Condenan a un reconocido enólogo y un socio a pagar casi $100 millones a una bodega
Fueron denunciados por una bodega por "daños y perjuicios". Según el fallo, usaron recursos e infraestructura de sus antiguos jefes para comercializar un vino propio.
A raíz de una denuncia de los dueños de "Gauchezco Wines", la Justicia mendocina condenó a quien fuera el enólogo estrella de esta bodega, Mauricio Vegetti, y otro exgerente, Lucas Dalla Torre, a pagar cerca de 100 millones de pesos. Esta fue la conclusión de una demanda por "daños y perjuicios", cuya sentencia ya fue apelada por los abogados defensores.
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Todo comenzó en 2019, cuando los dueños norteamericanos de Isena S.A. -la familia Anesi, propietaria de Gauchezco Wines- despidieron a Vegetti y Dalla Torre por presuntamente haber utilizado los recursos e infraestructura de la empresa de capitales norteamericanos para comercializar un vino propio: "Lui Wines".
Surge del expediente que los dueños de la bodega acusaron a Vegetti y Dalla Torre de "haber utilizado en provecho propio toda la estructura, información, contactos, listas de proveedores de uvas, botellas, corchos, etiquetas, transportes, bodegas, para obtener mejores precios en los insumos al adquirir en grandes cantidades para la actora y para ellos mismos".
Para vender el vino Lui (y otros), Vegetti y Dalla Torre crearon una empresa, El Lado B S.A., que terminó comercializando productos similares a los mismos clientes que tenía Gauchezco. Por eso, los dueños de la bodega los acusaron de "competencia desleal, usando información fundamental para su beneficio y explotar sus propios productos".
Entre los "otros" vinos que vendía la empresa creada por Vegetti y Dalla Torre, estaba Dos Puentes, perteneciente a otra sociedad anónima en la cual trabajaba la esposa de Dalla Torre. Todo esto fue destacado en el fallo, ya que implicaba, según el tribunal, "aprovecharse de la información de clientes de Isena S.A.".
Por otra parte, en el fallo se subraya que Vegetti, quien llegó a ser gerente general de Isena S.A., y Dalla Torre, exgerente comercial, firmaron un acuerdo de confidencialidad y, por lo tanto, "no podían usar para beneficio propio información relacionada al ejercicio de sus funciones", lo que a la luz de los hechos no habrían cumplido.
Además de una serie de documentos -mails, facturas, etc-, en la causa hay testigos que cuentan cómo los dos condenados se aprovechaban de recursos e infraestructura para beneficio propio. Entre otros, aparece el testimonio de una enóloga de Isena, que declaró que "también cumplía funciones para El Lado B S.A. porque Vegetti se lo ordenaba".
Por qué $100 millones
Los dueños de Gauchezco afirmaron que el accionar de Vegetti y Dalla Torre "los privó de ingresos probables ponderados", por lo que habrían vendido un 25% menos de vinos. En este punto, los jueces avalaron el reclamo y calcularon el monto de la condena, justamente, en lo que habría dejado de vender la empresa en operaciones nacionales e internacionales.
Asimismo, "se toma solamente el periodo 10-04-2018 al 02-07-2020, pues considera que es el extremo donde se generó mayor volumen de ventas de parte de los demandados, extremo que considero probado con la pericial contable", testimonios de testigos e información del Instituto Nacional de Vitivinicultura, según el fallo.
A partir de esto, el tribunal resolvió: "Admitir la demanda promovida por Isena S.A. contra Mauricio Gabriel Vegetti Lui, Lucas Dalla Torre y el Lado B S.A. por la suma de $16.842.786,40 y U$S 88.450,80", y agrega: "Con más intereses legales". Es a partir de esto que la cuenta final, si los condenados pagasen hoy, da cerca de $100 millones de pesos.
En primer lugar, a ambas cifras deben calculárseles los intereses generados a partir del momento de presentación de la demanda (2019). Por otra parte, al monto en pesos se le aplica el método UVA y a los dólares, un interés anual del 8%, y luego se los pesifica al tipo de cambio oficial del Banco Nación. Todo eso, si se pagara hoy, supera los $90 millones, llegando a $105 millones con costas y honorarios de abogados.
Qué dicen los demandados
Del mismo fallo también surge la defensa que hicieron Vegetti y Dalla Torre ante las acusaciones de Isena S.A. En primer lugar, enfatizaron que los vinos Lui eran mejores que Gauchezco, y que por ende no había competencia desleal. "La marca Lui era de calidad superior, razón por la cual nunca podrían competir en el mercado", dice el expediente.
