Tras liberarlo por unas horas, el régimen de Nicaragua encarceló al obispo Álvarez

Teólogos, religiosos y periodistas exigen al orteguismo la liberación del obispo Rolando Álvarez, quien se niega a la expulsión del país.

Más de 80 personalidades del mundo católico firmaron una carta conjunta demandando el cese de la persecución religiosa emprendida por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la iglesia católica de Nicaragua.

"La comunidad cristiana nicaragüense vive hoy la persecución que produce, no la defensa dogmática de ideas, sino la identificación y acompañamiento a los débiles y vulnerables, atreviéndose no solo a denunciar la injusticia sino nombrando a los injustos, al estilo de Jesús (Juan 15,18). Persecución empleada por quienes dicen obrar en nombre del amor, la paz y del mismo Dios (Juan 16,2), que ha encarcelado a sacerdotes, asesinado a monaguillos, asediado seminaristas, expulsado monjas y hecho comparecer ante jueces venales con acusaciones falsas a creyentes y no creyentes (Lucas 21,12) y que mantuvo por 335 días en aislamiento y detención injusta a Monseñor Rolando Álvarez. ", denuncian teólogos, religiosos y periodistas de España y América Latina.

El comunicado de solidaridad da cuenta de las múltiples violaciones a los derechos humanos a la que son sometidos los nicaragüenses por parte de la pareja presidencial, responsabilizando al Estado nicaragüense como responsable de ejercer la represión política contra todo tipo de disidencia, y de mantenerse en el poder únicamente bajo la fuerza de las armas.

"El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU ha evidenciado la comisión de crímenes de lesa humanidad señalando al Estado nicaragüense como responsable directo de la ejecución sistemática de estos delitos. La instrumentalización de los poderes del Estado para la persecución política, los testimonios de víctimas de tortura -incluida la violencia sexual y de género-, por parte de miembros de la Policía Nacional y grupos paramilitares, la detención arbitraria y el asesinato de por lo menos 355 personas, en su amplia mayoría jóvenes estudiantes, fueron los mecanismos por los que se impuso un estado de terror, que se mantiene en la actualidad", señala el comunicado.

Elogios a la Iglesia por su determinación

Los firmantes del referido documento elogian a la Iglesia nicaragüense por su determinación de acompañar a la población en medio del autoritarismo del régimen orteguista y denuncian los actos represivos de la familia Ortega Murillo en contra de los obispos Silvio José Báez y Rolando Álvarez, los religiosos y religiosas expulsados o impedidos de entrar nuevamente al país, con los sacerdotes a los cuáles se les ha retirado la nacionalidad y con los seminaristas que se han visto privados de su formación sacerdotal.

"Si queremos ser fieles al estilo de Jesús, la denuncia constante de todas las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua y todas partes del mundo debe también involucrar un amor eficaz que se concrete en la acogida humanitaria de los centenares de miles de migrantes que han abandonado el país, el acompañamiento de los más 300 apátridas, desterrados y desnacionalizados por el régimen y la continua e incesante demanda por la liberación de Monseñor Rolando Álvarez, la salvaguarda de su derecho de permanecer en su país y la liberación de los más de 50 presos políticos, que aún se mantienen", puntualiza el documento.

Entre los firmantes destacan José Ignacio González Faus, Sor Lucía Caram, José Arregi Olaizola, Ivone Gebara, Pedro Pablo Achonda Moya, el vicario de pastoral social e innovación del Arzobispado de Madrid, José Luis Segovia Bernabé, el presidente de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de España, Jesús Díaz Sariego, el director del Centro Católico Multimedial de México, Omar Sotelo, el padre Fabián Rovere de Radio Oriental del Uruguay, el párroco de la iglesia Santísimo Redentor de Madrid, José Miguel de Haro y los periodistas de información socio-religiosa José Manuel Vidal, Miguel Ángel Malavia, Rodrigo Moreno, Rixio Portillo, Jesús Bastante, José Calderero de Aldecoa, Rodrigo Pinedo Texidor, ex portavoz del Arzobispado de Madrid y Álvaro de Juana, periodista de programas religiosos de TRECE Tv.

