No fue lo que se dijo, sino lo que faltó decir

La insistencia del ministro Caputo en la necesidad de esperar a que se cumplan ciertas condiciones macroeconómicas para salir del cepo ya no es suficiente a los ojos de mercado- ya que el tiempo que se tarda en llegar hasta ahí, también es un factor relevante.

Juan Pablo Rotger
Analista macroeconómico en Mariva Research Licenciado en Economía UBA, maestrando en UTDT, lleva cinco años trabajando en consultoría macroeconómica. Especializado en temas monetarios y financieros, con un enfoque multidisciplinario

Las condiciones financieras han empeorado rápidamente ya que el contado con liquidación -que suele ser un termómetro adelantado del sentimiento de mercado- se disparó un 13% desde el 18 de junio pasado. Otros indicadores de mercado también se resistieron como los bonos soberanos en dólares y los bonos CER. En cambio las tasas de evaluación implícita de los bonos dólar linked alcanzaron un máximo de 7,5 % mensual, muy por encima de la tasa de crowdfunding del 2%.

Aún es muy pronto para saber si esto constituye un cambio claro en el sentimiento de mercado, o si es sólo una señal de alarma para que las autoridades se replanteen quizás ciertos aspectos de la política económica.

El mercado parece dudar de que el gobierno pueda mantener la iniciativa. La conferencia de prensa conjunta del viernes pasado del ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, en la que anunciaron una nueva política monetaria mediante letras de regulación monetaria no fue bien recibida. En nuestra opinión el mercado se asustó, no por el contenido de la conferencia de prensa, sino más bien por lo que faltaba; en particular los agentes de mercado reclaman un camino claro hacia la eliminación del cepo.

La insistencia de Caputo en la necesidad de esperar a que se cumplan ciertas condiciones macroeconómicas ya no es suficiente a los ojos de mercado que están diciendo que el tiempo que se tarda en llegar hasta ahí, también es un factor relevante.

Un acontecimiento notable del último mes ha sido la incapacidad del gobierno para comprar dólares a través del mercado oficial. Parte de este comportamiento del mercado de divisas era de esperar a medida que las importaciones se normalizaron y las importaciones de energía también han aumentado, pero sobre todo el agro, no está ayudando.

Es que los agentes del agro están utilizando tasas de interés negativas para evitar tener que vender sus productos a la espera de un mejor tipo de cambio efectivo.

Así tanto Caputo como el agro están esperando que el otro se doblegue y solo uno saldrá victorioso, pero la duración de este enfrentamiento no es trivial. Sobre la nueva política monetaria, la principal diferencia es que el Banco Central ya no pagará los intereses; esto va en línea con la idea de Caputo de que la emisión endógena de dinero a través del pago de intereses era una de las principales fuentes de presión inflacionaria.Por eso Bausili destacó que ahora el Banco Central podrá fijar la tasa de interés, sin comprometer su balance.

Ponemos nuestras dudas al respecto ya que la tasa de interés también determina el costo de endeudamiento del Tesoro. No obstante, sí creemos que el Banco Central ha ganado algunos grados de libertad en su postura de política monetaria. El verdadero reto es eliminar por completo el exceso de liquidez.

Actualmente los bancos tienen más del 60% de sus activos en pasivos del Banco Central o del Tesoro y esto ha sido consecuencia de la absoluta falta de préstamos al sector privado y el crédito interno representa una cifra gravemente baja. Hay ciertos indicios de un repunte en los últimos meses, pero aún queda mucho trabajo por hacer si el Gobierno espera observar un verdadero aumento del crédito bancario que impulse a una remonetización de la economía.

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