Las "debilidades humanas" de Pescarmona
Más allá de lo conocido a través de los cuadernos de las coimas, durantela investigación judicial surgieron datos curiosos de los registros contables de IMPSA. Lo cuenta Diego Cabot en su último libro.
"DH". Dos letras que generaron un particular interés en el juzgado de Claudio Bonadio. ¿De dónde salieron? De los registros contables de la empresa IMPSA que analizó el magistrado de la causa de los cuadernos. ¿Qué se anotaba al lado de esa sigla? Los sobornos que pagaban a funcionarios del kirchnerismo. ¿Qué significaban ambas letras? "Debilidades humanas".
Tal como consta en los expedientes de la causa, estaba tan aceitado el sistema de pago de sobornos en el gobierno anterior que las empresas incluían las coimas en los registros contables. Y no sólo eso: como si se tratara de una comedia mal contada, aquellos que en su momento levantaban el dedo y marcaban el "deber ser", consideraban que los sobornos eran debilidades humanas.
Así lo cuenta Diego Cabot, quien destapó el escándalo de corrupción más grande de la historia argentina, en su libro "Los Cuadernos". "No sólo los cordobeses son buenos para el humor, los mendocinos también tienen lo suyo", redactó el periodista en referencia a los registros contables de IMPSA que dan cuenta de las denominadas "DH".
Más allá de la investigación posterior y de los hechos que da por probados Bonadio y los propios empresarios acogidos a la figura de "imputado colaborador", en los cuadernos de Oscar Centeno el empresario más mencionado es Rubén Valenti, de IMPSA, con habituales entregas de dólares y botellas de vino a Roberto Baratta o personal a su cargo. Todos los encuentros tuvieron lugar en el hotel Feirs Park.
En tanto, el chofer también anotó que una reunión tuvo lugar directamente en el departamento de Enrique Pescarmona, en calle Libertad de CABA.