Roberto Iglesias, entre el 2001 y ahora: "Si el Gobierno le pide un sacrificio a la población, primero deben dar el ejemplo los tres poderes"
Roberto Iglesias, el exgobernador de la provincia de Mendoza durante la crisis del 2001 habló con "Tenés que saberlo" y contó cómo se vivieron aquellos días de diciembre. También opinó sobre los gobiernos radicales en Mendoza y el rol de De la Rúa en 2001. Agradeció a quienes lo apoyaron en aquellos tiempos difíciles. Y opinó sobre Milei.
A 22 años del comienzo de semanas convulsionadas en la historia argentina, el gobernador mendocino de aquel entonces, Roberto Iglesias, recordó en diálogo con Gabriel Conte y Laura Prudencio en el programa "Tenés que saberlo" por Radio Jornada 91.9 los acontecimientos de aquellos días trágicos de diciembre del 2001.
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"Fueron días difíciles. Era una situación muy compleja, era el fin de un ciclo que es la diferencia con lo que sucede ahora. Hoy es el fin de un ciclo pero con la esperanza de que empiece otra cosa. En aquel momento fue el fin de la convertibilidad, un plan excelente pero que no avanzó sobre lo que tenía que avanzar. En aquel entonces se estabilizó el país y había ingresos y los dólares se consiguieron vendiendo activos argentinos, se vendieron 'las joyas de la abuela', pero nunca se continuó con el achicamiento del Estado. Esto significa poner a tono los gastos a tono con los ingresos, lo hacemos en nuestra vida particular, pero en Argentina venimos hace décadas con lo mismo y los planes de estabilización no funcionaron. Menem no hizo los ajustes que tenía que hacer y le explotó a De a Rúa, que tampoco supo qué hacer".
El exgobernador señaló que nunca comprendió bien al expresidente Fernando de la Rúa: "Era una persona sumamente inteligente y muy capaz, pero sus decisiones por ahí uno no las entendía. Se quedó solo, el partido lo acompañó hasta un momento", además contó que el 20 de diciembre de 2001, día del mensaje de De la Rúa, solo eran tres los gobernadores que lo acompañaban en Casa Rosada: "Estábamos el gobernador de Chubut, José Luis Lizurume, el de Corrientes, Ricardo Colombi y yo. Gente del partido no había, supongo que estaría algún legislador cercano. Se quedó solo por culpas propias, pero también porque no estaba acompañado, no tenía más remedio que dejar el gobierno".
Frente a ello, Iglesias dijo que la reunión previa impulsada por el Episcopado "evidentemente fue una reunión de boicot": "El peronismo había ganado las elecciones y avanzaron sobre la sucesión, nadie pretendió ayudarlo y lo empujaron a la dimisión".
En relación al contexto actual, comparado al de aquellos días, Iglesias señaló que ve diferencias: "Creo que es distinto, porque lo que se propone es un cambio que votó la sociedad, un cambio mucho más profundo. Las medidas de ahora van más a tono con la realidad, lo que se propone es un cambio profundo de un país que viene de décadas de gastar de más, de un estado que se agranda y es enorme. Se propone un ordenamiento y achicamiento del estado, hay que ver cuánto puede soportar porque van a ser medidas muy duras. Los argentinos venimos de sacrificio en sacrificio, venimos mal hace tiempo. No hace falta ir al primer mundo, alcanza con ver a nuestros vecinos".
Si bien aclaró que no votó a Javier Milei ni tampoco a Sergio Massa, el exgobernador señaló que "las medidas que está tomando las hicimos nosotros en su momento: ordenamos el gasto público, bajamos los sueldos. No es un orgullo, pero no había plata y había que manejarse con lo que había. Mendoza, a diferencia del resto, no entró en default. Además hay que aclarar algo: hacer gestiones ordenadas no es de derecha ni de izquierda. Los países nórdicos socialistas, o China, que es de lo último que va a quedando de izquierda, tienen las cuentas ordenadas".
Iglesias consideró que el radicalismo, por lo general, "hace gobiernos ordenados"."A uno le puede gustar o no las medidas que se toman, pero son buenas administraciones. En épocas en donde el justicialismo predominaba en el país, el radicalismo ha hecho buenas administraciones en diferentes provincias. Es una impronta del radicalismo", manifestó.
Finalmente, Roberto Iglesias analizó que en 2001, en Mendoza la gente "entendió las medidas que tomamos". "Dimos el ejemplo, la gente sabe que va a hacer un esfuerzo y un sacrificio muy grande, me parece que faltan señales más fuertes del gobierno para dar el ejemplo. La rebaja de sueldos la hicimos más duras para los funcionarios que para los empleados, redujimos cantidad de concejales, hicimos todos los esfuerzos que nos permitía la ley. Hoy creo que hace falta eso: que den el ejemplo y hagan el esfuerzo los tres poderes". Además, explicó que tuvo apoyo de su propio partido pero también de otros sectores y de la gente: "Tuve apoyo de parte de la Alianza, incluso de mi vicegobernador (Juan Horacio González Gaviola), que era de extracción peronista y se que no apoyaba muchas cosas, pero acompañó, igual que los legisladores y los intendentes. Y además, el acompañamiento de la gente".