Salud mental en Mendoza: A qué señales estar atentos

El 10 de octubre se cumple un nuevo aniversario del Día Mundial de la Salud Mental, un tema que por momentos es dejado de lado por la gente, priorizando otras aristas de la vida. El director de Salud Mental y Consumos Problemáticos de Mendoza Manuel Vilapriño habló con con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Jornada 91.9, 100.1 de San Martín y FM del Condado 96.9 de Luján, y explicó la importancia de trabajar activamente para cuidar la salud mental de las personas.

"Hay una problemática in crescendo. A lo largo de las últimas décadas, sabíamos que esto iba in crescendo, los trastornos que se llaman epigenética, que son cómo las circunstancias que nos rodean y cómo vivimos terminan modificando la creación de los genes y dando lugar a enfermedades que uno no esperaría que aparecieran. Esto está absolutamente demostrado y explica un poco por qué siempre fue in crescendo y después de la pandemia se visibilizó mucho más, se duplicaron o triplicaron las problemáticas y entre diferentes circunstancias que agravan más todo este tipo de cuestiones, en relación a cómo vivimos y cómo es nuestra vida, sin duda que tiene un impacto en la salud mental de las personas", explicó el funcionario.

Vilapriño señaló que los cuadros con más prevalencia son los trastornos de ansiedad, depresivos, el consumo de sustancias y los trastornos en la conducta alimentaria y se generan porque hay circuitos que afectan el funcionamiento del cerebro: "Si pensamos que la medicación es el único camino, estamos absolutamente equivocados, y lo dice alguien que dentro de su expertise tiene el campo de la psicofarmacología. El fármaco es importante, yo siempre lo comparo con la diabetes: uno puede indicarle insulina en un tratamiento para la diabetes, pero si no hay medidas que tenga que ver con los hábitos en general de la persona, es poco probable que ese cuadro mejore. Con este tipo de trastornos pasa lo mismo porque funcionan de la misma forma, por un lado tenemos lo genético y por el otro lo psicosocioambiental. Si nosotros no modificamos o no actuamos en relación a cómo es nuestra calidad de vida, cómo la llevamos adelante, cómo nos enfrentamos a las circunstancias que obstaculizan el disfrute de la vida, probablemente va a haber muchas más posibilidades de que existan estas enfermedades u otras, la calidad de vida es clave".

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El especialista explicó que frente a estos cuadros se opta por trabajar con tratamientos interdisciplinarios que vayan más allá de la biología y que incluyan la parte psicológica, los hábitos de vida y lo que le pasa al sujeto: "Tiene que haber un equilibrio. Si no hay un equilibrio, difícilmente se pueda observar un concepto de salud mental en las personas".

El director de Salud Mental y Consumo Problemático también señaló que la depresión y la ansiedad pueden encontrarse de manera individual como así también pueden coexistir en un mismo caso, como sucede en casi el 50% de los casos: "Hay técnicas de dilucidar qué es primero o qué viene asociado con qué, pero los cuadros existen por separado y existen en conjunto. La ansiedad como cuadro ya establecido puede coexistir con la depresión pero los extensores agudos y crónicos en el tiempo pueden desencadenar la genética dormida y dar lugar a trastornos de ansiedad y trastornos de depresión. Si uno pregunta ¿cuándo aparece la ansiedad? En general decimos 30, 40 años que es cuando empezamos a llevar una vida más activa en cuanto a los problemas. En realidad, los trastornos de ansiedad empiezan mucho antes, entre los 12 y 15 años hasta los 18 o 20 años como cuadros de ansiedad establecidos. Muchas veces pensamos que es propio de la persona funcionar así y en realidad lleva tantos años funcionando con un cuadro ansioso que ya se nota como propio ese padecimiento. Eso explica por qué en los tratamientos muchas veces, por causas cardiológicas, o endocrinológicas se indican ansiolíticos: uno dice que es para el manejo de la hipertensión pero no, es para el manejo de la ansiedad que favorece la hipertensión".