Palabras más palabras menos, Vegetti sugirió que en realidad la bodega estaría en deuda con él, ya que él habría sido el artífice exclusivo del éxito que tuvieron los vinos Gauchezco. Indicó la defensa que "todos los caldos que se vendieron con esa marca fueron creados y elaborados por él mismo en forma exclusiva y vendidos por él y por Dalla Torre".
"Dado su prestigio, Vegetti -premiado incluso por Tim Atkins- fue contratado para crear el vino de Isena S.A., venderlo y comercializarlo, participando a esos efectos de distintos concursos donde obtuvo premios por vinos Gauchezco y Lui Wines, siendo éste último su proyecto personal", agregaron en defensa de los acusados.
Efectivamente, tal como explicaron los abogados defensores (el exgobernador Arturo Lafalla y su hijo Martín), "la mayoría de las empresas vitivinícolas de nuestro medio cuenta con enólogos de cierto renombre que, a su vez, tienen su propia marca de vino, como es el caso de Edgardo del Popolo de Bodega Susana Balbo y David Bonomi de Bodega Norton".
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Sin embargo, en el caso de Vegetti, el doble rol del enólogo adquirió una "complejidad" tal que terminaría en una sanción millonaria, ya que -según los jueces- se habría aprovechado de los dueños de la bodega, usando toda la infraestructura, personal, clientes, proveedores, etc, para beneficiar su proyecto personal.
Otros puntos clave del fallo del Tribunal
- Concluye el Segundo Tribunal de Gestión Asociada de Mendoza que Mauricio Vegetti y Lucas Dalla Torre eran "trabajadores jerárquicos dependientes full time" de Isena S.A. y que, como tales, cobraban un salario acorde. Pero "se dedicaron en forma paralela a la misma actividad (venta de vinos Premium) que ejercitaba su empleadora utilizando en beneficio propio toda su información reservada e infraestructura relevantes, insumos, transportes, personal e inclusive su propia clientela a la que le vendieron sus propios vinos".
- "Vendían los vinos de Gauchezco, Lui y Dos Puentes a las mismas empresas, elaboraban, fraccionaban y envasaban el vino en las mismas bodegas, utilizaban los mismos insumos, los mismos envases, el mismo depósito con tanques compartidos, adquirían etiquetas en el mismo proveedor, vendían en forma paralela sus propios productos a los mismos clientes, compitiéndole en contravención al convenio de confidencialidad suscrito, faltando a la buena fe laboral".
- "Cecilia Bajuk era dependiente de Isena S.A., sin embargo, cumplía funciones de enóloga para El Lado B S.A. porque Vegetti se lo ordenaba; sucedía lo mismo con Natalia Massiero y Soledad Quesada, quienes siendo dependientes de Isena S.A., cumplían con las órdenes impartidas por Vegetti entre las que se encontraban las relacionadas con la logística no ya sólo de Gauchezco sino de Lui Wines, vino que comenzó siendo de garaje y terminó obteniendo un inusitado crecimiento, beneficiando a los titulares de El lado B S.A. en desmedro de un mayor crecimiento que pudo tener Isena S.A. a través de su producto y no lo tuvo".
- "También, Vegetti les instruía sobre los caldos de otra empresa extraña a Isena S.A., Dos Puentes S.A., en la que trabaja Ilana Naomi Richman, esposa del codemandado Lucas Dalla Torre".
- "Las afirmaciones precedentes tienen el suficiente y necesario sustento probatorio en innumerable documentación aportada a la demanda, en particular, en los distintos correos electrónicos que fueron cursados desde las diversas direcciones o puertos de la firma actora y en los que se pueden apreciar los extremos desarrollados que acreditan el cuestionamiento de la espuria conducta de los aquí demandados".
- "Con la prueba analizada puede concluirse válidamente que los accionados actuaron en franca violación de los deberes que tenían para su empleadora, produciéndole a ésta un perjuicio susceptible de reparación".
- "Si Vegetti había aceptado una relación laboral full time con un salario que se correspondía con tal calidad, no puede menos que pensarse que la exclusividad se encontraba ínsita en la actividad que desempeñaba, y que solamente podía elaborar vinos con su marca propia sin más extensión comercial que la que podría darle un producto de garaje, tal como de esta forma surge del mail de fecha 02-03-2012, enviado por Vegetti a Anesi, reconociéndole que le gustaría seguir con su proyecto de Lui Narvaez, o como de forma similar, reconoce el testigo Pablo Martino Benítez que es la forma habitual de desarrollar vinos cuando se es enólogo dependiente de una bodega".