Tras la exhumación, ¿cómo continúa la investigación del caso Guardati?
Esta semana exhumaron el cuerpo de un NN en el cementerio de Capital. Los antropólogos forenses intentan determinar si se trata del joven desaparecido en 1992.
Este jueves la causa por la desaparición de Paulo Christian Guardati se reactivó con la exhumación de un cuerpo en el cementerio de Capital. Un equipo de antropólogos llegó desde Buenos Aires para realizar el estudio de ADN que permitirá saber cómo sigue la causa.
Caso Guardati: exhumarán un cuerpo en el cementerio de Capital
La desaparición de Guardati se convirtió en uno de los casos más resonantes de Mendoza, ya que se trató de una de las primeras causas de lesa humanidad en democracia. Si bien por el hecho hubo cuatro policías que llegaron a juicio, todos fueron sobreseídos.
El joven de 21 años fue visto por última vez en mayo de 1992 cuando un policía de civil lo llevó esposado a la comisaría de la Estanzuela. En ese momento, un cuerpo fue ingresado a la morgue del hospital como NN, pero la policía lo retiró y se desconoce su destino.
A más de 30 años de ese día de mayo el caso sigue impune y el cuerpo no ha sido encontrado. Este jueves, en tanto, un equipo de antropólogos forenses de la UBA exhumó un cadáver en el cementerio de Capital que, si bien ya había sido analizado en los '90, creen que los avances tecnológicos podrían arrojar resultados más precisos.
El cuerpo fue sepultado como NN, por lo que la familia de Guardati sospecha que podría tratarse del joven y su abogado Enoc Ortiz solicitó la medida judicial.
Las sospechas comenzaron en los '90 cuando se realizó una muestra dactilar en el cuerpo, pero el resultado fue negativo. En ese momento, la madre de Guardati, Hilda Lavizzari, sostuvo que el cuerpo tenía algunos rasgos que coincidían con los de su hijo.
Debido a esto, y a los avances tecnológicos en cuanto a los estudios antropológicos, estiman que las muestras recolectadas podrían brindar mayor precisión.
Ahora, el equipo de antropólogos que actúa en otros casos de lesa humanidad, ocurridos durante la última dictadura cívico militar, intentará obtener ADN de los restos óseos hallados y junto con las muestras de ADN de la familia Guardati los enviarán al laboratorio de Genética Forense.
Esta comparación permitirá determinar si el cuerpo hallado es el de Paulo Christian Guardati. Estiman que los resultados se conocerán en un mes.
La maldita policía
Por la desaparición de Guardati hubo cuatro policías sospechados. Se trata de quienes estaban de guardia en la comisaría de la Estanzuela el día que Christian desapareció.
Asimismo, uno de ellos fue reconocido por los testigos como quién increpó al joven a la salida de una fiesta.
Se trata de Walter Rubén Godoy, José Aracena, Walter Rolando Páez y el cabo Oscar Ramón Luffi. Todos fueron imputados y llegaron a juicio, pero los sobreseyeron.
En ese momento, siguieron en funciones sin ningún tipo de sanción. Pero las internas entre la policía y el Gobierno de Arturo Lafalla se acrecentaba.
Dos años antes del caso Guadati, los jóvenes Adolfo Garrido Calderón y Raúl Baigorria desaparecieron y las sospechas fueron puestas en la policía. Como Guardati, el caso es considerado de lesa humanidad y continúa impune.
En 1997 asesinaron a Sebastián Bordón, también efectivos de la Fuerza quedaron en la mira y en este caso encontraron a los culpables.
Pero el ánimo policial se seguía caldeando, y en 1998 se produjo una revuelta policial que terminó con una de las reformas más importantes de Mendoza: los mandos pasaban a estar en manos de civiles y se realizó una purga policial.
En ese momento, el Gobierno de Arturo Lafalla admitió la existencia de "una cadena de mandos seriamente dañada" y la marca de un pasado militar obstinadamente presente: "Desde el retorno a la democracia se vio que dentro de la fuerza existen grupos que no respetan en su actuación los principios que deben regir en el estado de derecho".
Tras el visto bueno del Congreso, Lafalla nombró a Alejandro Cazabán en el área de Seguridad y los sospechosos del caso Guardati fueron dados de baja.