Entre el cinismo y la falta de escrúpulos, Massa juega con la hiperinflación con fines electorales
Decidió no cumplir lo pactado con el FMI, dispuso aumentos salariales, devolución de impuestos y mayores gastos. Una suma de actos de irresponsabilidad. La columna de Rodolfo Cavagnaro.
El gobierno de Alberto Fernández, pero sobre todo Sergio Massa, el ministro-candidato, ha decidido usar toda la ortodoxia peronista para tratar de mejorar su posición electoral. Por lo pronto, el ministro dio la ordena sus equipos de olvidarse del FMI y sus exigencias para elaborar propuestas creativas, aunque haya que emitir moneda.
El ministro, luego de la devaluación del peso del 20%, comenzó anunciando el congelamiento del dólar oficial hasta el 30 de octubre y un bono de $60.000 para cada empleado en relación de dependencia y luego dispuso el congelamiento de las tarifas de servicios públicos y le agregó el congelamiento de los precios de los combustibles, luego de que las petroleras aumentaran un 12% para compensar el atraso que acarreaban. Posteriormente anunció la eliminación del impuesto a las Ganancias a trabajadores en relación de dependencia, jubilados y monotributistas, subiendo el mínimo no imponible de $700.000 hasta $1.700.000.
Por último, anunció un sistema para la devolución del IVA a todos los jubilados que cobran hasta tres salarios mínimos, a los trabajadores que cobren hasta seis salarios mínimos (unos 708.000), así como a los que cobran AUH. El sistema prevé un límite de $18.000 por mes y comprende solo a productos incluidos en la canasta básica. Básicamente es un complemento para los trabajadores que no paguen ganancias. Por otra parte, anunció un sistema de préstamos para trabajadore formales de hasta $400.000 con una tasa preferencial, operatoria en la cual intervendrá el Anses y algunos bancos oficiales.
Caminando por la cornisa: ¿difundir la inflación semanalmente?
Toda esta batería de decisiones que algunos casos implica bajar impuestos y en otros aumentar gastos, supone un costo fiscal de 2,7 billones de pesos hasta fin de año, que equivalen a 1,5% del PBI, que habrá que sumar a los 3% del PBI que querían bajar y a los cual renunciaron. La gravedad y la insensatez de las medidas es realmente preocupante. Se asustaron por la inflación del 12,4% en agosto. Esperemos ahora que los meses que faltan para terminar el año lo hagan todos con índices de dos dígitos. Las consultoras ya están calculando una media de 13% mensual para el próximo entre ajustes de dólar oficial y actualización de tarifas.
En realidad, bajar impuestos no está mal. Hay que darle prioridad a los que son regresivos como el IVA e Ingresos Brutos. Los que son progresivos, como ganancias, no tenía sentido sacarlo. Pero lo grave es que se anuncien quitas de impuesto sin que haya decisiones claras de bajar el gasto público. Todo esto contribuirá a agrandar mucho más el déficit fiscal que, como sabemos, se financia con emisión monetaria y eso seguirá empujando la inflación.
Las mentiras como herramientas de campaña
Entre los primeros anuncios se destacaron los bonos que no serán tales sino, se supo luego, serían un anticipo a cuenta de paritarias. Esto enojó a gobernadores e intendentes, muchos de los cuales venían negociando paritarias y esta decisión les metían un ancla difícil de saltar. Más tarde anuncia la suba de mínimo no imponible a trabajadores y jubilados, llevándolo de $700.000 a $1.700.000.
La primera duda que surge es ¿a quién se quiere beneficiar? Porque los trabajadores que cobran más de $700.000 son muy pocos y de muy pocos sindicatos. Dado que ganancias es un puesto progresivo, no está mal que los que más ingresos tengan paguen su contribución. Pero lo más llamativo es el de los jubilados. La jubilación máxima, a partir de septiembre, está en el orden $450.000 pesos. Y eliminan ganancias para jubilados que ganen más de $700.000 y hasta 1.700.000. Estos no son jubilados del régimen normal, sino que pertenecen a regímenes especiales o son jubilaciones de privilegio. ¿Por qué sacarles el impuesto a estos sectores, cuando lo razonable sería que paguen para contribuir en forma solidaria con los que menos cobran?
El tema de la devolución del IVA es otro tema vidrioso. Por ahora se sabe que solo funcionará con las tarjetas de las cuentas donde los beneficiarios reciben el depósito de sus sueldos o jubilaciones y que para acceder al beneficio solo se conseguirá pagando con las tarjetas de esas cuentas. No accederán los que compren con monederos virtuales u otras cuentas. La promesa es que la devolución se producirá a las 48 horas, pero los bancos aún no han recibido instrucciones y puede haber mucho ruido alrededor.
La inflación levanta vuelo
El IPC de agosto confirmó lo que todos habían vivido en materia de precios. Porque no solo fue la devaluación generada el día después de las PASO, comenzó a fines de julio, cuando, merced a buenas lluvias en campos de pastoreo, los productores ganaderos decidieron mandar terneros a engorde y bajó la oferta. Esto que hizo que el precio de la carne, que había servido para mantener bajos los índices de meses anteriores, comenzara a dispararse.
En Julio no se notó, pero en agosto tomó vuelo y siguió hasta la primera semana de septiembre, donde se estancó ante la retracción del consumo. Los precios se quedaron, pero no bajaron. Luego vino la devaluación, que ayudó a darle más impulso, por eso muchos analistas, que hablan del efecto arrastre, piensan que el IPC de septiembre también será de dos dígitos, a pesar de que la recesión hace que no se puedan convalidar muchos precios en el mercado.
Lo que más preocupa, y se seguirá con mucha atención, son las próximas acciones del gobierno con la impresionante expansión de gasto público que deberá hacer con el nuevo "plan platita", de la reacción de las empresas y la actitud de los consumidores porque están dadas las condiciones para que se dispare una hiperinflación, que el ministro ha acelerado en cuanto a sus posibilidades de una manera muy irresponsable.
El agravamiento de las condiciones condicionará mucho al futuro gobierno (que no sería Massa) porque deberá tener mucho cuidado para que el ajuste sea creíble en el mercado y no provoque un descontento social grave. De todos modos, Massa saldrá a decir que el gobierno es el del ajuste y él les daba plata a los trabajadores. Realmente, el cinismo que tiene no se puede comparar, después de perdonarle el impuesto a las ganancias a quienes perciben jubilaciones de privilegio.
Desde ahora caminaremos por un camino muy estrecho. Faltan algo más de 30 días para la primera vuelta y el país está en muy malas condiciones, sin conducción y con un ministro dispuesto a quemar cualquier cosa con tal de atraer votos para entrar en la segunda vuelta. Y se nota que no tiene escrúpulos con tal de conseguir su objetivo tomando decisiones de gobierno. Esperemos que reine la racionalidad. No es hora para decisiones emocionales cuando se está por quemar la casa.