"Invitamos a que toda reflexión teológica-pastoral y toda lectura social y política que se haga de la realidad nicaragüense, sea dentro o desde el exilio, tenga la justicia, la reparación y la reconciliación como ejes medulares que permitirán la no repetición futura de las injusticias y el desmembramiento social, el revanchismo polarizante y la persecución institucionalizada que actualmente se vive", exhorta el comunicado de solidaridad.

Teólogos, religiosas y periodistas finalizan el comunicado solicitando que la crisis sociopolítica que vive en Nicaragua anime los sentimientos de solidaridad en los pueblos de América Latina y España.

"Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él (1 Co. 12, 26). Que los dolores que hoy vive la Iglesia nicaragüense despierte aún más solidaridad, aún más profetismo y puedan verse pronto transformados en libertad, justicia y paz", concluye el comunicado.

COMUNICADO DE TEÓLOGOS, TEÓLOGAS, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS Y PERIODISTAS CATÓLICOS EN SOLIDARIDAD CON LA IGLESIA PERSEGUIDA DE NICARAGUA

"He visto la angustia de mi pueblo en Egipto,

he escuchado su clamor a causa de sus opresores,

conozco sus sufrimiento".

Éxodo 3,7.

Nicaragua no es la misma desde el 2018. Abril de ese año fue el inicio de un cambio irreversible, que dejó al descubierto no solo lo que el régimen Ortega-Murillo es capaz de hacer para mantenerse en el poder sino lo que un pueblo organizado y consciente de la realidad es capaz de arriesgar para exigir democracia, institucionalidad y justicia[1].

El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU ha evidenciado la comisión de crímenes de lesa humanidad señalando al Estado nicaragüense como responsable directo de la ejecución sistemática de estos delitos. La instrumentalización de los poderes del Estado para la persecución política, los testimonios de víctimas de tortura -incluida la violencia sexual y de género-, por parte de miembros de la Policía Nacional y grupos paramilitares, la detención arbitraria y el asesinato de por lo menos 355 personas, en su amplia mayoría jóvenes estudiantes, fueron los mecanismos por los que se impuso un estado de terror, que se mantiene en la actualidad, porque "hundir a un pueblo en el desaliento es el cierre de un círculo perverso perfecto: así obra la dictadura invisible de los verdaderos intereses ocultos, que se adueñan de los recursos y de la capacidad de opinar y pensar"[2].

La comunidad cristiana nicaragüense vive hoy la persecución que produce, no la defensa dogmática de ideas, sino la identificación y acompañamiento a los débiles y vulnerables, atreviéndose no solo a denunciar la injusticia sino nombrando a los injustos, al estilo de Jesús (Juan 15,18). Persecución empleada por quienes dicen obrar en nombre del amor, la paz y del mismo Dios (Juan 16,2), que ha encarcelado a sacerdotes, asesinado a monaguillos, asediado seminaristas, expulsado monjas y hecho comparecer ante jueces venales con acusaciones falsas a creyentes y no creyentes (Lucas 21,12) y que mantuvo por 335 días en aislamiento y detención injusta a Monseñor Rolando Álvarez.

El pueblo de Dios y la comunidad cristiana ha sabido reconocer que "así como Cristo realizó la obra de la redención en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia está destinada a recorrer el mismo camino"[3]. Desde entonces y hasta hoy hemos sido testigos cómo el cumplimiento de su misión profética ha chocado con la diplomacia exigida y hasta dónde su fidelidad a esta misión ha repercutido en la libertad con que se permite vivir su fe.

