Por la Universidad pública

No se puede boicotear a la Universidad Pública, porque es sabotear la producción de conocimiento en todos los escenarios del saber.

Mgter. Jovita Kemelmajer
Ex vicedecana Fac.Educación de la UNCUYO

No se puede boicotear a la Universidad Pública, porque es sabotear la producción de conocimiento en todos los escenarios del saber.

La universidad es el ámbito de la universalidad de los conocimientos. Es el lugar donde se cuestiona, se indaga, se investiga, se aprende y se enseña, se comparte, se genera y se difunde el conocimiento.

En un mundo cambiante, inundado de informaciones, de individualismos, de insultos y nimiedad. En un mundo incierto con infinidad de certezas y otras tantas mentiras, es necesaria la existencia de instituciones con profesionales que formen nuevos profesionales preparados para entender, afrontar y transformar la compleja realidad.

Profesionales que profesan y ejercen, es decir que se comprometen con su quehacer y su saber.

La Universidad por tanto, debe cumplir el cometido de formar seres inteligentes y creativos, libres pero comprometidos con la cultura, la sociedad, el ambiente y el futuro de si mismos y de la humanidad.

Para cumplir eficazmente con lo que se espera de ella y de sus profesionales se necesita de una sólida pero flexible estructura que permita plantear nuevos objetivos acordes a las circunstancias reinantes.

Impedir o entorpecer su funcionamiento implica restringir las posibilidades de crecimiento del futuro.

Los contribuyentes aportamos al Estado para que este cumpla y los invierta en Educación, Salud y Seguridad retribuyendo así lo que cada ciudadano paga. El estado nacional ya hace mucho tiempo que no tiene a su cargo los niveles de educación primaria y secundaria. Es entonces totalmente justo que se haga cargo de las obligaciones para con la Universidad. El incumplimiento debería generar la rebeldía de los ciudadanos y dejar de contribuir.

Se difama de manera generalizada el funcionamiento de las universidades nacionales. Muchas personas opinan sin conocer qué sucede al interior de cada institución.

Para los que lo ignoran en la universidad se concursan los cargos docentes y se evalúan con regularidad. Se crean carreras que son evaluadas por una institución nacional (Coneau) y periódicamente se revisan para dictaminar o no sobre su continuidad.

Me pregunto por qué quienes piden auditar a la universidad, exigen los concursos y piden restar y dividir en lugar de sumar y multiplicar, no tienen la misma exigencia para los otros organismos del estado. Me pregunto si hay concursos para funcionarios y asesores y no es necesario seguir la lista de preguntas.

La universidad debe tener su propia política universitaria y debe desterrar la política partidaria que es la que ha generado injusticias y desigualdades.


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