Investigar a Montoneros: Villarruel, en el túnel del tiempo, contra el romanticismo guerrillero
El planteo de la vicepresidenta Victoria Villarruel de reabrir causas por los asesinatos de la organización peronista Montoneros y qué puede ocurrir. Repercusiones y una entrevista al exlíder de la agrupación en Mendoza, cuñado de Mario Eduardo Firmenich.
La vicepresidenta Victoria Villarruel anunció en el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo realizado en el Senado de la Nación que "reabriremos todas las causas de víctimas del terrorismo para que sea la Justicia que haga lo que debió hacer más de 20 años". No precisó el mecanismo ni el tiempo preciso, pero consiguió lo que buscaba: además de atención, apoyo y rechazo, esa tensión que mantiene vida su existencia política aun en medio del ninguneo presidencial al que parecen condenados los "vices" en la Argentina.
En el acto cargó contra la organización guerrillera surgida dentro del peronismo en los años '70 Montoneros, en un discurso centrado en la idea de Justicia, pero condicionado por una visión polémica y unilateral de los conflictos armados de los '70. "Arranqué siendo demonizada y repudiada, pero Argentina, nuestra patria dorada, para que pueda vivir su aurora, su renacer con justicia, debe hacerlo solo con este valor. Y, para ello, todos los Montoneros tienen estar presos por ensangrentar nuestra Nación", manifestó la compañera de fórmula de Javier Milei.
Dentro de las repercusiones de sus palabras, se puede señalar:
- Abre el debate nuevamente entre "romanticismo guerrillero" acorde a su época y, por otro lado, su cruda praxis: secuestraban, extorsionaban y mataban gente, castigaban la homosexualidad en sus filas tanto como a los divorcios, fervientemente católicos. Los jóvenes solo han heredado las versiones de los mayores, la de los libros de historia. Pero de ser por el consenso social y político sobre el tema, ya es olvido.
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- Despierta nuevas suspicacias en la discusión política. Sus integrantes caminan por las calles orgullosos de su pasado y, ahora, posiblemente se les empiece a pedir explicaciones y los ojos y oídos no estarán en sintonía con los tiempos de recuperación de la democracia en 1983. Probablemente el debate se recaliente.
- Probablemente genere una línea dentro de la Justicia en torno al tema, como sucediera en sentido ideológico inverso con el kirchnerismo, que se tomó revancha contra todo lo que "oliera" a dictadura, aunque sea levemente, como para cubrir el pasado de sus líderes Néstor y Cristina Kirchner, totalmente ajenos de la lucha contra los militares de la época más oscura del país.
- El Poder Ejecutivo y los acólitos de Javier Milei no tomaron el tema como propio, probablemente más por negar a Villarruel que por estar en desacuerdo con su "batalla personal".
Entre las reacciones, están las moderadas y las inconvenientes.
- Hay una interpretación interesante que hizo el politólogo radical Andrés Malamud: "Villarruel, como a Kirchner, le gusta buscar asesinos en los geriátricos. Alfonsín los cazaba en la selva", posteó el académico de la Universidad de Lisboa como "fuego amigo", podría decirse, de parte de un crítico desde adentro de la democracia.
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- Pero César Milani, un militar peronista, prochavista, absuelto de la acusación de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la dictadura, salió de algún modo a respaldar a Villarruel. Le pidió irónicamente "que arranque por casa", en referencia al pasado de Patricia Bulrich. Una situación paradojal irresoluble para el anarcolibertarianismo imperante.
Una mirada posible después de todo esto (y lo que además podría agregarse al análisis) es que una vez más se subraya al pasado por sobre al futuro a la hora de iniciar un período de gobierno. Y que por más que parezca necesario saldar cuentas, una consecuencia posible es que se esté despertando a muertos políticos (como los jefes montoneros o el propio Milani) que cual zombies saldrán a comer cerebros. Una vez más.
"Las armas están guardadas"
Hace más de 10 años, el autor de esta nota mantuvo una extensa entrevista con quien fuera el jefe regional de la organización Montoneros, Guillermo Martínez Agüero, a quien hoy se lo puede ver protestando junto a las "asambleas del agua" y que es médico del Estado. La entrevista fue transmitida en tiempo real a los lectores, quienes aportaron sus dudas y preguntas. Se habló sobre lo que Montoneros despierta en la sociedad no politizada, sobre las armas que usaron y la posibilidad de volver a ellas.
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La transcripción completa de aquella entrevista (ya que estamos resucitando asuntos del pasado) a continuación, para comprender su lógica:
- ¿Está de moda ser montonero o hablar de Montoneros?