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A su vez, el funcionario alertó sobre una suma exponencial de casos en ambas circunstancias: "Los trastornos mentales de este tipo como depresión, trastornos de ansiedad, que dependen de factores que favorecen, dependen muchísimo de todo lo que pasa con los que nos rodea, han ido creciendo a lo largo del tiempo. Antes de la pandemia, la prevalencia de los trastornos de ansiedad era del 12% o el 18% y de depresión eran del 5% o el 8%. Ahora, en un estudio que se hizo en 2021 en el Conicet y la UBA, los valores se duplicaron: los trastornos de tipo depresivo, 12 al 20% de la población argentina y trastorno de ansiedad entre 30 y 40%. No estamos hablando de poca cosa, son trastornos con impacto biológico y psicosociológico, psicosocial familiar y laboral, que requieren ser tratados en el tiempo. Algo está pasando a lo largo del tiempo que hemos visto que aumentan estos cuadros. Los cuadros más endógenos de la psiquiatría, como la esquizofrenia que depende de estos motivos y otros, no aumentan su prevalencia como este tipo de cuadros".

Vilapriño explicó que esto puede deberse a que vivimos con muchos más estímulos y que esto genera un aumento del estrés, el cuál es bueno como fenómeno pero no como algo a largo plazo: "El estrés es muy bueno como fenómeno adaptativo en el momento, permite que vos puedas adaptarte a la situación que nos plantea la vida. Pero cuando persiste en el tiempo, o es demasiado severo, va a traer consecuencias ya sea por un tipo de trastorno o por otros, ya sea clínico, neurológico, metabólico o en el área de salud mental. Sin dudas que vivimos con más estrés, no solo por los extensores que hay sino por cómo vivimos la vida".

En referencia al tema de la salud mental en las infancias, el médico explicó que en la salud mental no existen marcadores biológicos, sino que todo se debe al trabajo de la clínica: "Yo no puedo hacer como otras especialidades un examen de laboratorio, una resonancia, una tomografía y llegó al diagnóstico, lo nuestro es todo clínica. Es todo lo que vemos, escuchamos, nos cuenta la familia de un niño y nos apoyamos en algunos estudios, test, gráficas, pero no son determinantes, lo determinante es la clínica. En el caso de la influencia en la adolescencia, uno dice que hasta los 20, 25 años el cerebro está en crecimiento. Resulta sumamente práctico, pero al mismo tiempo resulta vulnerable. Al tener solamente la clínica, estamos en un tema. Es en función de cómo el equipo evalúa a una niña o un niño y lo que entiende por normalidad o anormalidad y en función de lo que ese chico o chica lleva adelante en su vida diaria. Cuando uno va a hacer un diagnóstico en un niño, niña o adolescente, se va a fijar no solamente en lo que ve en la persona o lo que dice la familia, sino también todo lo que dice el contexto".

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Frente a esto, Vilapriño ejemplificó: "El que tiene que armar ese constructo y definir el diagnóstico es el profesional. A mi me pueden decir "el chiquito es inquieto" pero ¿por qué? Veamos el contexto: ¿termina rápido y se aburre? Eso es un aspecto ¿es agresivo, le pega a los compañeros, trata mal a la maestra? Son realidades diferentes. La medicación es como en todos los casos de la medicina, es sumamente necesaria pero cuando está indicada. Sin duda que existe un riesgo de medicarse no solo en niños y adolescentes, pero también existe un riesgo de no medicar cuando es necesario. Es todo un tema de enorme importancia lo que es la formación y la capacitación en el recurso humano en salud mental. Es importante en todas las áreas, pero en la nuestra, donde depende puramente de la clínica, es muy fina la línea", y agregó: "cuando a los trastornos en la infancia o la adolescencia se los deja evolucionar, siempre implica de una manera u otra fracaso, frustraciones, complicaciones que terminan llevando a otro tipo de trastorno. La línea es muy fina".

Finalmente, el director de Salud Mental y Consumo Problemático invitó al primer Congreso de Salud Mental que se desarrollará en Mendoza donde se abordarán temáticas de la promoción, prevención y tratamiento: "Será del 21 al 23 de noviembre en el Centro de Congresos y Exposiciones, hay más de 200 trabajos presentados. Hay mucha gente deseosa de interactuar y compartir. Está dedicado a todos estos temas y a los nuevos abordajes que se tienen que llevar a cargo desde lo asistencial y desde la mirada preventiva", concluyó.