Frente a este testimonio queremos solidarizarnos con los más de 40 líderes religiosos expulsados del país[4], con Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, en su exilio forzado y desde el que pastorea a la cada vez más creciente diáspora nicaragüense. Solidaridad y apoyo también con las decenas de religiosos y religiosas que han tenido que salir del país de forma irregular ante amenazas de cárcel y con los hermanos sacerdotes, religiosas y religiosos que han sufrido la confiscación de sus bienes, cárcel y destierro. De manera particular con los seminaristas cuyos centros de estudio han sido clausurados como consecuencia de la asfixia económica a la que han sido sometidos.

Hoy nuestra especial solidaridad con la Diócesis de Matagalpa y Estelí, pastoreadas por Monseñor Rolando Álvarez, cuyo testimonio profético y coherencia evangélica debería servir de inspiración, ejemplo y modelo para todos sus hermanos en el episcopado[5]. La noticia de su liberación y de los demás sacerdotes encarcelados reclama al mismo tiempo preocupación por sus condiciones de salud, claramente deteriorada a causa del encierro, la salvaguarda del derecho a permanecer en su país, la restitución de su nacionalidad y derechos civiles, así como el fin de la persecución y el asedio que sufren en este momento distintas congregaciones religiosas y entidades eclesiales.

Si queremos ser fieles al estilo de Jesús, la denuncia constante de todas las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua y todas partes del mundo debe también involucrar un amor eficaz que se concrete en la acogida humanitaria de los centenares de miles de migrantes que han abandonado el país, el acompañamiento de los más 300 apátridas, desterrados y desnacionalizados por el régimen y la continua e incesante demanda por la liberación de los más de 50 presos políticos que aún se mantienen, entre ellos laicos y laicas firmemente comprometidos con el Evangelio y sus consecuencias.

Invitamos a que toda reflexión teológica-pastoral y toda lectura social y política que se haga de la realidad nicaragüense, sea dentro o desde el exilio, tenga la justicia, la reparación y la reconciliación como ejes medulares que garanticen la no repetición futura de las injusticias y el desmembramiento social, el revanchismo polarizante y la persecución institucionalizada que actualmente se vive.

Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él (1 Co. 12, 26). Que los dolores que hoy vive la Iglesia nicaragüense despierte aún más solidaridad, aún más profetismo y puedan verse pronto transformados en libertad, justicia y paz.

José Ignacio González Faus SJ

España

Sor María Lucía Caram

España

Maria Rosaura Gonzalez Casas stj

Roma

Jesús Díaz Sariego OP

España

Mercedes Navarro Puerto

España

Ivone Gebara

Brasil

Francisco Ismael Castillo Valle.

El Salvador.

Jesús Martínez Gordo

España

Francisco Javier Carballo Fernández OP

España

José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

España

Evaristo Villar

España

José Arregi Olaizola

España

Pedro Pitura SVD

Argentina

Rafael Aragón Marina, OP

Nicaragua / España

Antonio Praena Segura OP

España

P. Jonathan Marin Cano, SJ

Colombia

José Antonio Heredia Otero OP

España

Montserrat Escribano Cárcel

España

Fray Víctor Treminio OFM

El Salvador

Ovidio Madrigal Martínez

Panamá

Daniel Rodríguez Moya

España

José Miguel de Haro Sánchez

España

Fray Antonio Benéitez OCD.