- No creo que sea una moda. La gente busca la verdadera historia, autenticidad. Busca los pensamientos coherentes, las ideas que tienen que ver con una etapa de mucho compromiso y de mucha entrega. Los objetivos eran aquellos de la liberación nacional, la justicia social, ligarse a las luchas latinoamericanas, reivindicar los contenidos que han tenido los pueblos en Latinoamérica que luchan por su liberación. Hoy rescatamos a los pueblos originarios, la política de Evo Morales en Bolivia, que realmente es un ejemplo que viene de años. No es una lucha que comenzó hace poco. Se ha venido concatenando con lo que fue el pensamiento del "Che", ya que cae abatido en Bolivia. Las luchas de hace 40 años tienen mucho que ver con la resistencia peronista, con lo que fue el sentir del corazón de Evita y la entrega revolucionaria de Ernesto "Che" Guevara.
- Se vincula al gobierno nacional con Montoneros. ¿Por qué ustedes se despegan?
- Un contenido de proyecto y de propuesta. Es totalmente contradictoria la política de derechos humanos, es correcto sentar en el banquillo a los genocidas pero al mismo tiempo permitir la entrega de los bienes comunes, minería y agua, no se corresponden. Se vive un saqueo, una contaminación y el gobierno nacional ha estado más cerca de apoyar esa entrega que de combatirla. La visita de la Presidenta a Canadá con Gioja y Beder Herrera nos hace pensar que no están dentro de un Proyecto Nacional. Más cuando nos damos cuenta que esto es una proyección para dentro de 30 años. El manejo de la deuda externa, además, no hace a un proyecto nacional. Algunas cosas aisladas son positivas, pero eso no conforma un proyecto de transformación de nuestro país.
- ¿Es consciente de que la gente vincula a Montoneros con muerte, todavía hoy?
- El asunto es que tras la retirada de la dictadura, su derrota en realidad, se instala lo que nosotros denominamos la Teoría de los Dos Demonios. El mentor ideológico que está en el Nunca Más es Ernesto Sábato. Él dice que "dos sectores se enfrentan en una lucha como dos demonios encarnizadamente", cosa que después retoma Alfonsín y se instala como teoría. Una injusta demonización de los que habían dado todo en la lucha por la liberación nacional, con el objetivo de un país diferente, con profundas transformaciones.
- ¿Cree que no se entendió bien la tarea de aquellos años?
- Me estoy refiriendo con el respeto que se merecen por su dignidad de lucha a miles de desaparecidos, entre los cuales hubo muchos montoneros. Los conocidos dirigentes de Montoneros como fueron Abal Medina, Sabino Navarro, Paco Urondo, Rodolfo Walsh, todos compañeros con responsabilidades muy importantes. Era injusta esa demonización cuando estos sectores con otros, como fueron el PRT y otros, o grupos de militares que sin estar en la lucha armada dieron muchísimo, dirigentes honestos, dieron muchísimo. Lucharon contra las burocracias respectivas. Todos esos sectores hicieron posible una democracia que creíamos que iba a ser mucho más completa. Más participativa, en la que las transformaciones sociales de fondo fueran más profundas.
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- ¿Y qué paso tras el regreso de la democracia?
- No fue así. La democracia de transición tuvo grandes fallas que nos llevaron desde la deuda externa contraída por la dictadura, pasando por todos los gobiernos democráticos hasta la fecha, acrecentándola y haciéndosela pagar al pueblo y no a los verdaderos deudores. Se dio vuelta la torta. Esto fue uno de los elementos que jugó en la democracia que no llegó a ser la verdadera democracia por la que tanto se luchó. Esa demonización cuaja, le mete miedo a mucha gente que no tiene los elementos para sacar una resultante de lo que fueron esos años de lucha, de tanta combatividad.
- ¿Puedo considerar esto como una autocrítica?
- ¡No nos dejaron explicarlo! Los Montoneros estuvimos cercenados, perseguidos políticamente. Los que quedamos vivos y no estuvimos en las cárceles en los tiempos de democracia, a los Montoneros se nos demonizó permanentemente hasta hace muy poco.
- ¿Qué pasa en estos tiempos que el tema ha vuelto a surgir?
- Últimamente hay un interés mayor de los jóvenes para conocer la verdadera historia. Por eso en mi caso, siempre he querido hablar de la verdad, por lo menos, desde el sector al que pertenezco.
- ¿Qué pasó el fin de semana en Córdoba, además de los homenajes previstos por el Día del Montonero?
- Fue una conmemoración porque nosotros hemos denominado como el Día del Montonero al 7 de septiembre. En esa fecha cayó en un enfrentamiento con la policía quien era el referente máximo de Montoneros, Fernando Abal Medina. Junto con él cae abatido Gustavo Ramus. Por eso, ese día, los montoneros acordamos que fuera recordado.
-¿Se reencontraron viejos militantes?
- Nos juntamos militantes de distintos lugares del país en ese acto, para hacer el homenaje al origen de Montoneros que fue en 1970 y a los protagonistas de aquella época, junto a Norma Arrostito, Rodolfo Walsh, Paco Urondo, entre los más conocidos. También Sabino Navarro...
