Pequeños agricultores chilenos tientan a China con cerezas y vino artesanal
Chile se ha convertido en una potencia del agro, cuya industria representa el 46 por ciento de toda su canasta exportadora, con una amplia participación del sector frutícola.
Pequeños agricultores chilenos ansían aumentar sus exportaciones directas a China para difundir su marca con productos tan preciados como los vinos artesanales y las cerezas, una fruta codiciada durante los festejos del Año Nuevo Chino.
Pedro Guerra Huechante es un productor de cerezas de la región sureña de Los Ríos y presidente de la Federación Nacional de la Fruticultura Familiar Campesina, una asociación gremial de 4.000 socios que promueve el desarrollo de las familias campesinas e indígenas del país austral.
El dirigente, de origen mapuche, vende cada temporada su producción cerecera a una gran empresa frutícola chilena que exporta a China, pero le gustaría entablar una relación directa con los importadores chinos.
"Nosotros le vendemos a exportadores que venden a China y ahora queremos llegar directo con ellos. Cuesta, pero queremos llegar a través de cooperativas", dijo Guerra Huechante a la agencia china de noticias Xinhua.
Chile ha escalado en los últimos años hasta ser el principal proveedor de fruta fresca de clima templado a China, con especial participación de la cereza chilena, con más del 90 por ciento de la producción dirigida al país asiático, según cifras de la organización gremial Frutas de Chile.
El país sudamericano es, a su vez, uno de los mayores proveedores de fruta del mundo, con más de 50 especies de exportación, por su clima mediterráneo ideal para el cultivo de un abanico de productos, principalmente en las regiones de la zona central.
Para Guerra Huechante, la exportación de cerezas, salmón y cobre, entre otros bienes locales que arriban en masa a China, "es tremendamente importante para Chile", por los ingresos que generan a los productores chilenos y las innumerables oportunidades que les ofrece el mercado asiático de 1.400 millones de personas.
"Nos contaban los mismos señores de empresas (chinas) que hay ciudades que todavía no conocen las cerezas en China. Hay sectores a los que todavía no llegan las cerezas y, viendo la cantidad de millones de kilos de cerezas que les exportamos, todavía faltan cerezas para (abastecer a) China", señaló el también presidente del organismo Fruticultores del Sur.
Afirmó que, como gremio, buscan conseguir mayores recursos de parte del Estado para la pequeña agricultura, además de establecer alianzas con empresarios chinos que sirvan de puente para exportar sus productos, que además de cerezas incluyen uvas, duraznos, frambuesas, frutillas (fresas) y manzanas.
Más de un centenar de familias campesinas e indígenas productoras del país sudamericano se reúnen hasta el 26 de mayo en la 24ª ExpoMundoRural, organizada por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) del Ministerio de Agricultura en Santiago, para mostrar sus productos comestibles, cosméticos y artesanías en el Centro Cultural Estación Mapocho.
Esta feria pretende dar valor y vitrina a los cultivadores y cultores del país austral, con énfasis en el trabajo de las mujeres y los jóvenes, además de promover el contacto entre productores y compradores y abrir nuevas posibilidades de negocios.
El productor vitivinícola Joel Neira Fuentealba, presente en la muestra, ha ganado varias medallas de oro a nivel latinoamericano con los vinos de uvas moscatel producidos en su viña familiar Piedras del Encanto (1983), ubicada en el valle vinífero de la provincia de Itata, en la región de Ñuble (centro-sur), cercana al océano y montada sobre lomajes (lomas) pedregosos de cuarzo blanco.
A través de un amigo chileno, comerciante de carnes en China, Neira Fuentealba exportó en 2017 su primer contenedor repleto de variedades carmenere y moscatel, un negocio que quedó truncado por la pandemia. Junto a su familia, espera reanudar y aumentar sus envíos al país asiático y conocer nuevos socios.
"A los chinos les gustan los vinos más ligeros, suaves y que tengan buen precio (...) Nosotros tenemos mucha brisa marina, por eso en los vinos destaca la fruta, el océano, todos los aromas frescos de los vinos son diferentes", dijo a Xinhua Neira Fuentealba, quien se jacta de producir los vinos de variedad carmenere más australes de todo el mundo.
Él busca "marcar la diferencia en comparación con una viña industrializada" y formar parte de un "mercado más exclusivo y especializado en China por el sello único de manejar con las propias manos la uva y cada tipo de cepa", añadió.
Por su parte, las hermanas Cecilia y Sandra Ramírez Ibarba, productoras de pisco y del dulce vino pajarete en la viña familiar Armidita, viajaron desde los valles del norte chileno para mostrar sus licores con denominación de origen en la capital.
"Somos la única viña ambientalista dentro de la industria pisquera y nuestros destilados son de alta calidad, de alcohol puro, por un tema de conciencia con la naturaleza, con el medioambiente y con la vida de las personas que beben nuestros productos", explicó Cecilia.
Las hermanas conocieron hace unos 10 años a una somelier china que estudió en un instituto en Chile. Ella las motivó a entrar al mercado chino.
"Esta chica comenzó a conocer nuestros vinos y nuestra preocupación ambiental, y así logramos exportar a China desde 2018. El pajarete, a diferencia del vino dulce tradicional, te permite un mejor maridaje con quesos, comidas agridulces, carnes, y eso gusta a los chinos", afirmó Cecilia.
Chile se ha convertido en una potencia del agro, cuya industria representa el 46 por ciento de toda su canasta exportadora, con una amplia participación del sector frutícola.
El director nacional del INDAP, Santiago Rojas, destacó que en esta nueva versión de la ExpoMundoRural "hay más de 130 puestos de productores y productoras de Arica (región norte) a Magallanes (región austral), con artesanías, talleres de sustentabilidad sobre cómo se prepara una huerta, de compostaje, también habrá degustaciones, entre múltiples actividades preparadas para toda la familia".