El terrorismo, Macron y Milei
El presidente francés realizó este domingo un homenaje a las víctimas francesas del terrorismo de Estado en Argentina. Javier Milei no lo acompañó.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, efectuó en Buenos Aires este domingo un homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado que encabezó la última dictadura militar en Argentina y que dejó víctimas francesas.
Está claro y no es producto de tironeos politiqueros: el terrorismo es uno solo, de izquierda, derecho, ambientalista, político, económico o con el ropaje con el que se vista.
Javier Milei no lo acompañó y ya sabemos que él, y ni qué hablar de su vicepresidenta, Victoria Villarruel, tienen una opinión sobre esos tiempos oscuros de la Argentina que está condicionada por el carácter también terrorista de la muchas de las víctimas de los terroristas de Estado. Hay cosas con las que no debe hacerse política. Una central es con el terrorismo, sus víctimas y sus victimarios. No lo entendió así el kirchnerismo, que se apropió de unos. Y tampoco lo estaría entendiendo Milei y Villarruel, levantando otra, en sentido contrario. En vano.
En un rato salto en el aire, por oposición al terrorismo de Montoneros, por ejemplo, se termina elogiando a los que los combatieron, aunque lo hicieran también con herramientas irregulares, ilegales y más: con todos los recursos del Estado.
Pocos sacan esta cuenta: pero los militares no solo "pusieron un freno" a los guerrilleros, sino que robaron, torturaron, mataron y por supuesto, hicieron política con las arcas fondeadas con los impuestos de todos los argentinos.
Este último factor, tanto como la condición de malhechores de unos y otros, ha ido quedando en un lejano plano a la hora de los análisis. Primero, porque se demonizó a la "Teoría de los dos Demonios", debido al peso del Estado militar contra los "civiles" armados de los grupos guerrilleros. Pero luego, porque hubo un consenso social en no hablar más del tema por fuera de un canon establecido, tanto para condenar las acciones de unos, como las de otros, pero pocas veces las atrocidades de ambos bandos.
Macron parece comprender la dimensión total del terrorismo y por eso rindió tributo a "sus" victimas: junto a su esposa Brigitte, concurrió a la Iglesia Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal, donde fueron secuestradas las monjas Léonie Duquet y Alice Domon durante la última dictadura militar.
Y el hecho es fuerte, porque abre una luz de esperanza de que algún día, en Argentina, se comprenda que el terrorismo es uno solo, aquella herramienta violenta y asesina que se esgrime con cualquier excusa a mano (unas veces más creíbles, otras no tanto) para imponer una ideología o para frenar a otra, generando precisamente terror en la población, aplastamiento de las disidencias, incertidumbre y con ello, sembrar odios y divisiones de las que grupitos siempre dominantes, por izquierda o por derecha, siempre han sacado provecho propio.