- ¿Pero hay intenciones de reorganizarse y volver a actuar como en aquellas épocas?
- En realidad es imposible que se repita porque son momentos históricos diferentes. Aquel momento era de grandes definiciones, terminábamos la década del 60 y comenzando la del 70 con el ejemplo entrañable de Ernesto "Che" Guevara, de la resistencia peronista -siempre nos dijimos "hijos" de la misma- y el sentido combativo y para nosotros, revolucionario, de Evita. Obviamente que en democracia y aun en esta democracia bastante fallida, sobre todo en lo relacionado con la justicia social, la participación popular y los derechos sociales, no es válida esa metodología. Pero sí, estamos dispuestos, como lo hicimos en aquellos momentos históricos, a no permitir la instalación de ningún tipo de dictadura o represión.
Montoneros en Mendoza
- ¿Cómo funcionó Montoneros en Mendoza?
- Por aquello del desarrollo desigual y combinado, repitió en cierta medida las generales de la ley lo que iba haciendo el desarrollo organizativo en todo el país. Por nuestra idea federal de ser parte del todo nacional y con autonomía, en la medida de las posibilidades de una organización que se va estructurando, conformamos la Regional Cuyo, integrada por las tres provincias.
- ¿Cuál fue su rol?
- Me tocó ser en el año 72 responsable de la organización en la provincia. Esto fue ante la caída como detenido del compañero que estaba a cargo, antes de la fusión con las FAR, las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
- ¿Qué hitos, "logros", recuerda?
- En el 73, después de lo que fue la campaña del "Luche y vuelve", Montoneros tiene en su relación con el Peronismo Combativo la posibilidad de dar propuestas de nombres para candidatos a gobernador, entre ellos, el de Alberto Martínez Baca. Así fue también en otras provincias como en Buenos Aires, con el doctor Bidegaín,Obregón Cano en Córdoba, Ragone en Salta, actualmente desaparecido desde el 76, y Elías Adre en San Luis.
- ¿Qué significó eso para Montoneros, metidos de lleno en el juego de la democracia?
- Era un logro de la democracia en buena medida a la que aspirábamos, con representantes genuinos de lo que consideramos un auténtico peronismo, el Peronismo de la Resistencia. Se plasmaba en el aporte generacional de una juventud rebelde y luchadora que se organizó no sólo para el retorno de Perón, sino para las transformaciones profundas que como Nación esperábamos para el peronismo desde el 17 de octubre de 1945.
- ¿Cuándo comienzan a ser perseguidos?
- Desgraciadamente, sectores de la derecha peronista, más que por lo ideológico, por una correlación de fuerzas, pretendía impedir a toda costa el avance de Montoneros y del "peronismo auténtico".
El miedo
- ¿Debe tener miedo la gente con su reorganización?
- Al contrario. La gente no debe sentir miedo por algo que significó desde los distintos espacios sociales, desde los trabajadores, desde los desocupados, los marginales, desde los sectores medios que aspiran a un lugar diferente del que han sido siempre escindidos: la participación en un verdadero Proyecto Nacional para construir, y en esa tarea estamos, un país justo, sustentable, sin saqueos, sin contaminación, diverso y plural.
- ¿Piensan participar de las elecciones orgánicamente?
- Falta un trecho largo. No obstante, a lo que nunca hemos renunciado, es a la vocación de poder. Eso sí lo decimos con todas las letras. Por lo tanto, con los insrumentos que esta democracia nos pueda posibilitar, y con todos aquellos que quieran un país liberado en el marco de una Latinoamérica integrada en un proyecto de liberación auténtico, vamos a luchar por ese poder porque sin política de poder, desde los sectores populares no hay transformación posible.
- Usted es el cuñado de Firmenich. ¿Vive esto como un estigma o como algo destacable?
- Como algo destacable.
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- ¿Qué rescata de su figura y su historia?
- Su coherencia, su estoicidad y la gran capacidad no sólo para analizar la realidad sino para dar propuestas válidas que en general tuvieron certezas para una visión a largo plazo.
- ¿Qué piensa de la afirmación del investigador Martin Andersen en torno a que Firmenich era un agente encubierto del Ejército?
- Comprobado que ese autor es un agente de la CIA. Elemento que siempre utilizaron los servicios de inteligencia para destruir a las fuerzas populares, lo que ellos llaman, "trabajo por líneas interiores". La historia ha demostrado que es una de las tantas mentiras que el imperialismo yanqui ha manejado siempre como sustento en su guerra contra los pueblos.
- ¿Ya desenterraron las armas?
- Realmente muy graciosa la pregunta, porque las armas ni se entierran ni se desentierran: las armas están y tienen un momento en la historia en que puede ser válido su uso y otros momentos en que sólo les pueden servir a los que reprimen. En el momento en que se habló del tema, creo que se descontextualizó del verdadero sentido que se le puede dar.