder las PASO de 2019, son muy similares, por no decir idénticas.

En el fondo, la cuestión es que bajemos cien cambios y no seamos los tontos útiles para que el aparato político mantenga una grieta que sólo los beneficia a ellos. Razonemos un poco más y reaccionemos bastante menos. No seamos lo que quieren que seamos, seamos lo que la Argentina necesita.

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