Los candidatos ajustan sus propuestas ante el riesgo de ganar

Mientras los candidatos tratan de bajar expectativas, surgen más dudas acerca de las políticas que se aplicarán para contener el dólar y la inflación. La columna con el análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

A medida que se acerca la fecha de las elecciones, los candidatos, a través de voceros especializados, comienzan a ajustar sus propuestas un poco más a la realidad. Lo que no se sabe cuál será la reacción de los votantes, muchos de los cuales se sintieron movilizados emocionalmente pensando que se venía la dolarización, una bomba al Banco Central o una motosierra para matar a la casta.


Inflación y dólar: las propuestas de los candidatos en la recta final a las elecciones

Esta semana varios voceros de Javier Milei, como Darío Epstein, intentaron desarmar las expectativas respecto a una dolarización inmediata, sobre todo, reconociendo que no hay dólares para esa operación. Incluso, algunos señalaron que sería una medida de segunda generación, como para un segundo mandato. También la economista Diana Mondino planteó como más posible una libre concurrencia de monedas, mientras otros dijeron que "bombardear el Banco Central era un eufemismo".

De todos modos, los colaboradores de Milei solo aportan una visión racional, mientras el candidato prefiere seguir con el impacto emocional y sigue hablando de dolarización. No dice ni cómo ni cuando y cuando alguien lo refuta dice que tiene 5 planes distintos para dolarizar. Milei se maneja muchos por señales. No fue inocente su mención de convocar a Macri. Algo similar hizo Menem cuando convocó a Alvaro Alsogaray y luego lanzó su plan de privatizaciones, después de haber ganado prometiendo "salariazo y revolución productiva".

Por ahora todos plantean grandes objetivos, pero se cuidan mucho de decir cómo comenzarán a gobernar, porque lo que todos ya aceptan es que no se puede dolarizar de golpe, como vendía Milei, ni se puede sacar el cepo de golpe, como prometía Bullrich. El gran interrogante es el vía crucis que habrá que atravesar desde que el nuevo presidente asuma ya que, cualquiera de ellos, tendrá que afrontar una realidad durísima.

Grandes interrogantes

Cómo solucionar el endeudamiento del Banco Central a través de Leliq, cómo comenzar a bajar el déficit fiscal, son interrogantes fundamentales. Es que sin solucionar estos dos temas no se podrá avanzar en eliminar el cepo cambiario e ir a un mercado libre. Sin esto tampoco se podrá liberalizar las importaciones y exportaciones. Sin esto no se va a recuperar la confianza en los mercados, que se verá reflejado en los precios de los bonos, y la recuperación de la economía será muy lenta porque se deberá seguir emitiendo o tomando deuda para financiar el déficit.

Por el lado se de Sergio Massa han seguido lloviendo anuncios para conquistar a los electores. En su doble función de ministro y candidato ya sacó la eliminación de las retenciones a las economías regionales. Anunció una rebaja de las cargas patronales, con un mecanismo muy complicado, como para que pocos lo entiendan y pocos lo puedan utilizar. Y finalmente anunció la eliminación del impuesto las ganancias a los trabajadores en relación de dependencia, rubro que le genera buenos ingresos al fisco.

Dado que los opositores lo desafiaron de que lo hiciera ahora y no prometiera, como si fuera un juego extorsivo, el ministro estaba trabajando este fin de semana para tratar de anunciarlo antes de las elecciones. Esta modificación debe salir por ley del Congreso, por lo que debería elevar el proyecto para que sea tratado. Entre los bonos y estas decisiones, Massa se asegura una pelea sin fin con el FMI porque no cumplirá las metas de reducción del déficit, pero las necesita para amortiguar el efecto del anuncio del índice inflacionario de agosto, la semana próxima, que se asegura estará cerca del 12%.

El tema más complejo pasa por la reducción gradual de las Leliq, que comportan un monto de unos us$30.000 que venden mensualmente y van creciendo porque se pagan con nuevas letras. En este caso no hay mucha claridad. Carlos Rodríguez, jefe de asesores de Milei, publicó en X (ex Twitter) que las dos salidas posibles eran hiperinflación o plan Bonex, dos soluciones muy drásticas que solo complicaría al futuro gobierno. Martín Redrado, ex presidente del Banco Central, que integró los equipos de Rodríguez Larreta, dijo que "el presidente del BCRA tiene los teléfonos de los 10 principales tenedores de estas letras y con un plan creíble, podría arreglar una postergación que permita, de a poco, ir cancelando los títulos". También Melconián acusó a Massa de estar preparando un plan Bonex

El otro interrogante sin respuesta es la solución del déficit fiscal. Los candidatos hablan de eliminar gastos improductivos y varias generalidades sin claridad. Lo que parece quedar claro en los tres principales aspirantes es que no se ajustará con más impuestos sino bajando el gasto, por una parte, y haciendo crecer la economía, por el otro. Este es el tema principal que podría abrir otras puertas. Lo que está claro es que la reducción de gastos del Estado puede traer aparejada la separación de algunos agentes públicos.

El destino del dólar

Este es uno de los temas más sensibles. Hoy existen múltiples tipos de cambio, generados por el propio gobierno, más algunas cotizaciones informales, como el Blue, el CCL y el MEP. Todos dicen que quieren simplificar, pero el primer problema es definir qué hará el gobierno con el tipo de cambio oficial, que hoy está congelado en $350 hasta fines de octubre. Hasta el cambio de gobierno falta mucho y los mismos candidatos no se animan a dar definiciones hasta saber qué les dejarán de herencia.

Hoy en los mercados de futuro, donde hay apuestas especulativas, el dólar oficial cotiza en $650, pero no se sabe si habrá unificación o se mantendrán los tipos de cambio alternativos. Los candidatos se mantienen herméticos, aunque, cerca de Carlos Melconian dicen que se estaría estudiando un desdoblamiento del tipo de cambio, con uno financiero y otro comercial, de manera de facilitar las exportaciones y asegurar el ingreso de divisas. Este dólar comercial estaría en un nivel intermedio entre el blue y el oficial.

Cerca de Milei nada dicen, pero niegan que vayan a una unificación del tipo de cambio inmediata y Massa tampoco dice mucho. Los que aseguran esto es que haya mucha volatilidad hasta que se sepa quién conducirá al país y quiénes serán los responsables de manejar la economía. Lo que puede bajar esa volatilidad será el plan fiscal que implique bajar el gasto y, si fuera posible, bajar algunos impuestos.

En lo que parece que habría conciencia sería en implantar un sistema bimonetario, dándole circulación legal al dólar, lo que implica sacar una ley que amplíe esta posibilidad. En principio nadie habla de canjes porque entrarían en el problema del tipo de cambio aplicable y la falta de reservas del Banco Central. Milei habla de libre competencia, mientras Melconian habla de convivencia de monedas, legalizando los depósitos en dólar y permitiendo que los bancos otorguen prestamos en dólares. Por el lado de Massa tampoco dicen mucho, pero se especula con una salida similar.

Por ahora, los candidatos van ajustando sus promesas a un camino más racional, aunque por ahí se reservan las frases que generan reacciones emocionales y la racionalidad se la dejan a sus equipos técnicos. Faltan algo más de 40 días para la primera vuelta y luego otros 30 días para la segunda (si fuera necesario) y 90 días para que asuma el nuevo mandatario o mandataria. Parece poco, pero en esta economía, es una eternidad.

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