España

José Manuel Vidal, director de Religión Digital

España

Israel González Espinoza / Periodista

Nicaragua

Rixio Gerardo Portillo Ríos

Venezuela - México

Cristhian Josué Alvarenga López / Periodista

NICARAGUA

Roberto Currie

Estados Unidos

Roser Solé Besteiro

España

Rodrigo Moreno Quicios

España

Gioconda Belli

Nicaragua

Raylson Araujo Gomes

Brasil

Omar Sotelo

México

Miguel Ángel Malavia

España

Pedro Pablo Achondo Moya

Chile

Rodrigo Pinedo

España

Luis Antonio Rodríguez Huertas

España

Luz Ortigosa

España

José Calderero de Aldecoa

España

María Jesús Echamendi

España

HÁGASE - SEMINARIO TEOLÓGICO VALENCIA

España

Amparo Navarro Salvador

España

Jesús Bastante Liébana

España

Frei Lorrane Clementino, OFM

Brasil

Amparo Madrigal Vílchez

España

Pepa Moleón Caro

España

Carmen Montejo Martínez

España

Candelas Arranz

España

Milagros de Diego

España

Juan Francisco Ruiz

España

Gabriel Leal

México

Mónica Díaz Álamo

España

Raquel Mallavibarrena Martínez de Castro

España

Laura de Gregorio gonzalez

España

Jose Luis Segovia Bernabe

España

Berna Garvis

España

María Luisa Casas

España

María Padín

Españq

Carmen Benito

España

Ana Giménez

España

María Luisa Gila Nieto

España

María Antonia Gavira

España

María Luisa Rodríguez Pereiro

España

Iñigo Romero

España

Amaya Modrego Jiménez

España

María Jesús Fernández Escribano

España

Nieves Gavira Durán

España

Eulalia Jubany

España

Begoña Zubizarreta

España

Beatriz Estevez Lorenzo

España

María del Pino

España

Miguel Ángel Utrilla Arroyo

España

Cristina López García

España

Inmaculada Franco Candel

España

Eva María Martínez Fernández

España

Araceli Caballero García

España

Ignacio Cavero Gómez

España

Teresa Pascual Rubio

España

Camino Cornejo

España

Alicia Lago

España

María Jesús Diaz de Neira

España

Mercedes Sanz

España

Javier Espárrago Ramos

España

Pedro Luis Represa Carrión

España

Lorena Moreno

España

Susana Fernández

España

Luis Enrique Dávila Sánchez

Venezuela

Roberto Sdino

Napoli

Marlon José Villalta Orozco

Nicaragua

Vicente Altaba Gargallo

España

Francisco Javier Calero Caro

España

fra Agnello

Italia

Susana nieto bravo

España

Maria José Leon Garcia

España

Rufino García

España

Ana García Atance

España

Inés Fernández Fernández

España

Matilde Moreno

España

Miguel Ángel Sánchez-Heredero

España

Celia Prats

España

Blanca González Mitre

España

Olga Leticia Gil Gaytán

México

Kenia Guadamuz

Nicaragua

Ignacio perales

España

Victor Mojarrieta

España

Luz Blanco

España

Alfonso Mascuñana Bordas

España

Jose Manuel García

España

Alfonso Muñoz

España

José Francisco Bellés Porcar

España

María Victoria Mosquera

España

Cristina Vega

España

Concepcion Molina Blázquez

España

Amaya Fernández

España

María del Carmen Llorente Pérez

España

Eva Herrero Torrecilla

España

María Luisa Rodríguez García

Diócesis de Matagalpa

Engels Alejandro Vanegas Rojas

Nicaragua

Pilar Prendes Villar

España

Álvaro de Juana / Periodista

España

P. Fabián Rovere / Radio Oriental

Uruguay

Manuel Torralba Rodríguez / Periodista

España


[1] Grupo de Religiones y Paz. Desde Nicaragua, una iglesia en resistencia. Publicado en Religión Digital, 13 de diciembre de 2022.

[2] Papa Francisco. Carta Encíclica Fratelli Tutti, Nº75.

[3] Concilio Vaticano II. Constitución Apostólica Lumen Gentium, Nº8.

[4] https://confidencial.digital/nacion/regimen-obliga-a-salir-de-nicaragua-a-unos-77-lideres-religiosos-entre-2018-y-2023/

[5] https://www.religiondigital.org/miradas_cristianas/Rolando-Alvarez-candidato-Nobel-Paz_7_2539016076.html

 

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La ley prohíbe el uso de cualquier técnica, actividad, mecanismos, sistemas y tecnología destinada a alterar o modificar artificialmente de forma directa e intencional la fase atmosférica del ciclo hidrológico en las etapas de condensación o precipitación, sumado a provocar cambio artificial del clima, sobre el territorio sanluiseño.

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